España pierde un año de crecimiento en tres meses
El duro escenario del FMI para España por la Covid -19 va más allá de 2020, porque retrasa la recuperación del PIB de 2019 más de un año desde abril
La pandemia del coronavirus continúa presionando las expectativas económicas del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Las últimas revisiones –Fondo Monetario Internacional (FMI), Moody’s y S&P– auguran recesiones más profundas que las comunicadas por el Gobierno a Bruselas y refuerzan la idea de que costará varios años recuperar el nivel de PIB de 2019; algo de lo que también está advirtiendo el Banco de España.
La revisión del cuadro macroeconómico del FMI, además de incrementar en 4,8 puntos porcentuales el golpe de la recesión este año, no ha contrarrestado su efecto en 2021. Estima que la economía española se expandirá el año que viene un 6,31%, dejándose más de 6 puntos por el camino en dos ejercicios.
En abril, el fondo pronosticó que el PIB retrocedería un 8% este año para crecer un 4,3% en 2021. Comparando ambos pronósticos, en apenas tres meses, la economía española habría perdido 2,8 puntos porcentuales de crecimiento en 24 meses. Teniendo en cuenta que el ritmo medio de expansión potencial anual de nuestra economía se calcula que ronda el 2%, el FMI ha retrasado en apenas un trimestre más de un año la recuperación de la economía a los niveles de 2019.
Aunque las estimaciones del fondo suelen ser controvertidas y la crítica sobre su falta de puntería es habitual, el Banco de España no está muy lejos del escenario para 2020, aunque sin ser tan pesimista con el largo plazo siempre que un se produzca un rebote fuerte de la Covid-19.
Este mes el organismo que gobierna Pablo Hernández de Cos, ha presentado un nuevo modelo de previsiones, que revisan a peor las anteriores, y que son homogéneas con las adelantadas unos días antes por el Banco Central Europeo (BCE). La actualización incluía tres posibilidades, ligadas a la afectación del virus y al acierto de las medidas de choque puestas en marcha por el Gobierno. Las dos previsiones más benignas, que descartan que un posible rebrote derive en un nuevo cierre de actividades duro apuntan a un recesión del 9% y 11,6%, y a una recuperación del 7,7% y 9,1% en 2021.
En el segundo de los casos, la contracción de este año se acercaría a la que estima el FMI, aunque la diferencia es que el Banco de España espera un rebote de la economía mucho más fuerte el año que viene. Incluso así no permitiría a España igualar el PIB previo a la crisis hasta al menos 2023. En consecuencia, si la economía creciera el 2,4% que pronostica en este segundo supuesto, a finales de 2022 todavía quedarían unas décimas por recuperar.
Moody’s y S&P, menos optimistas que el BdE respecto a 2021
Al calor de las negras previsiones del FMI, Moody’s y S&P aprovecharon para dar a conocer sus propias expectativas, que se encuentran a medio camino entre las del FMI y las del Banco de España. Los analistas de la primera son los que esperan heridas más profundas a medio plazo para España (véase tabla).
En concreto, y aunque por el momento no han tocado el rating, están preocupados por el endeudamiento y también por la fragilidad del Gobierno, que complica se puedan llevar adelante reformas económicas significativas.
«Los desafíos crediticios de España incluyen la reducción de la deuda pública, que ahora esperamos supere el 100% del PIB este año. Aunque pronosticamos que la economía comenzará a recuperarse en la segunda mitad de este año, restaurar las finanzas públicas a los niveles de 2019 probablemente llevará años, teniendo en cuenta la política de gasto que ha llevado a cabo el Ejecutivo, y la falta de un Gobierno mayoritario», apunta Moody’s.
La agencia de calificación también avanza que el rating podría empeorar si las finanzas públicas se deterioran más allá de lo esperado en 2020. En cuanto a S&P, cuyo informe no era exclusivo para España, sino que abordaba el conjunto de la Eurozona, justifica en el turismo que España vaya a sufrir más que otras economías.
«Para países como España, Francia, Italia y Suiza, es difícil que el contar solo con los turistas de la UE este verano compense la ausencia de visitantes internacionales. Este será otro hándicap para los sectores del ocio y de la hostelería», apunta en su análisis.