España arriesga hasta un 12% de PIB en una apertura por etapas
El cierre económico, aunque moderado, se prolongará durante tres meses si la reactivación total se produce a finales de junio
La presión empresarial ha tenido efecto en los planes del Gobierno para la desescalada. Si España consigue que todo su territorio entre en ese periodo de nueva normalidad a finales de junio, la apertura total habrá costado más de tres meses desde que se declarara el estado de alarma.
Según las estimaciones presentadas hace una semana por el Banco de España, con este calendario, la contracción económica podría quedar entre una caída del 6,8% y del 12,4%, condicionada a que las medidas para mantener al tejido empresarial funcionen.
Sin embargo, con este plan de apertura, aunque sea provisional, el equipo de Nadia Calviño puede enviar una actualización del plan presupuestario a Bruselas, en el que tendrá que incluir un escenario macroeconómico, con estimaciones de PIB, deuda y déficit. Unas previsiones que hasta el momento el Ejecutivo guarda celosamente, incluso en lo que se refiere al coste de los ERTE o de la renta mínima en la que trabaja José Luis Escrivà.
El plazo máximo para remitirlo a Bruselas finaliza este jueves y habrá que ver qué cartas juega el equipo económico del Gobierno; tal vez alinearse con la media de analistas, que apuntan a una contracción del 8%, o con alguno de los supuestos del Banco de España, para poder dar una hoja de ruta en la que se controle el endeudamiento y el descuadre entre ingresos y gastos. No obstante, la evolución final de la pandemia es muy incierta, por lo que no se puede descartar que este primer análisis de la crisis económica que generará el coronavirus tenga que ser revisado.
Sin nuevas herramientas de apoyo por parte de Europa, España se arriesga a un fortísimo incremento de la deuda -del que los inversores están muy pendientes-, que está condicionando la prima de riesgo y también los intereses que habrá que pagar en el futuro.
El FMI estima que la economía española caerá un 8% este año -el Banco Santander reconoció este lunes que manejaba a nivel global el mismo escenario-; BBVA adelantó hace unos días una estimación similar en su escenario central, y este lunes, pocas horas antes de que el Gobierno presentara su plan para el fin de la desescalada, Moody’s adelantaba sus estimaciones, que también apuestan por una contracción del PIB del 8%, basadas sobre las estimaciones de la institución que gobierna Pablo Hernández de Cos.
«Hemos revisado materialmente nuestras previsiones de crecimiento y ahora esperamos una contracción del 8% para 2020. Esta previsión es similar a las últimas estimaciones del Banco de España, que prevén una contracción entre el 6,6% y el 13,6%, dependiendo de la duración del bloqueo y del éxito de las medidas de apoyo a las políticas para limitar los efectos sobre la actividad económica y el empleo», apuntan desde la agencia de calificación.
Ocho semanas de parón pero más para la apertura total
Durante su intervención este jueves, Pedro Sánchez aludió a que la apertura se produciría en un periodo de ocho semanas desde el 14 de marzo; es decir empezando a partir del 11 de mayo aunque con un paso previo en algunas islas.
La mayoría de analistas trabajaban con este escenario, un cierre total de 8 semanas y posterior apertura, aunque al tratarse de una apertura escalonada y que puede llevar a que ciertas provincias tengan que llevar un ritmo más lento, el posible impacto en el PIB y también en gasto, recaudación y paro queda muy abierto y supeditado al escenario final.
El propio Moody’s reconoce en su informe de este lunes cuál es el impacto económico de un cierre incompleto. «Según el Banco de España, cada semana de cierre deduce 0,6 puntos porcentuales la tasa de crecimiento anual promedio del PIB», apunta la agencia de calificación. «Nuestras últimas previsiones posicionan la contracción de España en el extremo superior de nuestras expectativas para los países de la zona del euro, en parte como reflejo de la duración del bloqueo y también de la importancia del sector turístico en España», añade.
Con esta referencia, una apertura escalonada hasta junio también restaría puntos al PIB, aunque, probablemente menos significativa, aunque no existen estimaciones. En total, con la referencia del BdE un mes más de cierre restaría 2,4 puntos de PIB. El Banco de España, bajo un supuesto de cierre económico completo durante 8 semanas, calcula una contracción de la economía del 6,8% si las medidas puestas en marcha controlan el desempleo y una caída del 8,7% si «una cierta proporción de empresas no logra evitar que las dificultades de liquidez se transformen en problemas de solvencia».
Con más insolvencia empresarial y un cierre económico de 12 semanas (que podría suceder con el plan escalonado en algunos territorios), la contracción sería del 12,4%. El Banco de España también maneja un supuesto que rebaja hasta el 8,7% la contracción económica si el confinamiento se reduce a dos semanas y, para finales de año, se ha logrado una «normalización casi completa para finales de año. Esta referencia también podría ser útil para el equipo de Nadia Calviño.
El peor escenario queda aparcado
El compromiso de este plan, sin embargo, aparca las peores previsiones, que también puso sobre la mesa el Banco de España el pasado 20 de abril y que adelantaban una contracción del PIB del 13,6% si la hostelería no había reabierto al completo a finales de 2020.
La institución ha tenido que adaptar el modelo con el que habitualmente presenta sus estimaciones por las particularidades de la crisis -incluyendo dos tipos distintos de modelos de predicción y presentando varios escenarios dependiendo de la magnitud del cierre-.
Sus estimaciones, publicadas el lunes 20 de abril han ayudado a que las empresas tengan bases sólidas sobre las que argumentar el coste económico de prolongar el cierre al menos hasta 2021 de actividades claves para el PIB español, como la hostelería o el turismo.
El pánico se había instalado en estas empresas después de que Yolanda Díaz, ministra de Empleo, dejara la puerta abierta a que estos negocios pudieran verse obligados a bajar la persiana hasta el año que viene. Tras la publicación del Banco de España la presión desde estos grupos -y también a nivel autonómico- para que el plan de reapertura fuera más rápido creció de manera muy significativa, hasta cuajar en el plan presentado este domingo
De hecho, ante el miedo a que el turismo y la hostelería se vea totalmente bloqueado en 2020, justo un día antes de que el Banco de España emitiera su informe económico, la patronal del turismo, Exceltur, alertaba de que un cierre completo acarrearía una reducción de la actividad por 124.000 millones.