El Santander acusa a Orcel de grabar conversaciones sin consentimiento

El banco esgrime que el ejecutivo no cumplió con su parte del acuerdo, que grabó conversaciones, y que su incorporación no tuvo nunca el visto bueno del BCE

Andrea Orcel, primer ejecutivo de UniCredit, en una imagen de archivo.

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La pugna entre Banco Santander y Andrea Orcel por su fichaje frustrado entra en un nuevo capítulo que evidencia que las posturas están cada vez más enfrentadas, sin otra vía más que la judicial, y que pone en evidencia la honorabilidad de ciertos movimientos del ex ejecutivo de UBS.

El banco, esgrime que a través de la demanda, ha descubierto que «el Sr. Orcel comenzó el 12 de enero de 2019 a grabar conversaciones privadas sin consentimiento ni conocimiento de sus interlocutores, una práctica de dudosa calidad ética y moral para alguien que pretendía desempeñar el puesto de consejero delegado de Banco Santander, lo que viene a confirmar que la decisión adoptada por el consejo de Banco Santander fue la adecuada».

Estas grabaciones se habrían producido dentro del marco de las negociaciones, en las que la entidad habría ofrecido a Orcel alternativas para compensar su fichaje frustado. Santander comunicó que la renuncia al nombramiento el 15 de enero.

Orcel y las negociaciones con UBS

El banco, además, refrenda en su escrito al juez la versión aportada en sus comunicados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y señala que Andrea Orcel no fue honesto sobre su posición respecto al pago de incentivos que tenía que abonarle UBS como bonus retrasados.

«Desde el 25 de septiembre de 2018, el Sr. Orcel y Banco Santander mantuvieron intensas negociaciones para concretar la cuantía del buyout que habría de incorporarse al futuro contrato del Sr. Orcel, que estaba previsto abonarse en acciones de Santander, sujeto a las métricas de desempeño establecidas por el Grupo y desembolsado a lo largo de siete años», afirma en su escrito.

«Desde el primer momento, el Sr. Orcel trasmitió a Banco Santander unas expectativas sobre la posición que mantendría UBS sobre el pago de sus incentivos que nunca se cumplieron», apostilla. 

«En reiteradas ocasiones el Sr. Orcel aseguró que lograría reducir el buyout negociando con UBS para que se hiciese cargo de hasta el 50% de la cantidad que se debía. Incluso pidió a Banco Santander que le ayudara a redactar una carta que enviaría a UBS en la que sostenía que la entidad debía hacer todo lo posible para asumir la mitad de la retribución diferida», revela la entidad española en su escrito.

El BCE nunca autorizó el nombramiento

En este mismo documento, Banco Santander niega que el ex ejecutivo de UBS hubiera firmado ningún contrato, que es el eje central de su demanda para reclamar más de 100 millones al banco. «La carta oferta no es el contrato que exige la Ley y dicho contrato nunca se materializó», señala la entidad financiera presidida por Ana Botín

«El Sr. Orcel fue nombrado consejero delegado el 25 de septiembre de 2018 acelerando el proceso a petición de UBS y el propio Sr. Orcel pero ni ese nombramiento fue efectivo ni el contrato entre el banco y el Sr. Orcel quedó perfeccionado, pues estaba pendiente de la negociación y acuerdo sobre uno de sus elementos esenciales (la retribución final a percibir por el Sr. Orcel como buyout), y estaba sujeto, además, al cumplimiento de una exigencia legal indeclinable como es su aprobación por la junta general de accionistas», refrenda.

«Asimismo, la contratación quedaba sujeta a la futura aprobación del contrato por el consejo de administración, la evaluación de idoneidad por el BCE y el plazo de preaviso establecido por UBS, entidad que continuó durante todo el proceso siendo empleadora del Sr. Orcel. Ninguna de estas condiciones se dio», confirma el banco.

 

 

 

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