Cuenta atrás: Draghi allana el camino para cambiar la política monetaria
El Banco Central Europeo (BCE) se pone en marcha para retirar los estímulos pero mantiene las condiciones y plazos para subir los tipos
El Banco Central Europeo (BCE) ha encendido la cuenta atrás. Las actas de su reunión de diciembre desvelan cómo será su política de retirada de estímulos monetarios. Destaca la reactivación de las subidas en el interés exigido a la deuda y la inmediatez en la ejecución de todas las medidas. No obstante, la fórmula de Mario Draghi sigue siendo la misma: mantener el programa de compra de deuda hasta septiembre de 2018 y aguantar los tipos cero hasta que no se alcance una inflación «cercana pero por debajo» al 2%.
En este contexto, el organismo monetario sabe que parte del resultado pasa por la política de comunicación – el ya conocido forward guidance, que avanza medidas futuras– y ajustar el mensaje para que los mercados reflejen de la mejor forma de las perspectivas de crecimiento.
Así, las actas de diciembre muestran que «el lenguaje sobre varias dimensiones de su postura sobre política monetaria se podrían revisar a inicio de 2018». Una conclusión que «fue ampliamente compartida la opinión de que la comunicación necesitará evolucionar gradualmente».
Primeros cambios
Las actas del BCE sugieren que el primer cambio estaría relacionado con la política de compra de bonos. La promesa, hasta el momento, es que este programa de adquisición de deuda pública finalizará en septiembre de 2018.
El BCE mantiene su programa de compra de deuda hasta septiembre
En concreto, la previsión responde a la reducción a la mitad de lo establecido inicialmente, después de que en octubre se anunciara que el volumen de compra de bonos pasaría de 60.000 millones de euros a 30.000.
Los tipos cero, la gran incógnita
Finalizado el programa, el BCE deberá ponerse de acuerdo para determinar cuándo subirá los tipos. Dentro del propio organismo monetario conviven dos almas: quienes se decantan por reducir estos estímulos y terminar con ‘la fiesta’ del dinero gratis y quienes optan por retirarlos de raíz.
Draghi, por su parte, siempre se ha mostrado partidario de mantener los tipos hasta que la inflación se colocara cercana al 2%. Las últimas previsiones marcan que la inflación cerrará 2017 en el 1,5%, bajará hasta el 1,4% en el presente curso, subirá hasta el 1,5% en 2019 y volverá a hacerlo al 1,7% en 2020.
Desde enero de 2015, Mario Draghi se ha gastado 2,24 billones de euros –1,84 en deuda soberana– y este año se va a gastar otros 270.000 como mínimo.
¿El objetivo? Alejar el fantasma de la deflación y apuntalar la recuperación económica a través de la financiación barata a gobiernos. Algo que, en paralelo, ha reducido las primas de riesgo en países como España e Italia.