Mario Draghi mantendrá el dinero barato hasta que suba la inflación
El Banco Central Europeo asegura que hay que perseverar en las políticas de estímulos para impulsar la inflación
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi mantendrá la política de estímulos económicos en la zona del euro. Asegura que las incertidumbres en materia de inflación y tipo de cambio permanecen, por lo que se congelará de forma invariable su política cambiaria. Además, seguirá el dinero barato.
Draghi aseguró que antes de finales de año tomará las decisiones sobre los instrumentos de política monetaria que descansa sobre dos pilares: el mantenimiento de bajos tipos de interés y los programas de compra de deuda pública y privada.
«Necesitamos ser pacientes y persistentes. Un ajuste al alza de la inflación que sea duradero y sostenido por sí mismo requiere una mayor absorción de la inactividad económica. Esto, a su vez, aún requiere un amplio grado de política monetaria acomodaticia», dijo Draghi ante la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios de la Eurocámara. Dicho de otro modo, el BCE esperará a que la recuperación impacte de lleno en los precios.
El presidente del BCE consideró que «la firme recuperación económica aún debe traducirse de forma convincente en una dinámica inflacionista más fuerte». También recordó que, si bien los riesgos deflacionistas «esencialmente han desaparecido», el alza de la inflación ha sido «moderada» en los últimos meses y se espera que el año próximo caiga, para volver a crecer en 2019 hasta el 1,5%.
Preocupación por el refuerzo del euro
El BCE confía que la inflación se mantenga por debajo del 2% aunque advirtió del riesgo de volatilidad. El consejo de gobierno del BCE ya mostró su preocupación por el impacto negativo que podría ocasionar la reciente apreciación del euro.
“La reciente volatilidad en el tipo de cambio representa una fuente de incertidumbre que requiere vigilancia» por sus posibles implicaciones sobra la estabilidad de precios», dijo Draghi.
El BCE tomará el próximo mes las decisiones sobre el futuro de su programa de compra de bonos, que se mantendrá a un nivel de 60.000 millones de euros al mes, al menos, hasta diciembre. También decidió mantener la tasa de interés rectora en el 0% y se mostró dispuesto a aumentar las compras de activos si la situación empeora.