Cinco pasos para ahorrar en comisiones al viajar fuera de España
Los viajeros internacionales gastan en sus desplazamientos cuatro veces más que el resto. Cajeros automáticos y cambios de divisa disparan las comisiones
Si vas a pasar tus próximas vacaciones fuera del país, hay un par de cosas que deberías saber: primero, estadísticamente gastarás más que si viajases por España (el gasto medio por persona en los desplazamientos al extranjero durante el verano del pasado año fue de 913 euros frente a los 215 que gastaron los que se quedaron en España, según el INE) y, segundo, tu banco te cobrará comisiones.
Cada vez que saques dinero de un cajero automático ubicado fuera de España, pagarás de media un 4% con un mínimo de tres euros sobre el dinero extraído, según el comparador de productos financieros Helpmycash. Si tu destino se encuentra fuera de la eurozona, un 3% más por el cambio de divisa (las comisiones varían entre entidades). Además, tendrás que pagar también una comisión al propietario del cajero. Pero hay una serie de trucos que te permitirán esquivar estos gastos extra.
No salgas de España sin una tarjeta sin comisiones
Si estamos en París, Roma o cualquier otro lugar de la eurozona y pagamos una compra con tarjeta, el resultado será el mismo que si lo hiciésemos en España.
Pagaremos solo lo que marque el tíquet de compra, sin extras. Sin embargo, si la compra la llevamos a cabo en un territorio cuya moneda oficial no sea el euro, todas las compras abonadas con tarjeta tendrán un sobrecoste. Los bancos suelen cobrar un 3% por el cambio de divisa y hay que sumar al tipo de cambio aplicado por Visa o Mastercard, que suele ser de entre el 0,20% y el 0,50%. Este último coste apenas tiene repercusión sobre el saldo de la cuenta, pero la comisión de nuestro banco puede suponer tres euros por cada cien euros gastados.
Si en lugar de pagar una compra con tarjeta, sacamos dinero de un cajero, la factura se encarece. Nuestro banco nos cobrará de media un 4% sobre el importe retirado con un mínimo de unos tres euros por usar una red internacional. Si el cajero está fuera de la zona del euro, tendremos que sumar la comisión por cambio de divisa, que también se aplica sobre las extracciones de efectivo.
Sin embargo, si contratamos una tarjeta que no cobre por el cambio de divisa ni por las extracciones de efectivo en redes internacionales, ahorraremos de media tres euros cada vez que paguemos una compra de 100 euros con tarjeta fuera de la eurozona (nada si la compra es dentro de la zona euro), y unos siete euros si sacamos el mismo importe en un cajero (cuatro si el cajero está en la zona del euro).
Existen más de una decena de tarjetas a nuestra disposición que cumplen con lo anterior. Así, solo tendremos que pagar lo que cobre el propietario del cajero si sacamos dinero (surcharge fee) y el tipo de cambio de Visa y Mastercard si la compra o la extracción son en otra moneda.
No saques dinero en el primer cajero que veas
Cuando sacamos dinero en un cajero automático ubicado fuera de España, además de las comisiones que nos cobre nuestro banco y del tipo de cambio, es probable que tengamos que pagar la llamada surcharge fee. Esta comisión la cobra el propietario del cajero por dejarnos usarlo. En Europa está regulada y no puede superar el 0,20% sobre el efectivo retirado a débito. Fuera de Europa no hay una regulación global y en función del país y del cajero, podemos acabar pagando varios euros extra.
Afortunadamente, no todos los bancos cobran lo mismo; de hecho, es posible encontrar bancos tanto en Europa como en el extranjero que no cobran la surcharge fee. Teniendo en cuenta que el cajero nos avisará de cuánto nos va a cobrar y de que podremos cancelar la operación si no estamos de acuerdo, lo ideal es probar varios terminales de bancos distintos hasta que encontremos uno que no cobre nada o que cobre menos que el resto.
Mejor con tarjeta si viajas por la eurozona
Si viajamos por la eurozona, pagar con tarjeta no nos costará nada, mientras que sacar dinero sí, salvo que contemos con una tarjeta que no cobre por acceder a un cajero internacional.
Supongamos, por ejemplo, que queremos pagar un servicio por valor de 100 euros. Si estamos en París y pagamos con tarjeta, abonaremos justamente eso, 100 euros. Si sacamos esa cantidad de un cajero, podríamos llegar a pagar unos 4,20 euros (4% por uso del cajero y 0,20% de surcharge fee).
Siempre en moneda local
Si acercamos nuestra tarjeta a un TPV japonés, estadounidense o australiano, lo más probable es que en la pantalla nos aparezcan dos opciones: pagar en moneda local o en euros. Si pagamos en moneda local, Visa o Mastercard nos aplicará un tipo de cambio con un ligero sobreprecio, como hemos visto más arriba, y nuestro banco, una comisión de alrededor del 3% por el cambio de divisa, salvo que estemos usando una tarjeta que no cobre por esto.
Si, por el contrario, escogemos la opción de pagar en euros, nos ahorraremos las comisiones anteriores, pero tendremos que hacer frente al tipo de cambio que imponga el banco emisor del TPV, que suele ser más desfavorable. ¿Lo mejor? Calcular qué nos sale más a cuenta en el momento de pagar, cuando el TPV muestre la cifra en euros y la cifra en la moneda local.
Eso sí, si viajamos con una tarjeta que no cobre comisiones por cambio de divisa, entonces siempre tendremos que escoger la opción de pagar en moneda local, para disfrutar de las ventajas de nuestro banco.
Acude al cajero cuantas menos veces, mejor
La mayoría de los bancos, salvo los que no aplican esta comisión, suelen cobrar un tanto por ciento sobre el dinero extraído fuera de España con un mínimo. Por ello, lo ideal es sacar importes elevados pocas veces. Si nuestro banco nos cobra un 4% con un mínimo de tres euros y sacamos 200 euros de golpe, pagaremos ocho euros, pero si vamos cuatro veces al cajero y sacamos 50 euros cada vez, pagaremos doces euros, tres euros por cada operación por culpa del mínimo.