Caixabank ha sido una de las empresas afectadas por los disturbios y las tensiones en Cataluña por la sentencia del procés. De hecho, una de las primeras convocatorias de la plataforma independentista Tsunami Democràtic fue la ocupación de una oficina de la entidad, y durante la semana de altercados en varias ciudades catalanas –en octubre pasado– los radicales de los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR) saquearon una sucursal del banco en el Eixample de Barcelona.
Más allá de las tensiones singulares, Caixabank advierte del peligro que supone para el desarrollo de la economía catalana –y española– la permanencia en el tiempo de un ambiente como el vivido en Cataluña a raíz de las sentencias condenatorias del Tribunal Supremo en el caso del 1-O. El presidente de la compañía, Jordi Gual, ha reconocido este martes que «hemos vivido momentos difíciles en los últimos años» y ha hecho «una llamada al diálogo, porque sin duda esas dificultades, esas tensiones, no favorecen al desarrollo productivo».
«Mientras sean episodios puntuales, que no son positivos y deben ser rechazados, su incidencia en la economía y la empresa empieza a ser preocupante cuando se prolongan a lo largo del tiempo, y esperamos que esta no sea la situación», ha añadido Gual, tras su intervención en el desayuno informativo Fórum Europa celebrado en Madrid. Ha evitado el directivo precisar el impacto en el negocio bancario y en el conjunto de la economía de los disturbios, las tensiones y la situación política en la comunidad autónoma.
El mayor peligro, ha avisado, es que estas situaciones, en lugar de mermar, se cronifiquen, adoptando el mismo punto aportado por Gonzalo Gortázar, consejero delegado del banco, durante la presentación de resultados hasta septiembre. El presidente de Caixabank ha subrayado que la entidad «tiene como divisa» desde su fundación, hace 115 años, tratar de promover el diálogo y el progreso social mediante la confrontación de alternativas políticas «dentro de la ley». En ese mismo sentido, ha renovado su llamamiento al diálogo para tratar de solventar «de forma pacífica las tensiones políticas y sociales» que están teniendo lugar en Cataluña.
«Entre todos hemos de tratar de que no se prolonguen», ha afirmado.
Caixabank pide equilibrio a Sánchez e Iglesias
En la misma actividad, este martes, Jordi Gual ha confiado en el que nuevo Gobierno de España ponga en práctica una política fiscal «prudente» y distribuya la carga impositiva de forma «justa y equilibrada» entre todos los sectores productivos de la economía, para que no incida de forma especial en la banca. Lo ha manifestado en el contexto de las negociaciones entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para la coalición de izquierdas anunciada tras los comicios del 10-N, que ha despertado preocupaciones en el sector por la posibilidad de nuevos impuestos a la banca.
El sector contribuye de forma «significativa» a los presupuestos nacionales, como otros sectores económicos, y debe mantenerse un grado de armonía entre todos, ha asegurado el presidente de Caixabank. Y ha enfatizado la importancia de que el sector público se mantenga en una situación de «equilibrio presupuestario entre ingresos y gastos», además de recalcar las reformas estructurales que considera necesarias como la de las pensiones, la del mercado laboral, la de la educación y «reforzar la capacidad institucional de nuestro país».