Las dos preguntas sin respuesta sobre los resultados de Banco Sabadell
Salvo sorpresa, el banco continuará jugando al despiste sobre una hipotética fusión y también sobre TSB, durante la presentación de resultados del viernes
Banco Sabadell publicará este viernes sus resultados correspondientes a los nueve primeros meses del año, y lo hará tras haberse reconciliado con el mercado y cotizando por encima del euro por acción en bolsa, un nivel que no alcanzaba desde mayo.
El sistema de tramos que aplicará a partir del 30 de octubre el Banco Central Europeo (BCE) en la facilidad de depósito, los movimientos que ha realizado para reforzar su solvencia y la expectativa de que el brexit no sea duro (sin acuerdo), han ayudado a su recuperación. No obstante, el foco de incertidumbre sobre Reino Unido persiste; especialmente ahora con la convocatoria de elecciones para el 12 de diciembre.
Además de su cifra concreta de resultados (el consenso de analistas anticipa que ha ganado 241,5 millones en el tercer trimestre del año y 773 en los nueve primeros meses del ejercicio), se espera que el banco anuncie su tradicional dividendo a cuenta, y actualice sus niveles de solvencia, pero que mantenga el misterio sobre las especulaciones de fusión con un competidor (sobre todo BBVA y Bankia) y también sobre un plan realmente trazado para TSB. Públicamente, lo único que ha reconocido Jaime Guardiola, consejero delegado de Banco Sabadell, es que TSB tendrá que hacer un esfuerzo «en costes» para mejorar su eficiencia.
Banco Sabadell contempla en su plan estratégico repartir entre los accionistas un 50% de su beneficio en efectivo, una estrategia que ha defendido a lo largo de los últimos meses, a pesar de la presión de los supervisores.
Banco Sabadell y su carrera para ganar solvencia
Banco Sabadell lleva un año trabajando en reforzar su capital y este viernes será un buen momento para valorar los avances. Durante el tercer trimestre, la entidad ha cerrado la venta de su promotora a Oaktree y ha vendido cartera de crédito, lo que debería ayudarle a cumplir con sus objetivos y a reforzar su solvencia, cuestionada desde que saliera en un mal lugar durante los test de estrés del BCE en 2018.
La intención del banco es llevar su ratio de solvencia de máxima calidad (CET 1 Fully Loaded) por encima del 12% el próximo año, pero algunos analistas ya empiezan a descontar que es una cifra que ya alcanzará este ejercicio; y el banco, aunque mantiene un compromiso más reducido (cerrar este año en el nivel del 11,6%), está muy enfocado hacia la mejora de sus propios mínimos.
¿Fusión a la vista?
Más allá de ganar visibilidad en estos campos, lo que parece complicado es que aporte nuevos datos claros sobre su hipotética fusión con otra entidad o sobre TSB. Guardiola ha señalado este mismo mes que planean presentar el nuevo plan estratégico para su filial británica a finales de noviembre.
TSB fue el principal culpable de los malos resultados del banco en 2018, por lo que el banco no ha podido poner en valor su adquisición todavía. La incertidumbre sobre el brexit tampoco se ha despejado, por lo que es probable que el banco sea cuidadoso a la hora de adelantar más datos sobre las perspectivas para su filial.
Algunos de los objetivos que se conocen son su proyecto de crecimiento en el segmento de pymes, y también que aplicará medidas de reducción de costes, pero no ha desvelado mucho más desde que en mayo incorporara una nueva consejero delegada, Debbie Crosbie.
El otro punto clave es la posible fusión con otra entidad; un tema con el que Banco Sabadell siempre mantiene un discurso algo ambiguo. Tanto Josep Oliu, presidente de la entidad financiera, como Jaime Guardiola, insisten siempre que en el actual escenario de tipos de interés las integraciones tienen una lógica industrial. En su última intervención, el segundo se refirió incluso a las «activas» o «pasivas».
Al contrario que en otros momentos, el mercado ve a Banco Sabadell más como un candidato a ser comprado que a realizar compras y, por eso, la declaración explícita de BBVA adelantando que podría buscar adquisiones en España, ha dado aire a las especulaciones.
El otro histórico novio es Bankia. La integración de ambos, que parece que rechazan algunos fondos, daría lugar a un gran banco español, pero con participación del Estado. La operación puede ser más fácil ahora, ya que no existe un grupo duro de accionistas en Banco Sabadell, pero requiere de la proactividad del FROB, controlado por el Ministerio de Economía, y no parece que el escenario, con elecciones a la vuelta de la esquina, sea el óptimo para animar una operación.