Zara la lía: vende ‘sandalias de esclava’ en su web alemana
El grupo español se excusa con un error de traducción ante el aluvión de críticas en la red
Zara intenta dar carpetazo al último escándalo que daña la imagen pública de la compañía. A la firma bandera de Inditex le han llovido críticas en las redes sociales por un naming: la venta de sandalias de esclava por 19,90 euros en la web de Alemania.
Como suele ser habitual en estos casos, las quejas iniciales de algunos usuarios se fueron propagando por la red. Así, los primeros comentarios del gazapo de la traducción literal (la Real Academia Española acepta esclava como una «pulsera sin adornos y que no se abre», un símil con las tiras de las sandalias) acabó degenerando en una carga contra las condiciones laborales de los centros de producción del gigante gallego en todo el mundo y, en general, las de la industria textil.
Reconocimiento y subsanación del error
Zara intentó apagar el fuego con un comunicado en el que reconocía el error de literalidad que había cometido, con la consiguiente modificación en todos sus portales. Ahora, las «sandalias planas tricolor» se pueden comprar por el mismo importe y las mismas condiciones previas a la crisis de marketing.
Pero el comunicado no fue suficiente para atajar la crisis de imagen en Alemania. Inditex, poco dado a hablar con los medios más allá de las notificaciones a las que obliga ser un grupo cotizado, dejó clara a la prensa germana que la marca española se opone a los comportamientos «ofensivos e irrespetuosos hacia cualquier persona o colectivo».
Alemania es uno de los grandes mercados europeos en alza junto a Polonia, Reino Unido y Francia, con 120 tiendas abiertas al cierre del ejercicio 2014.
Otros ‘gazapos’ de marketing del grupo
Zara ha entonado el mea culpa y ahora espera que pase la tormenta. No es la primera ocasión en que la compañía debe hacer frente a una crisis de estas características, tuvo que retirar una camiseta infantil el verano pasado porque su diseño recordaba al uniforme de los judíos en los campos de concentración nazi (fondo rayado y estrella de seis puntas, como la de David).
Mango ya ha vivido en carnes propias las consecuencias de traducir literalmente un producto tipo esclava en marzo de 2013. El gigante textil de los Andic tuvo incluso que lidiar incluso con una campaña de petición de firmas on line para pedir que retiraran una pulsera que se vendía en Francia bajo un nombre que, con el diccionario galo en la mano, se refería directamente a las personas privadas de libertad.
Nunca llegó a reconocer el impacto de la crisis de marketing en su cuenta de resultados.