Frenazo de las ventas de Wallbox y Silence por los obstáculos con el vehículo eléctrico
El fabricante de cargadores factura un 10% menos y la filial de Acciona reduce las entregas de vehículos, tras un excelente 2022
Wallbox y Silence llegaron hace unos años para revolucionar la automoción. Sin embargo, transformar toda una industria requiere tiempo, dinero y superar la volatilidad de la demanda, que ahora no pasa por su mejor momento. La movilidad eléctrica sigue desplegándose en Europa, pero más lento de lo previsto, lo que ha trastocado las ventas de las empresas catalanas punteras del sector, después de acumular éxitos en los años precederos.
El ejercicio 2023 no está siendo el mejor para Wallbox. En enero, el fabricante de cargadores para coches eléctricos anunció un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que finalmente se saldó con 96 despidos, con el fin de reducir costes y adecuar su estructura a las previsiones de ventas para este año.
«Las interrupciones a corto plazo en las cadenas de suministro globales han afectado las tasas de entrega de vehículos eléctricos por parte de los fabricantes, lo que nos obliga a alinear nuestra estructura de costes al entorno actual de la demanda«, dijo en ese momento el CEO y fundador de la compañía, Enric Asunción.
En este contexto, la compañía facturó entre enero y septiembre 100,6 millones de euros, un 10,17% menos que en el mismo periodo de 2022. Solamente en el tercer trimestre del año, la reducción de los ingresos fue del 26,3%, quedándose en los 32,5 millones.
“Nuestros socios de distribución acumularon un gran volumen de existencias en el segundo y tercer trimestre del año pasado, en previsión de unas mayores entregas de vehículos eléctricos en 2022, que finalmente no se produjeron según lo previsto. Esto dificultó la comparación, tanto en ingresos como en volumen de unidades, en términos interanuales, en el segundo y en el tercer trimestre de este año”, explicó Asunción recientemente ante los analistas.
El empresario entiende que la suya es una apuesta por el largo plazo y asegura que esta volatilidad “no es inesperada” ni “modifica” su tesis. “La demanda de vehículos eléctricos en relación con los vehículos con motor de combustión interna parece relativamente saludable y, aunque no se ajusten a las previsiones iniciales de los fabricantes de equipos originales, creemos que la adopción de los vehículos eléctricos sigue su senda de crecimiento”, aseguró.
Asunción espera poder acelerar todo este proceso entre los incentivos económicos gubernamentales y la reducción de precios de los coches eléctricos, que, defiende, se acelerará con la entrada de fabricantes de bajo coste, como son los grandes grupos chinos que empiezan a anudar las carreteras europeas.
Silence vende un 26% menos
En un impasse similar se encuentra Silence. El fabricante de motos eléctricas propiedad de Acciona vendió 7.000 vehículos en los primeros nueve meses del año, un 26% menos que en el mismo periodo del año pasado, según explica la empresa dedicada a la gestión de infraestructuras en su informe trimestral.
El descenso en las ventas, dice Acciona, refleja «la contracción de este segmento de mercado en todos los países del continente». Pese a ello, Silence continúa liderando el mercado español, con una cuota del 25%. Además, viene de un 2022 en el que disparó las ventas: matriculó 12.826 vehículos en todo el año, un 43% más.
En este sentido, y según la Asociación Europea de Fabricantes de Motocicletas, las matriculaciones de motos eléctricas cayeron en un 8,1% en Europa en el primer semestre del año. Estos datos contrastan con los registrados en 2022, cuando salieron a las carreteras 21.078 motocicletas cero emisiones, el doble que en 2021.
Baja la carga de trabajo
Entre enero y junio, en España se han vendido 3.309 motos eléctricas, un 20% menos que en el pasado ejercicio. En Francia y Alemania, los otros mercados más importantes para el fabricante catalán, las matriculaciones han caído en un 7,2% en el país galo, mientras que el germano ha mantenido la tendencia positiva, con una mejora del 33%.
El bajón en las ventas de Silence ya se ha traducido en una menor carga de trabajo en sus fábricas. Desde el agosto de 2022, la empresa desarrolla la mayoría de su operativa en la antigua fábrica de Nissan de la Zona Franca de Barcelona. Los sindicatos que agrupan a los antiguos empleados del fabricante japonés alertaron el mes pasado de un retraso en el desarrollo de los proyectos para reindustrializar la fábrica, también de los planes de Silence, trastocados por la volátil demanda de vehículos eléctricos.
Todo esto mientras la empresa dirigida por Carlos Sotelo se prepara para vender vehículos de cuatro ruedas. Recientemente, Silence empezó a comercializar su nanocar eléctrico S04, fabricado en la planta de la Zona Franca, para el cual ya ha encontrado su primer comprador. La filial de Acciona firmó un acuerdo de exclusividad para venderle 5.800 de unidades de su S04 y 700 motocicletas en los próximos tres años la empresa de movilidad Ok Mobility por 100 millones de euros.