VOX y Talgo: los amigos de Abascal quieren el grupo que revolucionó el ferrocarril en España
La oferta sobre Talgo de un grupo húngaro con fuertes lazos con VOX pondrá a prueba, de llegar a formularse, el conocido como escudo antiopas.
«Con los últimos movimientos contra Hungría podemos ver que los globalistas, las élites de Bruselas, están muy nerviosos. Y lo están porque ven que la sociedad ya no les cree como antes, porque las personas están empezando a abrir los ojos y ya no se creen sus fórmulas fallidas», manifestó a finales de enero el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García Gallardo (VOX), en Budapest, en el Mathias Corvinus Collegium (MCC), el centro universitario impulsado por el Gobierno del ultraconservador Viktor Orbán.
Al mismo tiempo, en Madrid, el equipo del conglomerado húngaro Ganz-MaVag Europe diseñaba la formulación de una oferta para comprar Talgo, el fabricante español de trenes controlado por Trilantic, el fondo de inversión con sede en Nueva York, con el 40% del capital.
El grupo húngaro ya ha admitido ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores que analiza el lanzamiento de una oferta que valora la empresa en 632 millones de euros, ofreciendo cinco euros por acción. Ganz-MaVag Europe ha contratado al mayor despacho español, Garrigues, y al banco de inversión Lazard como asesores para acometer la compra.
Interior de una fábrica de Talgo. TALGO.
Los mayores accionistas de Talgo, el fondo Trilantic, están como locos por vender. Tras cerca de dos décadas en el capital del fabricante español de trenes, y permaneciendo en el accionariado del grupo desde su salida a Bolsa, la firma de inversión estadounidense ya ha amortizado su inversión.
Desde que la compañía ferroviaria comenzara a cotizar, en mayo de 2015, a más de 8 euros por acción, nunca ha superado ese precio llegando a perder en septiembre de 2022 los 2,5 euros por título; a Trilantic, la oferta de cinco euros les parece correcta.
«Tenemos mucho que aprender de un luchador por la libertad de un hombre [Viktor Orbán], un gobernante y un partido que han logrado rescatar a Hungría del comunismo y llevarlo por la senda de la libertad y de la soberanía», declaró el líder de VOX, Santiago Abascal, el 2 de junio de 2023, tras entrevistarse en Budapest con el Primer Ministro húngaro.
«Y, por supuesto, estamos de acuerdo en estrechar esa colaboración para que las fuerzas soberanistas que defienden la Europa verdadera sean cada vez más poderosas en el Parlamento Europeo», añadió.
Los amigos húngaros de Santiago Abascal han puesto sus ojos sobre Talgo, el grupo que, a mediados del siglo pasado, revolucionó el ferrocarril en España, con diseños rompedores y récords de velocidad.
Ganz-MaVag Europe aparentemente puede sortear el escollo financiero que entraña la compra.
Bancos españoles acreedores de Talgo cuentan con créditos por importe superior a los 200 millones de euros amortizables en caso de cambio de control. Fuentes cercanas al grupo húngaro aseguran que se lleva negociando con las entidades financieras «semanas», y que un acuerdo al respecto es factible.
Escudo antiopas
Pero hay un obstáculo, mucho más difuso, que resultará más complicado de sortear: el político. El Gobierno español puede prohibir la operación o condicionarla, usando el conocido como escudo antiopas, en virtud del Real Decreto de Inversiones Extranjeras, publicado en el BOE el pasado 4 de julio.
La adquisición analizada sobre Talgo plantea interrogantes. ¿Es Talgo un caballo de Troya de hierro de Viktor Orbán, el amigo europeo de Vladimir Putin? ¿Debe impedir el Gobierno español la operación o imponer alguna cláusula que la haga inviable? ¿Deben intervenir también las autoridades europeas? ¿Debe permitirse la operación y dejar que el libre mercado -contra el que contradictoriamente carga Viktor Orbán- prime sobre cualquier consideración ideológica?
Santiago Abascal y Viktor Orbán, en 2021. VOX.
Los lazos entre Ganz-MaVag Europe, Víktor Orban y VOX son evidentes. El conglomerado húngaro está participado en un 45% por el fondo público Corvinus International Investments, y en un 55% por Ganz-Mavag International, otro grupo participado a su vez por empresarios afines a Orbán.
El Mathias Corvinus Collegium (MCC), el mismo centro de formación universitaria de Budapest al que acudió el mes pasado el vicepresidente de la Junta de Castilla y León para participar en un debate, fue fundado por András Tombor, el empresario que también participa en la compra de Talgo, a través de Ganz-Mavag Europe.
De momento, VOX no se ha pronunciado sobre la operación. «No nos hemos posicionado, hasta que no pasen las elecciones gallegas y no revisemos otros temas no vamos a marcar posicionamiento», indican a este diario fuentes del partido liderado por Santiago Abascal.
Tren de Talgo en Kazajistán. TALGO.
La OPA húngara que planea sobre Talgo pondrá a prueba el escudo antiopas y al Gobierno de llegar a concretarse.
Aunque de momento la medida solo ha sido empleada en una ocasión para impedir una operación -el intento de Vivendi de alcanzar el 29,9% de Prisa, limitado al 15%- la Administración española sí que lo ha usado para imponer ciertas condiciones en determinadas operaciones, algo que no está precisado en el Real Decreto.
Así, el Gobierno impuso a los fondos internacionales que se hicieron con el grupo industrial Celsa incluir en el accionariado a un socio español. También ha ocurrido en el caso del grupo vasco ITP. Y en Telefónica, tras el anuncio de Arabia Saudí de pretender convertirse en su primer accionista, la Sepi informó que entraría también en el capital de la operadora española.
Si el Gobierno de Sánchez ha visto con suspicacias la compra de una multinacional española como Celsa por parte de fondos extranjeros, si de igual manera ha reaccionado ante la entrada de Arabia Saudí en Telefónica, ¿qué hará con el intento de los amigos de Abascal de comprar Talgo?
En octubre de 2021 el jefe de la política exterior húngara, Peter Szijjártó, se reunió en Madrid con el líder de VOX. «Las élites de Bruselas están atacando los fundamentos de la Unión Europea con su persecución política sobre una nación soberana como Hungría», declaró entonces Abascal, en un discurso similar al de Juan García Gallardo a finales del mes pasado en el Mathias Corvinus Collegium de Budapest.
Abascal ensalzó también en ese encuentro las políticas en favor de la familia y la natalidad del Gobierno de Orbán remarcando que eran todo un «ejemplo a seguir» para preservar el futuro del continente, según publicó el diario digital La Gaceta de la biosfera, controlado por la Fundación Disenso, de VOX.
La presidenta de Hungría, Katalin Novak, leal a Orbán, dimitió de su cargo el sábado de la pasada semana tras conocerse que en abril del pasado año indultó, por error según ha declarado, a un hombre condenado por abusar sexualmente de un niño en un hogar infantil.
Esta semana, en el Palacio de Viana, en Madrid, el ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Peter Szijjártó, se reunía con el Ministro español José Manuel Albares.
La adquisición de Talgo por parte de Ganz-MaVag Europe, declaró Szijjártó tras su reunión con Albares, «fortalecerá las relaciones económicas» entre España y su país. El Ministro de Asuntos Exteriores español, chitón.