Los tres hijos de Villar-Mir luchan por mantener los restos de un imperio que heredaron en 2012
Los tres hijos de Juan Miguel Villar-Mir recibieron en 2012 acciones de Inmobiliaria Espacio valoradas en más de 500 millones.
Juan, Silvia y Álvaro Villar–Mir de Fuentes, los tres hijos de Juan Miguel Villar-Mir, fallecido el sábado, trabajan por mantener en pie lo que queda de lo que fuera todo un imperio familiar -rascacielos, constructoras, energéticas-, con presencia en medio mundo, una fortuna ‘heredada’ hace más de una década.
Los tres hermanos se reparten el capital de Inmobiliaria Espacio, el holding a través del cual gestionan las inversiones de la familia en inmobiliario, construcción y energía, único accionista de Grupo Villar Mir.
Cada uno de ellos posee el 33,33% del capital de la compañía, a través de sus respectivas sociedades Launiun Corp, Panarea Capital y Positano Inveriones.
En diciembre de 2012, Juan Miguel Villar-Mir repartió entre las tres firmas, creadas poco antes, acciones de Inmobiliaria Espacio valoradas en 552 millones de euros. Los hermanos también se repartieron la propiedad de un yate de sesenta metros de eslora.
Tras una década de auge y caída, en 2021 los tres hermanos Villar-Mir se anotaron pérdidas conjuntas cercanas a los 1.000 millones de euros. En la actualidad, aunque han logrado rebajar sustancialmente las deudas contraídas, las dudas sobre la actividad de Inmobiliaria Espacio se mantienen.
OHL, Canalejas, Fertiberia…
El fundador del grupo OHL, Juan Miguel Villar-Mir -al que sus alumnos en Ingeniería Técnica de Obras Públicas, en los años sesenta, llamaban El Triuno, por ser número uno de su promoción en Ingeniería, Derecho y Economía- levantó la multinacional española entre las décadas de los años ochenta y noventa, con la compra de Obrascón, que estaba en quiebra, por una peseta, y después con las de Huarte y Laín, dando lugar a OHL.
Fertiberia, Ferroglobe, el complejo Canalejas, inversiones en cotizadas como Colonial, Santander, Abertis, fueron algunas de las grandes apuestas de los Villar-Mir, en los últimos años del pasado siglo y principios de este, un imperio gestionado a través de Grupo Villar Mir.
Torre Espacio (hoy Torre Emperador), el primero de los rascacielos por la izquierda, en la Castellana (Madrid). Reuters
En 2008, los Villar Mir levantaron Torre Espacio (hoy Torre Emperador) uno de los cuatro rascacielos de la Castellana, en Madrid, todo un símbolo del poder de la familia propietaria de OHL.
Pero la construcción del rascacielos coincidió con el inicio prácticamente de lo que sería la mayor crisis financiera, inmobiliaria y económica sufrida por España en democracia.
Los cimientos del grupo familiar comenzaron entonces a tambalearse, al mismo tiempo que la sombra de escándalos de corrupción -Púnica, Lezo, los papeles de Bárcenas…- se cruzaban en el camino de los Villar-Mir.
Ventas y refinanciaciones
La familia Villar-Mir ha pasado prácticamente los últimos diez años vendiendo y refinanciando deudas superiores a los 1.000 millones.
En 2014 se desprendieron de acciones en Santander y activos inmobiliarios; en 2015 vendieron Torre Espacio al grupo filipino Emperador, por 558 millones.
La familia Villar-Mir compró en 2012 un yate por valor de 40 millones que vendió en 2021 por 17 millones
En octubre de 2016 el holding familiar firmó un acuerdo de financiación con el fondo Tyrus, de Mónaco, para acometer una ampliación de capital en OHL por 1.000 millones de euros, en un último intento por retener el control de la constructora. Desde entonces, las ventas y los acuerdos de financiación han sido constantes.
En 2019, Grupo Villar Mir acordó la venta de Fertiberia, una de las empresas insignia, al fondo Triton, y también de una participación del 49% de la empresa norteafricana Fertial (la primera productora de amoniaco de Argelia) al gigante argelino Sonatrach.
También se ha desprendido de participaciones en Ferroglobe -la compañía cotizada en el Nasdaq, presidida por Javier López Madrid, casado con Silvia Villar Mir Fuentes-, vendió Canalejas a OHL, y activos energéticos.
En marzo del pasado año, los Villar Mir desaparecieron del capital de OHL (OHLA en la actualidad), entregando como dación en pago al fondo Tyrus 42 millones de acciones de la constructora. También aportaron al fondo, para pagar la deuda contraída, los importes logrados en ventas de sociedades energéticas y de acciones de Ferroglobe.
Dudas significativas
A pesar de las fuertes desinversiones acometidas en los últimos años, los tres hermanos Villar-Mir Fuentes tendrán que seguir ajustándose el cinturón.
Grupo Villar Mir admite en sus últimas cuentas depositadas en Registro Mercantil -individuales, de 2022, auditadas por BDO en septiembre de 2023- la existencia «de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad del Grupo para continuar como empresa en funcionamiento«.
Según las mismas cuentas, a 31 de diciembre de 2022 el pasivo total con Tyrus ascendía a 415 millones de euros.
Grupo Villar Mir cerró ese ejercicio con un activo valorado en 2.519 millones, un pasivo no corriente por importe de 654 millones y pasivo corriente de 1.336 millones. La cifra de negocios alcanzó los 3.275 millones.
Un yate y caballos
Juan, Silvia y Álvaro Villar-Mir de Fuentes controlan cada uno de ellos el 33,33% de Inmobiliaria Espacio, a través de sus respectivas sociedades Launiun Corp, Panarea Capital y Positano Inveriones.
Cada una de las tres sociedades de los hermanos Villar-Mir se anotó en 2021 pérdidas por importe de 307 millones de euros, por el deterioro del valor de sus participadas a través de Inmobiliaria Espacio.
Los tres hermanos Villar-Mir se reparten la propiedad de la sociedad Caiz Naval, creada en 2010, ya sin actividad. En 2012 la empresa adquirió un barco Motor Yacht CRN de 1.455 KW de potencia, sesenta metros de eslora y 10,2 metros de manga, por 36,4 millones de euros, y otros elementos adicionales a la embarcación por 4,8 millones.
La compra del yate fue investigada por Hacienda. En mayo de 2014 la Dependencia Regional de Inspección de la Delegación especial de Madrid de la Agencia Tributaria inició actuaciones de comprobación e investigación del Impuesto sobre el Valor Añadido de los períodos 2012 y 2013 con carácter general, por la compra de dicho barco.
Las actuaciones relativas al IVA finalizaron con la imposición de una sanción de 1,3 millones, recurrida ante la Audiencia Nacional. En enero de 2021, los Villar-Mir no tuvieron más remedio que vender el yate, por 17,2 millones, registrando una pérdida de 20,5 millones de euros.
Juan Villar-Mir mantiene la propiedad de Agropecuaria Ecuestre, dedicada a la explotación de fincas y compraventa, cría y doma de caballos. La sociedad finalizó 2022 con activos valorados en dos millones de euros, y pérdidas de 0,3 millones.