La venta de Santillana enfrenta a Cebrián con los hijos de Polanco
Amber Capital y la familia Polanco se oponen a la venta de Santillana en los términos actuales. La editorial es el principal activo del grupo Prisa
La operación más relevante del grupo Prisa en años va camino de agravar la guerra accionarial que vive su consejo de administración. La venta de Santillana, en el candelero desde hace meses, parecía estar cerca de concretarse con la oferta recibida desde el fondo francés Rhône Capital, lo suficientemente jugosa según el criterio del presidente de la cotizada, Juan Luis Cebrián. Pero no todos los miembros del consejo opinan lo mismo.
Amber Capital, primer inversor de Prisa con cerca del 19% de las acciones, y los miembros de la familia Polanco que se mantienen en el consejo -con un 17,5% del capital, a través de Rucandio S.A.-, rechazaron el pasado viernes en un tenso encuentro la propuesta del fondo por la editorial de libros de texto, informa El Confidencial. La oposición de ambos accionistas supone un grave problema para Cebrián, por la relevancia de los consejeros rebeldes y porque la venta de Santillana parece a día de hoy la única estrategia del editor de El País para reducir su abultada deuda.
La encrucijada en la que se encuentra el grupo la revela un dato: más de cinco de cada diez euros facturados por la compañía provienen en estos momentos de la editorial, que cuenta con una posición dominante en mercados como el español y el latinoamericano. Pero al mismo tiempo, ante el declive imparable de los negocios de radio y prensa, Santillana aparece como el único activo lo suficientemente atractivo para hacer caja y enjugar buena parte (o la totalidad) de los 1.543 millones de euros de deuda que arrastra el grupo. Otro elemento añade más urgencias a la operación: Prisa afronta un vencimiento de deuda de 956 millones a finales de 2018.
Prisa: más de cinco de cada diez euros facturados provienen de Prisa
Así, los fondos acreedores aprietan desde hace meses para rentabilizar parte de lo invertido en un grupo que vive instalado en una crisis permanente desde hace un lustro. Las posibles vías de entrada de ingresos son, por tanto, escasas. Y más todavía desde la venta en junio de su filial portuguesa Media Capital por 440 millones. Pero tanto Amber como los Polanco creen que desprenderse de Santillana sería el principio del fin del imperio mediático creado tras las vuelta de la democracia a España.
Accionariado atomizado
La oposición de los herederos de Jesús de Polanco, más allá de su simbolismo, tiene una enorme importancia. A pesar de que en 2016 la familia del ex presidente del grupo perdió su condición de primer accionista en la cotizada, Ignacio y Manuel Polanco siguen contando con un 17,5% de las acciones, un paquete de peso en un accionariado tan dividido como el de Prisa. Por detrás de Amber y Rucandio S.A., Telefónica aparece como tercer accionista del grupo (13%). También figuran en las primeras posiciones de esta lista los bancos HSBC (9,5%), Caixabank (4,9%) y Santander (4%).