Rubiales crea una dirección especializada en venta de activos tóxicos en Unicaja para limpiar la cartera inmobiliaria
El CEO del banco malagueño ha dado más relevancia al área de inmuebles en el nuevo organigrama y ha creado una dirección general especializada en Non Core, venta de activos tóxicos, reporting de inmovilizado...
Isidro Rubiales, CEO de Unicaja, ha dado más relevancia a la desinversión de activos problemáticos que tiene el banco que lidera. La entidad malagueña lleva varios años tratando de limpiar su balance de los denominados activos adjudicados, ROES en el argot financiero.
Con la llegada del nuevo CEO y con el posterior reajuste del organigrama directivo, Rubiales ha dado más peso a la desinversión de estos activos creando una dirección general especializada en Non Core, Venta de Inmuebles y reporting de inmovilizado, entre otras funciones.
Pese a que Unicaja Banco ya tenía un equipo especializado en esta tarea en el organigrama liderado por Manuel Menéndez, la firma bancaria no contaba con una dirección general dedicada únicamente a estas labores, circunstancia que ha cambiado con el ‘aterrizaje’ de Rubiales.
Unicaja está haciendo una limpieza profunda de activos problemáticos
Tal y como explican fuentes financieras consultadas por este diario, el banco cotizado del Ibex 35 está haciendo una limpieza profunda de estos activos adjudicados que, hasta septiembre del pasado curso, ascendían hasta los 1.597 millones de euros. Todo ello contando con que Unicaja ha vendido distintas carteras de activos inmobiliarios a diversos fondos, como Ceberus.
Fuentes conocedoras de la situación trasladan a ECONOMÍA DIGITAL que, con la llegada de Rubiales, el banco pilotado por el directivo malagueño decidió dar «cierta relevancia» a la desinversión de estos activos y crear una nueva dirección general.
La división especializada en esta rama reportaba a la dirección general Adjunta al Consejero Delegado, que estaba liderada por Jesús Ruano, en el anterior organigrama de Unicaja. Con el ajuste que el nuevo CEO ha realizado en las altas esferas del banco, que fue adelantado por este diario, la división de Inmuebles ha pasado a ser la dirección general de Non Core e Inmuebles. Rosario Aracena ha sido, y es, la encargada de pilotar esta área tanto en la cúpula de Menéndez, como en la actual.
Por su parte, Jesús Ruano sigue figurando en las altas esferas de la entidad con sede en Málaga, pero ahora como director general de Negocio de Empresas.
La dirección general cuenta con dos subdirecciones
Para Rubiales, el saneamiento de la cartera inmobiliaria de Unicaja se ha convertido en una prioridad mayor. De ahí que el nuevo consejero delegado se haya decantado por crear una división general especializada únicamente en esta tarea.
Dentro de esta existen otras subdirecciones que, al mismo tiempo, cuentan con más encargados focalizados en tareas más concretas. Esas dos subdirecciones son la de Planificación de Venta de Inmuebles, la cual, hasta la fecha, está descabezada, y la dirección de Inmovilizado, que está liderada por Ana Podadera.
Como fuere, el nuevo CEO ha querido dar prioridad a la desinversión de activos problemáticos. Rubiales quiere que Unicaja no pierda el hilo y siga vendiendo al mismo ritmo al que lo ha hecho hasta el tercer trimestre.
El banco se ha deshecho de 236 millones en activos nocivos
En lo que va de año, la compañía se ha deshecho de 236 millones de euros de activos adjudicados, y desde el tercer trimestre de 2021, momento en el que Unicaja agregó los activos de Liberbank a su balance, el banco malagueño se ha desprendido de más de 625 millones de euros en activos tóxicos.
Pese a que se desconocen las cifras oficiales en el cómputo de 2023, todo apunta a que el banco aún presidido por Manuel Azuaga cerrará el ejercicio con alrededor de 1.450 millones de euros en activos adjudicados.
Como señalan fuentes conocedoras del caso a este medio, Unicaja Banco está planeando la venta de más carteras a fondos, operación que ya ha realizado hasta en cuatro ocasiones en el último año y medio. La última de ella fue el Proyecto Centauro que, como informó elEconomista, sirvió para que la entidad andaluza se desprendiera de 100 millones de activos tóxicos, algo más de un 5% de la cartera que Unicaja acumulaba hasta junio de 2023.
Las operaciones Pegaso, Fénix y Leónidas son otras con las que la firma cotizada del Ibex 35 ha soltado lastre en los últimos meses. En casi todas ellas se ha repetido la misma gestión: se prepara una cartera de activos inmobiliarios nocivos y se vende a un fondo.
La desinversión en estos bienes nocivos se antoja esencial para que el banco consiga los objetivos fijados en el Plan Estratégico, el cual vence en este ejercicio. Está por ver si Unicaja logra ajustar el umbral de activos tóxicos al 4% deseado.