UGT se une a Puente y alerta sobre el impacto negativo de Ouigo e Iryo en el sistema ferroviario español

UGT ha expresado su preocupación por el modelo ferroviario español, señalando a las compañías Ouigo e Iryo por prácticas comerciales injustas que ponen en riesgo la estabilidad del sector. Esta postura se suma a las críticas previas del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente.

UGT ha destacado las declaraciones recientes del titular de Transportes, que han puesto de relieve la situación compleja en la que se encuentra el sector ferroviario en España.

El sindicato ha resaltado que el mercado está siendo dominado por dos empresas extranjeras, Ouigo e Iryo, que han estado acumulando pérdidas millonarias durante años. Estas pérdidas son sostenidas financieramente por los impuestos de los ciudadanos de Francia y de Italia, respectivamente, lo que coloca al modelo ferroviario español en una posición de desventaja.

Italia y Francia no aceptan la entrada de Renfe en sus mercados ferroviarios

Además, UGT ha denunciado que los gobiernos de Francia e Italia están limitando la presencia de Renfe en sus propios mercados ferroviarios, mientras que el Gobierno español ha facilitado a Ouigo e Iryo el acceso a rutas principales, lo que constituye una competencia desleal.

La entrada de Ouigo con pérdidas anuales de más de 40 millones de euros es insostenible para cualquier empresa. Estas pérdidas se producen a pesar de ofrecer un servicio deficiente, sin suficiente atención al cliente y con peores condiciones para los viajeros.

La saturación de las vías debido a la entrada de Ouigo ha provocado retrasos en los servicios de Cercanías, Media Distancia, Larga Distancia y AVE, lo que perjudica a Renfe Operadora, la empresa pública española.

Además, UGT ha alertado sobre un aumento de las incidencias y el desgaste de la infraestructura ferroviaria debido a la sobreexplotación de las vías. Esta situación ha generado una mayor demanda en el mantenimiento de la infraestructura, que no está siendo satisfecha adecuadamente, lo que resulta en un trabajo de mantenimiento precario y externalizado. Todo ello conlleva una mayor inversión y gasto para permitir que estas dos empresas extranjeras ofrezcan un servicio lucrativo que no aporta valor económico ni social al país.