Comapa pierde la guerra contra los jamoneros de la Alpujarra
Otro varapalo judicial para Comapa: el juez desestima su demanda contra los jamoneros de la Alpujarra para anular su marca de garantía
La guerra judicial que la empresa Comapa emprendió contra los jamoneros de la Alpujarra granadina ha acabado en varapalo para el mayor distribuidor de ibéricos. Un juez madrileño ha sentenciado que no será posible la nulidad de la marca de garantía de Jamón de la Alpujarra que la empresa con sede en Madrid solicitaba en una demanda presentada en noviembre de 2018, con la intención de despejar el camino para vender su marca de jamón Sierra Alpujarra sin someterse al reglamento aprobado por la Junta de Andalucía para los productos cárnicos de la región.
Esta era la segunda demanda que Comapa había presentado contra la Asociación de Productores de Jamón de Trevélez, titular de la marca de garantía de Jamón de la Alpujarra. La primera, también desestimada, tenía como objetivo anular la marca colectiva de Jamón de la Alpujarra, para los mismos fines. Los jamoneros de la región andaluza, que habían asegurado sentir una «presión total» por parte de Comapa con estas y otras acciones, se han mostrado ahora «muy contentos» porque «la marca de garantía sigue activa», según la secretaria de la Asociación, Pilar Álvarez.
Álvarez ha avanzado que «seguiremos denunciando» a las empresas que quieran usar el nombre de la Alpujarra en sus marcas comerciales de jamón sin cumplir el pliego de condiciones que impone el reglamento de la Junta de Andalucía. Comapa, que puede recurrir la sentencia y que ahora mismo se encuentra en concurso de acreedores por sus elevadas deudas, no respondió las preguntas de Economía Digital sobre el fallo, notificado por el juzgado de lo mercantil número 11 de Madrid el pasado 16 de septiembre.
Comapa, que durante los últimos meses fue gestionada por directivos de Vall Companys –el gigante cárnico catalán que tiene participación en la empresa–, presentó estas demandas a finales de 2018 tras las reiteradas denuncias de los jamoneros de la Alpujarra por la vulneración de sus marcas colectiva y de garantía. La marca Sierra Alpujarra de Comapa, sin embargo, fue anulada recientemente porque, además de esta irregularidad, no explicaba en su etiquetado que la materia prima de su jamón era polaca.
El juez desestima la demanda de Comapa a los jamoneros de la Alpujarra
La marca de jamón curado Sierra Alpujarra de Comapa estaba a la venta en grandes cadenas de supermercados como Carrefour. Desde que la avistaron en los lineales de las tiendas, los jamoneros de la Alpujarra criticaron que la marca usa un vocablo protegido por la Junta de Andalucía. Comapa tenía más marcas con esta palabra a la venta, como por ejemplo Aires de la Alpujarra y Altos de la Alpujarra, que aún figuran en el listado de marcas de la web del grupo (al igual que Trevedul, otra marca eliminada por múltiples controversias).
El fallo de la sentencia que nos ocupa alega que la marca colectiva Jamón de la Alpujarra tiene un «carácter distintivo» y es «una marca denominativa que tiene por objeto distinguir el referido producto alimenticio, informando al consumidor que el mismo procede de una zona geográfica concreta». Y añade: «Resulta evidente que desde la perspectiva de un consumidor razonablemente informado y perspicaz la marca ‘Jamón de la Alpujarra’ identifica un producto concreto que procede de una zona geográfica determinada y que es producido por una pluralidad de productores».
La web del jamón Sierra Alpujarra, de Comapa, consultada el 7 de octubre de 2019 por Economía Digital
En otro punto, el juez afirma que Comapa «realiza un análisis genérico, vago e impreciso que resulta insuficiente para determinar que la marca de garantía incurre en la causa de nulidad establecida en los artículos 70.2 y 72 de la ley de Marcas» y defiende que la marca de garantía Jamón de la Alpujarra cumple «la función diferenciadora establecida» en artículos a los que hace referencia. «No habiéndose acreditado que la marca impugnada esté incursa en causa alguna de nulidad, procede desestimar íntegramente la demanda interpuesta», concluye el fallo.
Se entiende, por lo tanto, que ni Comapa ni ninguna otra empresa que pretenda vender «jamones de la Alpujarra» puede hacerlo al margen de la Asociación de Productores de Jamón de Trevélez, que gestiona las marcas colectiva y de garantía. Si quieren poner el nombre de la región en sus etiquetas, los fabricantes deben cumplir con las condiciones: «Que esté elaborado en la Alpujarra y que sea una empresa acreditada por ENAC la que audita a la compañía para certificar que se está produciendo según el pliego de condiciones», explicó Álvarez.
El referido pliego también obliga a los productores de este jamón a solo utilizar sal marina en el proceso de curación y a no usar aditivos. También se exige que este secado especial no se realice en cámaras frigoríficas, una práctica usual en la producción industrial de jamones. En resumen, «nadie puede utilizar esta marca si no está auditado y cumple el pliego de condiciones», concluyó Álvarez. No obstante, pese al fallo judicial, la web de Sierra Alpujarra sigue en línea con todos los elementos que le han valido problemas con estos jamoneros.
Los jamones de Comapa: de polémica en polémica
Comapa ha tenido varios jamones cuestionables a la venta. Desde el fraude del ibérico hasta la trama del jamón podrido, la compañía ha sido imputada en algunas de las más controvertidas investigaciones sobre el sector en los últimos años. Y en los últimos meses, cuando ya eran conocidos sus problemas financieros y Vall Companys había asumido la gestión de la empresa, se han mezclado dos polémicas: sus jamones polacos y sus marcas comerciales que invitan a la confusión al utilizar o aproximarse a conceptos protegidos.
Sierra Alpujarra fue la marca que hizo estallar estas polémicas y fue denunciada por Facua-Consumidores en Acción tanto por su materia prima polaca no explicitada en el etiquetado como por su nombre. Después, publicaciones de este medio revelaron que la marca Trevedul también se fabricaba con carne importada de Polonia y que tanto su nombre, como su etiqueta y otros materiales promocionales buscaban hacerse pasar por producto amparado por la Indicación Geográfica Protegida (IGP) de Jamones de Trevélez. Trevedul también fue denunciada por Facua.
Tras retirar las marcas del mercado por decisión de los directivos de Vall Companys que entraron en su directiva, Comapa solicitó el concurso de acreedores el pasado mes de septiembre. A su vez, una empresa del entramado de Vall Companys ahora vende un «jamón natural» con materia prima proveniente del mismo matadero polaco del que provenían las piernas de cerdo de los jamones Trevedul y Sierra Alpujarra de Comapa.