Actualizado
Torres (BBVA) y Oliu (Sabadell) coinciden en la toma de posesión de Escrivá como gobernador del BdE
Los máximos protagonistas del sector bancario han mantenido un breve y cordial encuentro mientras la 'opa hostil' sigue adelante
La toma de posesión del nuevo gobernador del Banco de España prometía ser la puesta de largo del exministro José Luis Escrivá, pero todas las miradas han acabado en los dos máximos protagonistas de los movimientos del sector financiero, Carlos Torres y Josep Oliu, presidentes del BBVA y del Banco Sabadell, en plena opa hostil del primero sobre el segundo.
Torres y Oliu se han saludado y han mantenido una breve conversación que, según los presentes, ha tratado sobre el verano. Se trata del segundo encuentro público entre ambos desde que el BBVA anunció la opa hostil para hacerse con la entidad catalana, una operación que ha recibido fuertes críticas desde el Gobierno y gran parte de la opinión pública.
Al encuentro se han sumado la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, y también la presidenta de la Asociación Española de Banca, Alejandra Kindelán. Una breve conversación que ha eclipsado por momentos el gran acto previsto para Escrivá.
Pablo Hernández de Cos, cuyo mandato terminó en junio, ha aprovechado su intervención para agradecer a todo el equipo de la institución su labor y también para dar por cumplidos los dos objetivos marcados cuando asumió el cargo: reforzar el «rigor académico» y la «independencia» del Banco de España.
Por momentos, parecía que el discurso de Hernández de Cos se dirigía directamente al nuevo presidente de la institución, cuya independencia ha sido puesta en cuestión por dar el salto al Banco de España desde el Consejo de Ministros y por haber cuestionado vehementemente algunos de los análisis elaborados por el servicio de estudios de la entidad.
De Cos ha deseado «visión, acierto y un entorno propio» al nuevo tándem que dirigirá el Banco, ya que junto a Escrivá también ha tomado posesión la subgobernadora, Soledad Núñez. El exgobernador ha expresado su deseo de que la nueva cúpula construya «sobre la base de lo logrado, manteniendo el rigor y la independencia», lo que garantiza el éxito.
El nuevo gobernador ha insistido mucho en la independencia en el discurso de su toma de posesión, resaltando su papel como presidente que puso en marcha la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) y obviando, en parte, su paso por el Gobierno. En parte porque la digitalización, su última responsabilidad en el Ejecutivo, ha sido destacada como uno de los retos a los que tendrá que hacer frente el Banco de España.
«El buen funcionamiento de las sociedades democráticas requiere de instituciones imparciales que ejerzan poderes delegados bajo mandatos acotados, cuya delegación se justifica, o bien porque deben ser ejercidos con una orientación a medio plazo que transciende los ciclos electorales, o bien por su carácter eminentemente técnico o por su función supervisora», ha defendido Escrivá.
Esta independencia de la institución ha de ser reforzada, ha señalado Escrivá, mediante una reforma de la Ley de Autonomía del Banco de España, que data de 1994, por lo que el Consejo de Gobierno del banco ha puesto en marcha un grupo de trabajo para evaluar los potenciales cambios en la norma.
La toma de posesión ha estado marcada por la ausencia del área económica del Gobierno. Solo el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, negociador clave para el nombramiento de Escrivá, ha acudido, aunque a título personal, ya que profesionalmente es letrado del Banco de España. Además de los primeros espadas del sector financiero, al acto han acudido el secretario general de UGT, Pepe Álvarez; el presidente de la patronal Cepyme, Gerardo Cuerva; o la presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo.