El consejero y abogado de Grifols estuvo vinculado hasta 2007 con KPMG, auditor de la firma
La vinculación entre KPMG, Tomás Daga y Grifols ha supuesto ingresos y beneficios millonarios para la consultora y el despacho del consejero del grupo.
Tomás Dagá, el abogado de cabecera de Grifols, miembro del consejo de administración de la farmacéutica catalana desde el año 2000, ha mantenido vinculaciones con KPMG, la consultora que ha auditado ininterrumpidamente las cuentas de la multinacional desde el año 1990, al menos hasta 2007.
El grupo Grifols pasa por el momento más delicado de su historia después de que, el martes pasado, la firma de análisis Gotham City publicara un demoledor informe asegurando que las acciones de la compañía, con un valor de mercado aproximado a los 6.000 millones de euros antes del estallido de la crisis, en realidad valen cero.
Mientras que Gotham asegura haber detectado en las cuentas de Grifols deficiencias que llevarían al grupo a tener un valor de mercado igual a cero, KPMG no ha apuntado salvedad alguna en los últimos veinte años en sus auditorías sobre la empresa con sede en Barcelona.
Como ha publicado este diario, la Big Four ha ingresado más de 76 millones de euros en los últimos veinte años por los servicios profesionales ofrecidos a Grifols. La consultora, con la que se ha puesto en contacto Economía Digital, no ha querido comentar esta información, y ha rechazado aclarar cual ha sido la vinculación que ha tenido con Tomás Dagá.
En el informe de Gobierno Corporativo de Grifols del pasado año, la multinacional indica que Tomás Dagá, miembro de la Comisión de Auditoría del grupo, es socio y fundador del despacho Osborne Clarke en España y que, «previamente», trabajó en el departamento fiscal y societario «de Peat Marwick Mitchell & Co. en Barcelona», antigua denominación de KPMG.
Este diario se puso en contacto el viernes con el despacho de Tomás Dagá -con oficinas en Barcelona, Madrid y Zaragoza-, para comentar esta información, pero no se obtuvo respuesta. De un anuncio publicado en el Borme en 2007, se infiere que Tomás Dagá tuvo vinculación con KPMG al menos hasta ese año.
Ingresos y beneficios millonarios
La relación entre KPMG, Tomás Dagá y Grifols ha supuesto unos ingresos y beneficios millonarios para la consultora, y también para el despacho fundado por el abogado catalán.
Tomás Dagá es fundador y socio del despacho Osborne Clarke, constituido en Barcelona en 2011, con fuertes vínculos, millonarios, con Grifols. El abogado es miembro del consejo de administración del grupo farmacéutico desde el año 2000, y vicesecretario del consejo desde 2016, puesto del que dimitió el pasado 19 de diciembre.
Tomás Daga es consejero de Grifols y también es consejero y accionista de la sociedad Scranton
El informe de Gotham City señala que el bufete prestó a la sociedad Scranton -la firma sobre la que planean buena parte de las sospechas lanzadas sobre la farmacéutica- tres millones de euros en diciembre de 2021, reembolsado 23 días después. «Osborne Clarke es el despacho de abogados de Grifols. ¿Quién obtiene préstamos de sus asesores legales?«, se pregunta el informe de Gotham.
De acuerdo a las últimas cuentas disponibles en Registro Mercantil de Osborne Clarke, del año 2021, consultadas por este diario, el despacho alcanzó ese ejercicio una cifra de negocio de 43,6 millones de euros (36,7 millones en 2020) y logró un beneficio de 9,2 millones (8 millones un año antes).
En 2021, los socios de Osborne Clarke recibieron una remuneración, en concepto de servicios profesionales prestados a la compañía, por importe de 10 millones de euros (8,8 millones en 2020).
La consultora Auren, que audita las cuentas de Osborne Clarke, sí que ha ido anotando año tras año una salvedad sobre las cuentas del bufete.
El despacho fundado por Tomás Dagá realiza una gran parte de su negocio con un mismo grupo empresarial (Grifols), hasta el punto de ser considerada «parte vinculada«. Pero en sus cuentas no aporta al respecto información alguna.
En 2021, Auren advierte en su auditoría sobre Osborne Clarke que el despacho «presta una parte relevante de sus servicios a un grupo empresarial, con el cual hasta el ejercicio 2020 era considerada parte vinculada al existir influencia significativa«, situación que «ha desaparecido durante el ejercicio actual».
«No dispusimos de la documentación suficiente y adecuada para poder suministrar la información descrita que suponía una información relevante de las cuentas anuales», advierte Auren sobre las cuentas de Osborne Clarke.
Daga, Scranton y Grifols
La relación entre Grifols y la sociedad Scranton Enterprises centra buena parte del informe de Gotham City que ha hundido el valor en Bolsa de la compañía catalana.
El informe subraya que tanto Grifols como Scranton, «un vehículo de la familia Grifols», que posee el 8,4% de las acciones de Grifols, consolidan en sus respectivos estados financieros las cuentas de otras dos compañías, Haema y BPC Plasma, lo que, afirma, es «materialmente incorrecto y engañoso«.
Tomás Dagá, el abogado de los Grifols, forma también parte del consejo de administración de Scranton.
Y de acuerdo al último informe de Gobierno Corporativo de la farmacéutica, el abogado es además accionista de Scranton (el informe no precisa la participación que posee). La pasada semana, en un encuentro con analistas, Grifols trató de aclarar la relación con Scranton, admitiendo que la familia fundadora de la farmacéutica posee el 20% de la sociedad domiciliada en Países Bajos.