Telefónica estudia la venta de sus filiales de Ecuador y Colombia a Liberty
La compañía de telecomunicaciones quiere acelerar la salida de la región
Telefónica busca la salida del laberinto de Latinoamérica de la mano de Liberty. La compañía de telecomunicaciones española, que lleva más de un año intentando reducir su exposición en la región, está en conversaciones con la compañía extranjera para deshacerse de sus filiales en Ecuador y Colombia, cada vez más residuales en el balance global del grupo.
Así lo ha adelantado Bloomberg en la noche de este lunes, en la que ha informado que ambas compañías han mantenido las conversaciones iniciales para estudiar la operación corporativa.
Hay que recordar que Liberty no es un player más del mercado, sino el operador que ya ha ayudado a Telefónica a dar salida a otras filiales, como la de Costa Rica. Liberty compró la filial de este país caribeño por 500 millones de dólares (411,5 millones de euros al cambio).
Queda por ver cómo evolucionará ahora la compra de Ecuador y Colombia, pues el papel del regulador y de la administración en estos países está influyendo mucho en la marcha del negocio de los de José María Álvarez-Pallete.
En el caso de Colombia, la voluntad del Gobierno será crucial. El Ejecutivo del país mantiene parte de la propiedad de la filial de Telefónica (aproximadamente el 32%), por lo que que no solo tiene una participación, sino que mucho que decir sobre la venta.
Refugio en Europa
La noticia adelantada por la agencia estadounidense encaja con la hoja de ruta marcada hace más de un año por la cotizada española, cuando José María Álvarez-Pallete anunció una de las decisiones más importantes desde que tomó la presidencia de la compañía de telecomunicaciones.
Su plan no pasaba solo por seguir creciendo en sus mercados fuertes (Alemania, Reino Unido, España y Brasil), sino por encontrar soluciones en aquellos que se le han atragantado a la compañía.
Bajo esta premisa, Hispanoamérica queda señalada. Álvarez-Pallete considera que la fórmula tradicional de negocio se ha agotado en la región, donde cuesta saber crecer pese al crecimiento de la inflación y las trabas del regulador. La región pesa cada vez menos en el balance global: supone el 20% de los ingresos del grupo pero su Oibda, la medida que marca realmente el estado de salud del negocio, apenas alcanza el 5%.
A este respecto, hay que apuntar que la multinacional española ha explorado la venta de otras regiones, además de Ecuador, Colombia y Costa Rica. Sin ir más lejos, la venta de la filial de Guatemala fue acordada con América Móvil, propiedad del empresario mexicano Carlos Slim, pero ese mismo grupo no pudo replicar la operación con la filial de El Salvador.
La operación allí fue frustrada en el último momento por las imposiciones del regulador del país, la Superintendencia de Competencia (equivalente en España a la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia). La renuncia supuso dejar de ingresar 169 millones de euros por el 59,6% que Telefónica controla de la compañía en el país.