El gran ajuste en Telefónica, Avatel y Vodafone: las grandes telecos destruyen 5.000 empleos en 2024

El sector de las telecomunicaciones en España ha destruido cerca de 5.000 empleos en lo que va de 2024 en un contexto marcado por la caída de ingresos y la extrema competencia. Telefónica, Avatel y ahora Vodafone han cerrado procesos de despidos colectivos en los últimos meses mediante los cuáles han adelgazado considerablemente sus plantillas y han reducido su estructura empresarial.

Mes y medio después de que el fondo británico Zegona completase la compra de Vodafone por 5.000 millones de euros, la compañía acaba de cerrar el acuerdo con los sindicatos por el que despedirá a 898 trabajadores. Aunque lejos de las condiciones que se han dado en anteriores expedientes de regulación de empleo (ERE), los trabajadores han acabado firmando la oferta final ante la presión del grupo de aplicarlo por las condiciones mínimas que establece la ley si no había acuerdo.

Este ajuste se suma a las 674 salidas del despido colectivo llevado a cabo por Avatel en junio y a las 3.421 de principios de año en Telefónica, que hacen un total de 4.993 empleados. Son procesos que se han dado en diferentes condiciones empresariales, pero que tienen en común un contexto económico marcado por el descenso de los ingresos en el sector y un mercado muy atomizado, donde la competencia por mantener y ganar clientes es cada vez más voraz.

Pérdida de usuarios y descenso de ingresos

Vodafone, la tercera operadora del país, es una de las compañías que más lleva sufriendo las portabilidades de usuarios a otras empresas que compiten en el segmento del bajo coste como la rumana Digi. Un fenómeno constante en los últimos meses y que afecta también a Telefónica y al que ya es el grupo más grande por número de clientes, Masorange, fruto de la fusión de Orange y MásMóvil.

Mientras que las grandes telecos vienen registrando saldos negativos de portabilidades, los operadores virtuales (OMV), que no tienen red propia, arañan mes a mes clientes en líneas móviles. Un ejemplo son los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), según los cuáles las OMV, entre las que se incluye Digi, ganaron el pasado abril 65.157 líneas, frente a las 65.157 líneas que perdió Vodafone y a las 7.389 que perdió Movistar.

Orange y MásMóvil ganaron líneas móviles, si bien en banda ancha fija la teleco naranja registró una caída del 6,1%, solo superada por el descenso del 16% de Vodafone. En cualquier caso, los datos reflejan el elevado coste que supone competir en un sector con un gran número de empresas compitiendo por repartirse el mismo pastel. Algo que se ha traducido en la caída de los ingresos que algunas de las grandes compañías generan en el país.

Los últimos resultados de Orange en España, justo antes de completar su fusión con MásMóvil, reflejaron una facturación de 1.149 millones de euros, un 1,3% menos que la registrada en el mismo periodo del año anterior. La teleco francesa redujo así sus ingresos tras haber logrado cerrar el ejercicio 2023 con crecimiento de su negocio en los últimos cinco años.

Por su parte, Vodafone redujo pérdidas hasta los 5 millones de euros en el país, y registró 3.846 millones de euros en ingresos, lo que supone un descenso del 1,6%. La operadora atribuyó esta situación a «la continua competencia de precios en el segmento de valor de consumo, una menor base de clientes y una reducción de las tarifas móviles«.

La falta de inversión en redes castiga a empresas como Ericsson y Huawei

Más allá de los despidos y la caída de ingresos de las grandes operadoras de telecomunicaciones españolas, la situación del sector está teniendo consecuencias en otras empresas tecnológicas cuya parte del negocio está relacionada con la venta de redes. En este sentido, compañías como Ericsson o Huawei están sufriendo el impacto en su negocio por la paralización y la reducción de inversiones ante la debilidad del sector.

Como ya contamos Economía Digital, la tecnológica china está despidiendo personal y ajustando plantilla este verano, según las fuentes consultadas, por la caída del negocio de redes e infraestructuras ante la falta de inversión de las operadoras, además de su situación respecto a los vetos en Europa. Una situación que desde la plantilla temen que desemboque en un ERE el próximo otoño, si bien desde la empresa aseguran que no contemplan esta medida.

En cuanto a la empresa sueca, recientemente presentó los resultados del segundo trimestre, con una caída de ingresos a nivel global del 7%. De las cuentas se extrae que el negocio de redes de la compañía se está resintiendo, precisamente por lo comentado. «Las ventas en Europa disminuyeron un 3% interanual, debido a menores inversiones en redes de operadores y volúmenes de servicios gestionados», refleja el informe financiero del primer trimestre de la compañía.