La china Shanghai Raas se deja 400M en bolsa desde el estallido de la crisis de Grifols
El impacto del informe de Gotham repercute en el valor de la filial asiática del grupo catalán, que reafirma que su venta sigue en pie
Shanghai Raas (SRAAS), la filial china de Grifols, también sufre en bolsa el ataque de Gotham City Research. La farmacéutica asiática ha perdido en la última semana cerca de 387 millones de euros de su valor en el mercado, coincidiendo con el demoledor informe de la firma bajista que ha desplumado la cotización del grupo catalán, su accionista mayoritario con el 26% de los títulos.
La Bolsa de Shenzhen, donde cotiza SRAAS, ya había cerrado el martes cuando Grifols sufrió el primer impacto de las denuncias de Gotham, que le acusa de manipular sus cuentas engordando su ebitda y rebajando su apalancamiento a través de una serie de transacciones cerradas con su segundo accionista, Scranton, una firma participada por miembros de la familia Grífols.
En Shangai Raas, la primera reacción de estas informaciones llegó el miércoles: las acciones del grupo cerraron el día 9 de enero con un valor de 7,61 yuanes chinos (0,98 euros), mientras que 24 horas más tarde valían 7,39 (0,95 euros). De esta manera, el grupo asiático se resiente del golpe asestado sobre su socio, pero de una manera mucho más moderada al impacto sufrido por la catalana.
Baja en un 6% en una semana
A lo largo de la semana, la cotización de la farmacéutica con sede en Shanghái vivió una evolución parecida a la de Grifols, con sus idas y venidas, pero mayoritariamente a la baja. A cierre de este lunes, su valor alcanzaba los 7,16 yuanes (0,92), por lo que la bajada en toda la semana fue del 5,9%, frente al 37% de Grifols.
La capitalización bursátil de SRAAS alcanzaba el lunes los 47.910 millones de yuanes (6.158 millones de euros), una cifra similar a la de Grifols. Antes del estallido de la crisis, superaba los 50.000 millones de yuanes, unos 6.500 millones de euros.
Tanto Grifols como SRAAS han conseguido mantener estable su cotización este lunes tras las repetidas caídas de la semana pasada, coincidiendo con un nuevo comunicado de la firma catalana destinada a calmar a los inversores. El domingo a las 20 horas, la empresa con sede en Sant Cugat del Vallés envió una nota a la Corporación Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en la que aseguraba que la venta de SRAAS al grupo Haier seguía en pie.
“Ante la preocupación suscitada en los mercados de cómo puede afectar dicho informe en la operación de compraventa del 20% de Shanghai RAAS Blood Products Co. Ltd. y puestos en contacto con el comprador, Haier Group Corporation, Grifols quiere informar que la Vicepresidenta de Haier Group Corporation ha manifestado textualmente lo siguiente: «Continuamos trabajando en cerrar el acuerdo, tal y como estaba planeado originalmente»”, decía la Ibex el fin de semana, mientras reafirmaba que esperan cerrar la operación durante el primer semestre de 2023.
RAAS y la deuda de Grifols
La ejecución de la desinversión de Shangai Raas es una de las operaciones que más preocupa a los accionistas de la compañía, porque es una de sus principales operaciones para generar caja y desprenderse de su deuda. La empresa reafirmó el jueves ante los analistas que la venta, valorada en más de 1.600 millones de euros, se destinaría en su totalidad al pago de deuda, priorizando los casi 2.000 millones que vencen en 2025, aunque no aclaró que se saldaría primero.
La losa de la deuda, generada por la fuerte política de adquisiciones de la empresa ejecutada en la última década, lleva tiempo alertando a sus inversores, pero ahora se ha convertido en el foco de las acusaciones de Gotham. Grifols asegura que su deuda rondaba los 9.500 millones de euros a cierre de septiembre de 2023, mientas que la ratio de apalancamiento se situaba sobre el 6x. Por el contrario, la firma bajista, que ha sacado beneficio de sus ataques a la farmacéutica, asegura que el apalancamiento estaría sobre el 10x o el 13x.
Por un lado, la empresa norteamericana considera que la biofarmacéutica hincha su ebitda al consolidar los resultados de Biotest y Haema, dos empresas que vendió a Scranton, pese a no tener acciones. Por su parte, la farmacéutica se defiende asegurando que mantiene el control de las corporaciones, así como un derecho exclusivo de recomprarlas, de modo que puede incluir sus resultados en sus informes financieros, según las normas de contabilidad internacionales.