El sector del juego genera 183.000 puestos de trabajo

La cifra refleja un incremento de más del 27% en la última década, según los datos proporcionados por el Consejo Empresarial del Juego

Un trabajador en un casino. Foto: Freepik.

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El sector del juego generó 183.000 puestos de trabajo durante el año pasado, según los datos recogidos en el estudio ‘Anuario del juego en España 2023’, que el Consejo Empresarial del Juego (CeJuego) ha presentado en el Casino de Barcelona. La cifra arroja un incremento superior al 27% si se toma como referencia el dato registrado en 2014.

El resultado incluye tanto empleos directos en casinos, bingos y apuestas deportivas, como empleos indirectos en sectores relacionados. En el caso concreto de las máquinas recreativas dispuestas en bares y establecimientos hoteleros, sostuvieron 39.000 puestos de trabajo, tal y como pone de manifiesto el estudio.

Destaca la elevada presencia femenina dentro de las plantillas de empleados del sector, concretamente, en el ámbito de la atención al público, donde el 65% de los trabajadores son mujeres.

Impacto fiscal y económico

El informe también revela que el sector del juego desembolsó el año pasado 1.240 millones de euros en concepto de impuestos y tasas sobre el juego del Estado y de las comunidades sobre las empresas.

Si se pone el foco sobre el impacto del sector sobre la economía española, se pone de manifiesto que el juego representa el 0,74% del Producto Interior Bruto (PIB), una cifra que se traduce en 11.045 millones de euros.

El juego de entretenimiento, que hace referencia al que forma parte del ocio e implica el conocimiento de sus reglas para participar, genera 5.897 millones de euros, lo que supone el 0,40% del PIB español.

Cómo son quiénes juegan

Por otro lado, el estudio ‘Juego y sociedad’ desgrana las características y los perfiles de las personas que juegan en España, mayoritariamente hombres con estabilidad económica. Sin embargo, los distintos perfiles de jugador están determinados por varios factores sociales, económicos y culturales.

Entrando en detalle en las personas que no juegan, se aprecia que se trata de perfiles que residen en hogares con dificultades económicas que rechazan jugar por factores ideológicos, religiosos o económicos. Al comparar los distintos grupos de edad, se desprende que los menores de 25 años muestran una menor tasa de participación.

La lotería nacional, especialmente el Sorteo Extraordinario de Navidad, es la modalidad de juego más popular en España, ya que cerca del 75% participa. La principal razón que explica este porcentaje no es otra que la percepción que se tiene de la lotería, considerada una arraigada costumbre y una manera de estrechar lazos.

Tanto hombres como mujeres compran boletos de loterías y apuestas del estado y la ONCE, si bien la edad media se sitúa por encima de los 50 años y se juega, sobre todo, a partir de los 35 años. Sin embargo, en las primitivas o lotos juegan algo más los hombres que las mujeres y la edad es superior a la media mencionada.

En las quinielas y las apuestas deportivas juegan mayoritariamente hombres de entre 32 y 43 años, una tendencia similar a la que se observa en los juegos de entretenimiento, donde los participantes acostumbran a tener una edad inferior a 35 años. Las personas que compran rascas de la ONCE suelen tener menos de 25 años, una edad que contrasta con quienes juegan al bingo, que presentan una «edad media elevada».

Por qué se juega

El informe también analiza los motivos que llevan a las personas a jugar. En los juegos de ilusión, que consisten en comprar un boleto y confiar en la buena fortuna, el objetivo es ganar dinero. Sin embargo, quienes participan en juegos de entretenimiento, como el póker o las apuestas deportivas, se proponen desafiar el riesgo de perder.

Quienes participan en juegos de entretenimiento, se proponen desafiar el riesgo de perder. Foto: Freepik.
Quienes participan en juegos de entretenimiento, se proponen desafiar el riesgo de perder. Foto: Freepik.

En cuanto a la percepción que tienen los jugadores de las pérdidas en el juego, la mayor parte comparte que el coste de jugar, lo que se puede perder jugando, es igual que pagar una entrada para otra actividad recreativa, como asistir a un concierto o ver una película en el cine. Además, nueve de cada diez asegura no enfocarse en recuperar el dinero perdido.

En este contexto, la tasa de juego problemático se ha estabilizado en España, donde se sitúa en el 0,2%. De esta manera, se posiciona entre los países de Europa Occidental, con un porcentaje más bajo, como Holanda o Portugal.

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