Seat encadena tres semanas de paros por los problemas con su proveedor esloveno
La escasez de piezas en Martorell ha ido de más a menos y la previsión es que el suministro se normalice en las próximas semanas
Seat vuelve a sufrir problemas de abastecimiento. Tras un ya superado año y medio marcado por la escasez de semiconductores, las impredecibles inundaciones en las instalaciones de uno de sus principales proveedores han obligado a la compañía a suspender varios turnos de producción en la factoría de Martorell (Barcelona) durante tres semanas. Las afectaciones han ido de más a menos y la previsión es que la actividad en el centro se estabilice entrado octubre.
Como ya explicó Economía Digital, el grupo Volkswagen ha tenido que paralizar la fabricación en algunas de sus factorías, después de que, en agosto, unas devastadoras inundaciones dañaran la maquinaria de uno de sus principales proveedores.
Se trata de la compañía eslovena KLS Ljubno, que fabrica engranajes para motores y abastece al 80% de los fabricantes europeos. Tras los incidentes, la única solución era reemplazar los equipos de producción, por lo que la empresa ha estado inactiva desde entonces.
Al no poder conseguir las piezas fabricadas por KLS, el consorcio alemán tuvo que reducir la producción en varias de sus fábricas, también en el centro catalán de Seat. Desde mediados de setiembre, la compañía ha suspendido varios turnos por la falta de estos componentes. Eso sí, empresa y sindicatos han descartado cualquier medida extrema, como podría ser la aprobación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
De hecho, la afectación ha ido menguando a medida que avanzaban las semanas. Durante la tercera semana de setiembre, la automovilística dirigida por Wayne Griffiths desconvocó dos días la producción de la línea 1; mientras que la línea 2, que monta los Cupra Formentor y León y el Seat León, restó sin actividad durante el lunes 18 y la L3, donde se produce el Audi A1, estuvo parada toda la semana.
Dos líneas esta semana
La situación ya ha mejorado en la última semana de setiembre, cuando solamente se han visto afectadas la L1 y la L2. La primera canceló los turnos de montaje el lunes y el martes, mientras que la L2 ha suspendido el turno de noche durante toda la semana.
Por último, la previsión para la primera semana de octubre es que solamente cierre la L1 el lunes día 2, aunque también quedan cancelados los turnos adicionales previstos para el próximo fin de semana. Su objetivo era compensar la inestable fabricación de los primeros meses del año, todavía afectados por la crisis de los chips, y cumplir con la alta demanda de los vehículos ensamblados en la fábrica.
La volatilidad del abastecimiento de piezas por el cese de la producción de KLS dificulta establecer qué afectación final tendrá este bache, en el que está siendo uno de los mejores años de la historia de la compañía, aunque todo apunta que ya ha pasado lo peor. La empresa calcula que ya ha superado el pico y que a partir de la segunda semana de octubre la situación empezará a normalizarse.
Desde el inicio, Volkswagen ha estado trabajando en fórmulas para abastecer sus fábricas de estas piezas, ya sea buscando a otro fabricante o ayudando a KLS a reactivar su actividad. De hecho, la fábrica del grupo ubicada en Portugal, que en un principio parecía de las más impactadas por la escasez de componentes, va a retomar la producción en octubre, tras encontrar proveedores alternativos en España y China, según avanzo EFE. En un principio, el centro iba a cesar el montaje del T-Roc hasta noviembre.
Pese a este bache, Seat mantiene el reto de alcanzar el medio millón de coches producidos en Martorell este año, una meta que solo ha alcanzado en dos ocasiones en sus 30 años de vida. Tras un primer trimestre todavía accidentado, la compañía aceleró sus líneas de montaje a partir de la primavera, produciendo 2.200 coches diarios, un ritmo que no alcanzaba desde 2019.