Santander y BBVA envían al BCE sus visiones sobre gobernanza tras el caso Orcel y en plena opa sobre Sabadell

El BCE está elaborando una nueva guía de gobernanza bancaria; el organismo no ve con buenos ojos las presidencias ejecutivas en la banca europea, como ocurre en Santander, BBVA y CaixaBank.

De izquierda a derecha: Ana Botín, presidenta de Santander, y Carlos Torres, presidente de BBVA.

Ana Botín, presidenta de Santander, y Carlos Torres, presidente de BBVA. Vía: Manuel Hernández

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Los dos mayores bancos españoles, Santander y BBVA , también CaixaBank, han enviado al Banco Central Europeo sus consideraciones sobre gobernanza bancaria, ante el deseo expresado por el organismo presidido por Christine Lagarde de acabar con las presidencias ejecutivas en las entidades financieras.

Los tres grandes bancos españoles mantienen presidencias ejecutivas. Tanto Ana Botín como Carlos Torres y José Ignacio Goirigolzarri asumen funciones ejecutivas en sus puestos como presidentes, aunque las han ido limitando en los últimos tiempos.

Para Santander y BBVA las consideraciones enviadas adquieren especial relevancia, tras el caso del fichaje frustrado de Andrea Orcel como consejero delegado del primer banco español, y en plena opa hostil lanzada por BBVA sobre Sabadell.

El BCE evaluará durante los próximos meses las consideraciones presentadas por la banca europea y el próximo año publicará la nueva guía

Los bancos europeos tenían hasta la medianoche del miércoles para remitir al BCE sus comentarios a cerca de la Guía sobre gobernanza que está elaborando. El informe no tiene que ver específicamente con las presidencias ejecutivas, pero sí forma parte del mismo, en el que se incide en la composición y funcionamiento de los órganos de dirección y control interno.

La nueva Guía sustituirá a la anterior declaración supervisora de 2016, y en ella se tratará de aclarar las «expectativas de los supervisores sobre cómo deben estar compuestos y funcionar los órganos de gestión y los comités (…)», informó el pasado mes de julio el BCE.

También reflejará las actuaciones recientes y proporcionará «ejemplos de buenas prácticas» recopiladas por el organismo a lo largo de varios años.

El BCE advierte que la pasada crisis financiera mundial así como las quiebras bancarias «han demostrado que las deficiencias en la gobernanza interna y la cultura de riesgo pueden generar dificultades para los bancos».

La existencia de presidencias ejecutivas en banca no es una buena práctica a los ojos del BCE, dado que puede llevar a que se concentren poderes en una misma persona y que no esté claro qué funciones cumple el presidente y el consejero delegado.

El caso Orcel impulsó cambios de gobernanza en Santander, reportando ahora el consejero delegado directamente al consejo de administración

El BCE es consciente de que varios bancos han reducido la influencia de la presidencia ejecutiva y establecido medidas para conseguir un mejor balance entre la presidencia y la del consejero delegado. Pero requiere a las entidades revisar regularmente sus estructuras para cumplir «los más altos estándares de gobernanza».

En el caso de Santander, el banco reformó su sistema de gobierno en 2022, al decidir que el consejero delegado –Héctor Grisi en la actualidad- no reporte a la presidenta Ana Botín, sino directamente al consejo de administración.

La sede del BCE, en Fráncfort.

La fuerte polémica generada por el fichaje frustrado de Andrea Orcel como consejero delegado, y el papel protagonista que asumió Ana Botín en su contratación, impulsó esos cambios de gobernanza.

El Tribunal Supremo debe pronunciarse sobre la admisión del recurso presentado por Santander contra la sentencia que condenó al banco a pagar al ejecutivo italiano, hoy presidente de Unicredit, 43 millones de euros de indemnización.

En el BBVA, desde 2018, el presidente Carlos Torres asume las decisiones en estrategia y transformación, mientras que el consejero delegado, Onur Genc, está al frente del día a día, reportando igualmente al consejo de administración.

BBVA ha obtenido ya el visto bueno del regulador europeo a su intención de adquirir el Sabadell, así como del Banco de España. Pero afronta la oposición decidida del Gobierno a que la operación culmine con una fusión de las dos entidades, por la menor competencia que generaría en el sistema financiero español.

Una mayor limitación en los poderes ejecutivos que asuma Carlos Torres como presidente de BBVA podría ser un guiño al Gobierno en su afán por lograr la fusión con Sabadell.

Tras la presentación por parte de la banca europea al BCE de sus consideraciones sobre la nueva Guía de gobernanza bancaria, el organismo europeo tardará cerca de seis meses en evaluarlas y actualizar el documento para que entre el próximo año en vigor.

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