Santacreu ya ocupa la vicepresidencia de la Fira tras tomar el control de la Cambra de Barcelona
El exCEO de DKV empieza a acceder a los puestos reservados al presidente de la corporación de derecho público
Presidir la Cambra de Barcelona no solo implica tener el control de la histórica corporación, también da acceso a cargos de responsabilidad en más de 80 entidades económicas. La semana pasada, Josep Santacreu fue elegido oficialmente como nuevo presidente de la corporación de derecho público, después de conseguir el apoyo de 35 de las 58 empresas que configuran el pleno, algo que le permite entrar de forma casi inmediata en importantes instituciones como la Fira de Barcelona.
El exCEO de DKV ya ocupa la vicepresidencia segunda del Consell General de la entidad barcelonesa, un órgano que, en términos empresariales, se asemejaría a una Junta de Accionistas. El Consell está formado por representantes de la Generalitat de Cataluña, los Ayuntamientos de Barcelona y de l’Hospitalet de Llobregat, la Diputación de Barcelona y la Cambra, que a su vez son los accionistas de la sociedad Fira 2000, la propietaria de los terrenos de la feria.
Una de las vicepresidencias siempre está reservada al presidente de la Cambra, de la misma forma que la presidencia la ocupa al alcalde de Barcelona y la otra vicepresidencia pertenece al conseller de Empresa. Aparte de los tres cargos más importantes, el Consell General tiene 12 vocalías repartidas a partes iguales entre representantes del consistorio barcelonés, la administración autonómica y del ente cameral. Por ahora, la Cambra mantiene a tres de los cuatro representantes nombrados por Eines de País, el antiguo equipo de gobierno de la corporación.
Estas vocalías pasarán a ocuparlas miembros que actualmente pertenecen a la Cambra, a petición de la misma entidad. Fuentes institucionales aseguran que todavía no existe un calendario para su renovación, pero lo que es seguro es dos de los tres miembros del Consell no renueven: Enric Crous ni siquiera se presentó a las elecciones celebradas en setiembre, mientras que Joan Font, presidente de Bonpreu, quedó fuera del plenario, tras conseguir menos votos que la cooperativa Kilòmetre Mediterrani. El tercero, Jordi Pomarol, se presentó en la lista de Eines de País.
Desde este órgano, Santacreu y el resto de los representantes de la Cambra tienen voz y voto en la aprobación de los planes estratégicos del recinto y de sus presupuestos, así como en la ratificación de convenios con otros entes. Además, pueden dar luz verde a posibles ampliaciones de los espacios feriales y al nombramiento o cese del director general y el secretario general.
Propone a los consejeros
Por otro lado, la Cambra de Barcelona se encarga directamente de proponer a los miembros del consejo de administración de la Fira, que deben ser ratificados por el resto de los miembros del Consell. La junta administrativa, presidida por Pau Relat, es el máximo órgano ejecutivo y de gobierno de la entidad. El resto de miembros se renovaron el pasado mes de enero con mandatos de cuatro años, por lo que, si no hay ningún imprevisto, Santacreu no debería de tener prisa para mover ninguna silla.
La Fira de Barcelona es una de las instituciones barcelonesas que más riqueza genera por y para la ciudad, por lo que acceder a un puesto de mando supone tener mucha influencia en el tejido económico de la capital catalana.
Sus dos recintos organizan más de 250 ferias y congresos anuales, entre los que destaca el Mobile World Congress, que generan un impacto economía de 4.700 millones de euros en Barcelona y sus alrededores, mientras que dan trabajo a 35.000 personas. En 2022, después de dos años afectados por el covid, facturó 211 millones de euros.
Uno de los primeros actos de Santacreu como presidente de la Cambra fue, precisamente, asistir a la reunión ordinaria del Consejo de Administración de la Fira, convocada el martes pasado. Durante su visita, destacó “el valor de Fira como a motor económico y social del país, su posicionamiento internacional y su labor en el impulso del tejido empresarial”.
El relevo de Santacreu a Mónica Roca, antigua presidenta de la Cambra, en el Consell de la Fira es el inicio de todo un movimiento de sillas que empezó en el momento en que fue elegido para encabezar la Cambra. El cargo también viene acompañado de un puesto en el pleno y en el comité ejecutivo de la Cámara de Comercio de España y de la presidencia del Consolat del Mar, entre otros organismos. Su equipo ejecutivo, además, podrá acceder a los órganos administrativos de otras importantes corporaciones, entre las que destaca El Port de Barcelona o en el Consorci de la Zona Franca de Barcelona.