Repsol paraliza proyectos que suponen el 3% de los objetivos en hidrógeno renovable del Gobierno
La energética mantiene en el aire la instalación de electrolizadores con una capacidad de 350 MW, pese a las subvenciones públicas recibidas
Repsol eleva la presión en su disputa con el Gobierno de Pedro Sánchez tras conocerse la intención de hacer permanente el impuesto a los beneficios extraordinarios de las energéticas.
Si bien las advertencias no son nuevas y, pese a las subvenciones públicas recibidas, la petrolera mantiene paralizados proyectos que suponen casi el 3% de los objetivos en hidrógeno renovable hasta 2030.
La compañía que lidera Josu Jon Imaz tiene pendientes de ejecución millones de euros en diferentes proyectos relacionados con la descarbonización para acelerar en su transformación hacia una empresa de cero emisiones netas.
En el caso del hidrógeno renovable, la fuerte apuesta de Repsol en este sector pasa hasta ahora por el desarrollo de hasta 350 megavatios (MW) de capacidad en diferentes complejos industriales de España.
La cifra supone un 2,9% de los 12 gigavatios (GW) de capacidad marcados por el Gobierno como objetivo para 2030 en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) enviado a Bruselas por el ministerio que aún lidera Teresa Ribera.
Hay que recordar que los objetivos de capacidad instalada del Ejecutivo en hidrógeno renovable han aumentado considerablemente desde el primer borrador, en el que se ponía como objetivo tan sólo 4 GW. La cifra, por tanto, se ha triplicado, pese a que algunas voces críticas ven complicado alcanzarla en el plazo marcado.
En este contexto, la energética presiona con la decisión de instalar un electrolizador en Sines (Portugal) con una inversión de 15 millones, si bien su plan estratégico 2024-2027 ya contemplaba inversiones en hidrógeno en este complejo industrial que Repsol tiene en el país vecino.
Los electrolizadores de Repsol en Bilbao, Cartagena y Tarragona
Con todo ello, la firma mantiene en el aire inversiones para proyectos cercanas a unos 1.500 millones de euros, de los cuáles buena parte irán destinados a electrolizadores de hidrógeno en Bilbao (Euskadi), Tarragona (Cataluña) y Cartagena (Murcia). En total, el plan estratégico de la petrolera hasta 2027 contempla hasta 3.000 millones en inversiones.
En la refinería de Cartagena, donde ha puesto en marcha una planta de producción de diésel renovable a través de residuos orgánicos para aviones, barcos y vehículos terrestres, Repsol pretende instalar un electrolizador de 100 MW de capacidad para el que destinaría 200 millones de euros.
En Euskadi, la multienergética tiene planes para impulsar una cadena de valor para el hidrógeno, que pasan por una inversión de unos 200 millones.
La intención es instalar un electrolizador de 100 MW en la refinería de Petronor, en Bilbao, donde apostará por el desarrollo de combustibles sintéticos o e-fuels que son neutros en carbono. El plan de Repsol tiene como horizonte 2026 para la puesta en marcha de esta planta.
En el caso de Tarragona, Repsol cuenta con uno de sus proyectos más ambiciosos: instalar el mayor electrolizador de España con una capacidad de 150 MW.
Un proyecto al que destinaría unos 300 millones de euros y que llevaría a cabo a través del consorcio T-HYNET junto con Enagás Renovable, Iqoxe y Messer.
Se trata de un electrolizador alcalino de gran capacidad a escala europea en una instalación diseñada para producir 2,7 toneladas de hidrógeno renovable por hora.
Además, el consorcio contempla una segunda fase para expandir el proyecto hasta alcanzar los 1 GW de capacidad. Por otro lado, la construcción de una planta de valorización de residuos, la Ecoplanta de El Morell, por un valor de 750 millones de euros.
Todos los proyectos mencionados están en proceso de planificación y desarrollo, si bien la ejecución final es la que Repsol mantiene pausada por la política fiscal del actual Gobierno.
En cualquier caso, sin hidrógeno renovable el negocio de biocombustibles de Repsol por el que tanto está apostando tendría problemas para cumplir con los objetivos de emisiones.
Impuestos pagados y subvenciones públicas
El consejero delegado del grupo, Josu Jon Imaz, ya advirtió hace un año ante analistas financieros de que la «falta de estabilidad» en cuanto a la regulación y la fiscalidad podría condicionar las inversiones.
La compañía ha ido endureciendo su discurso mes a mes e incluso llegó a vaticinar que el Ejecutivo no prolongaría el gravamen al sector energético cuya concepción original tenía un horizonte temporal de dos años.
Tras meses de incertidumbre por la inestabilidad política, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ya ha confirmado que hará permanente el gravamen en el plan fiscal enviado por su ministerio a Bruselas.
Con la medida, Hacienda ha ingresado este año 1.164 millones de euros de las grandes energéticas (Repsol, Iberdrola, Endesa, Cepsa y EDP), frente a los 1.263 millones el año pasado. Un descenso en la recaudación que se explica principalmente por la caída de los precios energéticos.
Del total recaudado, Repsol registró a principios de 2024 como gasto contable un importe de 355 millones de euros para hacer frente a este gravamen, frente a los 444 millones de euros que pagó el año anterior, un 25% menos.
En total, la compañía ya pagado cerca de 800 millones de euros en concepto del impuesto energético que grava el 1,2% de los ingresos de las compañías con más de 1.000 millones de facturación.
Aunque la multinacional amenaza con no seguir desarrollando sus ambiciosos proyectos de gases renovables, para llevarlos a cabo también ha recibido subvenciones públicas.
El pasado julio, sin ir más lejos, recibió 355 millones del Gobierno para sus proyectos en Escombreras (Cartagena) y en Muskiz (Vizcaya). Asimismo, el año pasado recibió otros 62 millones de euros de los fondos europeos para construir el electrolizador de Tarragona.
En cualquier caso, la compañía mantiene su órdago al Gobierno reafirmando que mantendrá paralizadas sus inversiones en hidrógeno.