Repsol invertirá 188M en una nueva planta de biocombustibles en Cartagena
La petrolera avanza en la descarbonización con una planta que producirá 250.000 toneladas de hidrobiodiésel, biojet, bionafta y biopropano con aceite usado
Repsol invertirá 188 millones de euros en la construcción de una nueva planta de biocombustibles avanzados en Cartagena, que se prevé esté terminada a finales de 2022, según ha anunciado este jueves la compañía energética española. La planta producirá 250.000 toneladas de hidrobiodiésel, biojet, bionafta y biopropano al año a partir de aceites reciclados.
Josu Jon Imaz, consejero delgado de Repsol, ha explicado que esta inversión “garantizará el futuro industrial” de la refinería de Cartagena pese a que la nueva planta solo empleará unas 45 personas cuando entre en funcionamiento en 2023. Pero sí suponen empleos de futuro y una apuesta sin la que podría pleigrar el resto del empleo en Cartagena.
En su construcción participarán unas 700 personas de media, con picos de más de 1.000 personas. Actualmente trabajan 850 personas en la refinería de Cartagena, mientras que unas 600 más lo hacen como externos para tareas de mantenimiento, limpieza y otros servicios.
El proyecto de Cartagena permitirá reducir 900.000 toneladas de CO2 al año con biocombustibles hechos a partir de materias primas recicladas, en concreto aceites, cuya compra ya tiene pactada con varios proveedores. Esos carburantes podrán utilizarse en aviones, camiones o coches.
Repsol presentará en un mes su nuevo plan estratégico, uno de cuyos ejes será llegar a ser una compañía de cero emisiones. Pero el objetivo no se empezará a perseguir tras dar a conocer los detalles de la hoja de ruta sino que lleva ya años en proyectos de renovables y fuentes alternativas, que ha intensificado en los últimos meses.
Repsol apuesta también por el hidrógeno
Otro combustible que está potenciando es el hidrógeno. Imaz ha destacado que este gas “va a ser una constante en todas las refinerías de Repsol” y ha recordado que la empresa española tiene la mayor planta de Europa de producción de hidrógeno, precisamente la de Cartagena.
El consejero delegado de la compañía energética ha explicado el porque de esta apuesta en lugar de la eléctrica para la movilidad. “La electricidad no tiene solución para aviación, barcos, camiones, una cementera, una bioquímica. Y tampoco todos los vehículos ligeros van a ser eléctricos”, ha asegurado, pero también ha añadido que “hay que trabajar todas las energías juntas para la descarbonización”.
También ha cuestionado que la energía eléctrica sea la más limpia para mover un coche. Para empezar, hay que ver qué recursos se utilizan para producir esa luz. Pero también se ha referido al coste medioambiental de fabricar las baterías e importarlas de China.
Por ello, ha asegurado que los coches que funcionen con biocombustibles hechos de material reciclado y cercano deja una factura medioambiental más baja que los eléctricos. “Hay que mirar todo el ciclo, tener en cuenta las emisiones de todo el proceso, porque quizá con el coche eléctrico, lo que estamos haciendo es exportar las emisiones de CO2 hacia China”, ha apostillado Imaz.