Repsol acelera la fabricación de gasolina renovable con 500 millones de inversión
La energética refuerza su apuesta por tecnologías alternativas a la electrificación
Repsol sigue surcando su propio camino en la reducción de emisiones con diferentes apuestas tecnológicas. Una de ellas es el desarrollo de biocombustible o diésel renovable, para que el que tiene previsto una inversión de más de 500 millones de euros.
A través de tres plantas en suelo español, la compañía quiere competir en un segmento todavía sin madurar, pero con optimismo en que en el futuro tendrá mayor aceptación en una Europa donde la electrificación va ganando la partida.
Economía Digital ha estado en planta de biocombustible de Repsol situada en el Valle de Escombreras de Cartagena, en la Región de Murcia, cuyas instalaciones industriales generan 250.000 toneladas al año de este material.
Producido a base de aceites de cocina usados, restos de poda o residuos agrícolas y ganaderos, se trata de un elemento líquido cuya composición química es idéntica a la del diésel común que cada ciudadano utiliza para repostar su vehículo, la diferencia está en la materia que lo compone.
Para demostrar su trazabilidad, se debe realizar la prueba del carbono-14, que indicará si es un producto joven producido a base de residuos orgánicos o su origen data de cientos de años al estar procesado a partir de un combustible fósil como es el petróleo.
La producción de diésel renovable tiene un impacto neto de cero emisiones, al generarse pasando los residuos por la unidad de hidrotratamiento y por la planta de hidrógeno que la energética posee en la refinería cartaginesa.
Sin embargo, su consumo sí que emite CO2 a la atmósfera. Pero la reducción de emisiones en este proceso es del 90%, por lo que Repsol considera una alternativa viable y una de sus palancas clave en la carrera por alcanzar las cero emisiones netas en el año 2050.
Repsol ha invertido 250 millones y tiene otros 250 pendientes de ejecución
La de Cartagena es la primera planta de la Península Ibérica dedicada en exclusiva a la producción de combustibles 100% renovables a gran escala, que pueden utilizarse para coches, autobuses, vehículos pesados, barcos y aviones, el denominado SAF.
En total, la compañía tiene prevista una inversión de más de 500 millones de euros, de los cuáles la mitad ya han sido ejecutados. Desde Repsol explican que el proyecto de Cartagena ha supuesto una inversión de 250 millones de euros y ha generado1.000 puestos de trabajo.
Más allá de Cartagena, la multinacional cuenta con otros dos proyectos en desarrollo en Bilbao y Puertollano (Ciudad Real). Es este último el que tiene previsto poner en marcha en 2026, donde invertirá 120 millones de euros para reconvertir una de las unidades del complejo industrial. El objetivo final es replicar este modelo en un tercer centro industrial en España antes de 2030.
Respecto a Bilbao, la compañía también está apostando por los combustibles sintéticos o e-fuels, con un proyecto de planta de demostración industrial en las inmediaciones de su refinería de Petronor. Dicha planta estará operativa en 2026 y contará con una inversión de 103 millones de euros.
Su precio como el diésel premium y supone un 10% de las ventas de sus gasolineras
La empresa tiene 450 estaciones de servicio en la Comunidad de Madrid, Galicia y Castilla La-Mancha donde cualquier persona puede llevar aceite de cocina usado y ha alcanzado acuerdos en Aragón y Castilla y León para expandir esta iniciativa.
Repsol vende su biocombustible en más de 500 gasolineras entre España y Portugal actualmente y tiene como objetivo llegar a las 1.500 en 2025. Según explican desde la compañía, las ventas suponen entre el 8% y el 10% de las ventas totales de las gasolineras donde se ofrece este producto.
En cuanto al precio del combustible, se trata de un producto que está al nivel del diésel premium que vende Repsol normalmente, por lo que es más caro que el combustible común.
La diferencia se debe en buena parte a una serie de costes relacionados con todo el proceso de producción, así como a la fiscalidad, ya que está sujeto al impuesto de hidrocarburos.
Inversiones en hidrógeno condicionadas al impuesto energético
Para producir el biodiésel y el combustible sintético Repsol necesita electrolizadores que separen el oxígeno del hidrógeno, lo que requiere de una inversión tecnológica importante.
Tanto en Bilbao como en Tarragona, la compañía ha proyectado la construcción de electrolizadores necesarios en el proceso. Pero la compañía ha condicionado estas inversiones a la evolución del marco fiscal en España.
Concretamente, la empres se refiere al impuesto a los beneficios extraordinarios que el Gobierno implantó de manera temporal para dos años y que puede hacer permanente en los próximos meses.
El plan estratégico 2024-2027 de Repsol contempla además inversiones de hasta 6.800 millones de euros en los negocios industriales de la compañía, de los cuales un 44% están destinados exclusivamente a proyectos de combustibles renovables, biometano, hidrógeno renovable y gasificación de residuos.