Accionistas de Repsol piden a Imaz que aumente las inversiones en petróleo con un mercado en auge
La principal petrolera está metida de lleno en un profundo cambio de negocio, aunque algunos de sus inversores entienden que no debe ser tan rápido
Repsol está en una encrucijada con respecto a la velocidad en su proceso de descarbonización. Europa ha apostado por lo ‘verde’ a nivel regulatorio y fiscal, lo cual ejerce presión; pero a nivel mundial el negocio del petróleo goza de buena salud. Los inversores lo saben, y quieren tener voz.
La Junta de Accionistas de Repsol celebrada este pasado viernes ha vuelto a dejar claro que la petrolera se mantiene firme en su apuesta multienergética. Sin embargo, surgen voces dentro de su accionariado que invitan a replantearse algunas cuestiones relacionadas con el negocio del petróleo.
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha confesado durante la Junta que «hay algunos accionistas que nos dicen que tenemos que invertir más en petróleo y gas, y se debe ir más despacio en esto de la descarbonización».
El debate tiene sentido. ECONOMÍA DIGITAL ha publicado recientemente como uno de los principales accionistas de Repsol, el fondo BlackRock, se encuentra en su propia encrucijada porque Estados Unidos y Europa han tomado caminos divergentes con los combustibles fósiles.
Todo se había apostado al ‘verde’, pero las tensiones políticas, una demanda estable prevista para las próximas décadas, una electrificación que no acaba de remontar, junto a unos precios atractivos para el mercado, convierten al petróleo en un activo interesante para su inversión.
En Repsol lo tienen claro
«Yo respeto este punto de vista, pero les digo que el objetivo no es solo producir petróleo y gas, sino preparar a la compañía para el año 2040 o 2050», reflexionaba Imaz sobre quienes le piden más esfuerzo inversor con las combustibles fósiles.
En otro ejercicio de sinceridad, el CEO de Repsol también ha explicado que «hay otros accionistas que nos dicen que tenemos que ir más rápido en la descarbonización, y dejar de producir petróleo y gas».
Su argumento final es que habrá «un mundo más descarbonizado, y la rentabilidad de esta compañía pasa por prepararnos para ese horizonte». Resumen: multienergía.
Repsol no se baja de ese concepto, y así se preparan desde la dirección a la petrolera. «La gran mayoría de los accionistas validan esta ruta de transición energética que combina sostenibilidad con la capacidad de hacer frente a las necesidades energéticas de lo que necesita la sociedad», ha sentenciado Imaz en la Junta.
Desde Repsol han asumido la dicotomía de innovar e invertir en materia renovable a nivel eléctrico, pero que el camino es ser un actor relevante con los futuros combustibles renovables para ser una alternativa, por ejemplo, a la movilidad electrificada.