Raül Blanco, de cargarse a Abril-Martorell en Indra a descarrilar en Alcoa y después en Renfe

Raül Blanco deja la presidencia de Renfe tras haber fracasado en varios puestos públicos bajo la presidencia de Pedro Sánchez.

El Presidente Renfe, Raül Blanco Díaz. EFE/David Fernández

El Presidente Renfe, Raül Blanco Díaz. EFE/David Fernández

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A pesar de haber fracasado prácticamente en todos los cargos públicos que ha ocupado bajo la presidencia de Pedro Sánchez, en la crisis de Alcoa, en los PERTE del automóvil, y por último en Renfe, difícilmente se encontrará alguien que hable mal de Raül Blanco.

El hasta ahora presidente de Renfe anunció ayer su salida del grupo. Fuentes de la compañía pública consultados por este diario indican que el cese se debe a motivos personales, acordada con el Ministerio de Transportes liderado por Óscar Puente, y que Blanco se centrará en nuevos objetivos profesionales en el ámbito privado.

Hijo de un trabajador que sufrió el cierre de la fábrica de Philips en Barcelona, ligado al PSC, Raül Blanco ha dejado una buena impresión entre los funcionarios, representantes sindicales y empresarios que le han tratado en los últimos años. Las distintas fuentes consultadas por este diario destacan el buen talante de Blanco. «Es un buen tipo», concluyen.

Pero profesionalmente, los últimos años de Raül Blanco no han sido tan satisfactorios como lo ha sido su trato personal. Intervino en la gestión y administración de Indra, descarriló primero en Alcoa, en el Perte del coche eléctrico, y por último en Renfe.

Licenciado en Economía, afiliado al PSC, profesor de la Univesidad de Barcelona, Blanco formó parte del equipo del departamento de Presidencia con José Montilla en la Generalitat, y apostó por Pedro Sánchez en las primarias del PSOE, en las que el autor de Manual de Resistencia se impuso a Susana Díaz.

En junio de 2018 el primer Gobierno de Pedro Sánchez designó a Raül Blanco como secretario general de Industria y Pyme. Ahí Blanco se bregó en la crisis de Alcoa, con las fábricas en Galicia del grupo estadounidense incendiadas.

En agosto de 2019, Raül Blanco dio por cerrada la crisis de la compañía al intermediar en las negociaciones para la venta de las plantas de Alcoa en La Coruña y Avilés, silenciando, pensaba, los cánticos de «Maroto no nos vendas la moto», que gritaban los empleados de la compañía en manifestaciones ante la sede del Ministerio de Industria, dirigido entonces por Reyes Maroto.

Manifestación en 2020 en Lugo por la crisis de Alcoa.

Pero la venta acordada de las fábricas al fondo Parter Capital resultó ser un fiasco. En una operación opaca, el fondo vendió a los pocos meses las plantas al grupo español Riesgo, investigada judicialmente.

Después Raül Blanco, que de aquellos años guarda una camiseta con la leyenda ‘Àlcoa no se cierra’, medió en la venta de otra planta gallega del grupo estadounidense, la de San Ciprián, en Lugo.

En teoría hubo varios fondos interesados, también la Sepi amagó con participar en la operación, pero finalmente no se llegó a acuerdo alguno y, en la actualidad, las incertidumbres se mantienen sobre el futuro de la fábrica gallega, como ha ido publicando este periódico.

De acuerdo a fuentes empresariales, fue Raül Blanco quien sugirió el nombre de Marc Murtra (también del PSC) para sustituir a Fernando Abril-Martorell al frente de Indra.

Fernando Abril Martorell, expresidente de Indra, en una imagen de archivo.

A mediados de 2021, la Sepi dio un golpe en el consejo de administración de la multinacional española tecnológica y de defensa, instando la salida de Abril-Martorell e imponiendo nuevos consejeros y accionistas.

Desde entonces, la estrategia y la composición del consejo de administración y del capital de Indra han cambiado radicalmente, con la Sepi como primer accionista de la compañía.

En diciembre de 2022 el Ministerio de Industria informó de la salida de Raül Blanco, una medida que se entendió que fue tomada para acelerar el Proyecto Estratégico del Vehículo Eléctrico.

Raül Blanco, segundo caído tras Juan Manuel Serrano

Pero pasaron solo unos meses hasta que Blanco regresó a la primera línea de la función pública, gracias al escándalo de los trenes de Cantabria. Isabel Pardo de Vera e Isaías Táboas fueron cesados al frente de la secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y de Renfe a principios de 2023, siendo Raül Blanco nombrado presidente de Renfe.

Bajo la presidencia de Raül Blanco, Renfe contabiliza cerca de 500 incidencias en los trenes de Cercanías por el mal funcionamiento, asegura la compañía pública, de los trenes Avril adquiridos a Talgo. También se ha intensificado la competencia de Renfe con los operadores privados Ouigo e Iryo.

Fuentes de Renfe destacan que desde la incorporación de Blanco, en febrero de 2023, «se han estabilizado las cuentas, pasando de 123,4 millones de pérdidas en 2023 a 20 millones de pérdidas en 2024».

Pero la salida de Raül Blanco de la Administración quedará como la segunda caída de uno de los hombres de Sánchez, tras la destitución de Juan Manuel Serrano como presidente de Correos. La lealtad mostrada por ambos hacia Pedro Sánchez no ha sido suficiente para mantenerse en sus puestos.

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