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QEV, uno de los sustitos de Nissan, renuncia a las ayudas del segundo Perte del coche eléctrico
La empresa se planta a media carrera para conseguir ayudas públicas, pero asegura que su cambio de planes no afectará al resto del D-hub
QEV Technologies, una de las empresas encargadas de reindustrializar la antigua fábrica de Nissan de Barcelona, cambia de planes. La ingeniería catalana ha renunciado a las ayudas públicas que aspiraba a recibir en marco del segundo Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC). Por su parte, BTech, su principal socio en el arranque de la fábrica de la Zona Franca, también aparca una proyecto de investigación y desarrollo.
Ambas empresas habían presentado solicitudes individuales para obtener fondos procedentes de la sección B de la segunda edición de este plan de subvenciones y préstamos que tienen como objetivo ayudar a la industria del automóvil a transicionar hacia la movilidad eléctrica. En el caso de QEV, quería conseguir unos 28 millones de euros para impulsar un “plan de inversión para el desarrollo de la movilidad eléctrica urbana”.
Sin embargo, la compañía ha desistido y no continuará en la carrera para hacerse con estos fondos, según la documentación del Ministerio de Industria consultada por este medio. Fuentes de la empresa aseguran que se trata de una renuncia voluntaria de la automovilística, que ha decidido cambiar de proyecto y de inversiones.
Próximas ediciones
Sin entrar en detalles sobre estas modificaciones, la compañía con sede en Montmeló (Barcelona) no descarta presentarse a alguna de las próximas convocatorias de estas ayudas financiadas con fondos Next Generation. Por su parte, BTech también había postulado al Perte con una proyecto de investigación y desarrollo «de tecnologías y vehículo off-road» ubicado en su centro de Martorell, pero, según explican desde la compañía, chocaron con una cuestión de plazos, por lo que esperan presentarse a las siguientes líneas de ayudas, que saldrán en marzo.
Desde QEV insisten en que su cambio de planes no tendrá ningún impacto en la producción ni en los proyectos del D-hub para la fábrica de la Zona Franca de Barcelona. En este sentido, el consorcio de empresas encargado de resucitar el centro barcelonés todavía aspira a entrar en el Perte VEC, dado que presentaron un proyecto conjunto con el que optan a sumar hasta 35 millones de euros en subvenciones que destinará a arrancar la antigua Nissan. Industria ya anunció que en esta edición los proyectos se analizarían y resolverían por orden de llegada y, de momento, no ha publicado el resultado de la solicitud del Hub ni qué fondos podría optar.
En la primer Perte VEC, QEV y BTech consiguieron ayudas valoradas en 107,8 millones de euros. Sin embargo, en tratarse de dos pimes con un limitado músculo financiero, no lograron recopilar todos los avales necesarios y se quedaron con 65,2 millones de euros. QEV salió a bolsa en otoño, mientras que BTech levantó 20 millones en una ronda de finaciación, justamente en busca de fondos para impulsar todos estos proyectos.
La reindustrialización en proceso
La reindustrialización de Nissan ya empieza a andar, aunque más lenta de lo esperado y con algún que otro obstáculo. A principios de febrero, entraron en la fábrica 606 extrabajadores del fabricante nipón con contratos de formación, a la espera de que aumente la carga laboral en la factoría.
La firma dirigida por Joan Orús se prepara para empezar a ensamblar sus furgonetas de la marca Zeroid en la Zona Franca, mientras sus socios de BTech, que planean relanzar la histórica marca Ebro, avanzan en las largas negociaciones con Chery.
Este fin de semana, EFE explicaba citando a fuentes conocedoras de las conversaciones que el D-hub estaría negociando un acuerdo para que el fabricante chino produzca en Barcelona tres vehículos eléctricos de Ebro, diferentes a la furgoneta y la ‘pick up’ de la enseña ya previstas.
Las conversaciones entre Chery y BTech se iniciaron hace ya meses con el objetivo de que el gigante asiático escoja la fábrica catalana como su planta para producir coches de la marca Omoda en Europa, algo que aceleraría la puesta en marcha de la antigua fábrica de Nissan y permitirá contratar a centeneras de extrabajadores del fabricante japonés que todavía quedan por colocar. En medio de estas conversaciones ha surgido la posibilidad de que Chery también produzca modelos de la marca Ebro a través de una joint venture.