La izquierda del PSOE y Montero cocinaron el ‘impuesto Caixabank’ a espaldas de Cuerpo

Gortazar llama "tasa Caixabank" al impuesto a la banca: "Son 150 millones menos para la obra social"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Jesús Hellín / Europa Press

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Jesús Hellín / Europa Press

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La nueva estructura del impuesto a la banca se ha fraguado a puerta cerrada entre una parte del gobierno. Maria Jesús Montero, ministra de Hacienda, ha sido la que ha llevado la batuta. Ha estado respaldada por el sector más escorado a la izquierda del partido socialista. Carlos Cuerpo, Ministro de Economía, no ha participado en el diseño del impuesto.

Fuentes del sector financiero aseguran que el impuesto a la banca lo ha negociado el Ministerio de Hacienda directamente «con la izquierda del PSOE», evitando en las negociaciones al Ministro de Economía, Carlos Cuerpo.

El resultado de esta negociación ha sido de un enfado en el que Caixabank es la entidad más enervada, seguida de BBVA y Santander, y con Sabadell a la cola. El motivo de esta reacción, tal y como explicó Gonzalo Gortazar, CEO de Caixabank, es que se consideran los más penalizados por la nueva estructura del impuesto.

En la rueda de prensa de Caixabank en Valencia, todavía en plena emergencia por DANA y en la que sólo estuvo Economía Digital preguntando de manera presencial, Gonzalo Gortazar se extendió nueve minutos en la primera pregunta telemática que le hicieron sobre el gravamen al que rebautizó «Tasa Caixabank».

Sobre todo para dejar de llamarlo «impuesto a la banca» ya que Gortazar apuntó: «La ‘banca’ suena como algo abstracto y no necesariamente positivo. El impuesto a la banca lo pagan nuestros accionistas; no lo pagamos ninguno de los que estamos aquí como empleados o directivos».

El problema, enfatizó, es que antes las entidades pagaban entre el 0% y el 4,6% mientras que la nueva estructura diseñada por Montero a espaldas de Cuerpo es del de 1% para las entidades extranjeras y «el 6%» para Caixabank.

Gortazar está en contra de esta progresividad fiscal en las empresas. «Introducir esta progresividad no tiene sentido y, segundo, nos perjudica a nosotros notablemente. Francamente me parece totalmente innecesario», afirmó.

Y el CEO de Caixabank hizo números. «De Caixabank, la Fundación tiene un 31% y, a través de la Obra Social, revierte a la sociedad nuestros beneficios. El resto, hasta el 50% del accionariado, lo tiene el FROB, que es el Estado directamente. Tengo la sensación de que esto no está bien pensado, porque nos estamos tirando piedras a nuestro propio tejado», señaló.

«Cuando nos piden que estemos en 3.200 municipios, que pongamos más ofibuses, que es todo lo que estamos haciendo… Creo que este tipo de cosas, si finalmente hay un impuesto, deberían tenerse en cuenta», argumentó.

Gortazar asegura que el impuesto a la banca es «un impuesto a la Obra Social de La Caixa»

La traca final fue: «¿Cuánto hemos pagado este año de impuesto a la banca? 500 millones, en números redondos: 150 millones de aquí son menos dividendos que van a Criteria y, por tanto, 150 millones menos para la Obra Social este año. ¿Vamos a perpetuar esto a futuro? Estamos poniendo un impuesto a la Obra Social de “la Caixa”».

La banca apunta que el impuesto reduce el crédito

Héctor Grisis, CEO del Santander, aseguró que el banco no está teniendo conversaciones con el Gobierno sobre el impuesto. «No vemos bueno que lo dejen como permanente, es discriminatorio, nos deja en peor situación que a la competencia, está mal estructurado, tal como está es perjudicial, en un ciclo malo nos puede golpear», apuntó.

Desde el Santander cifran en 50.000 millones menos de crédito al año el impacto de gravamen. «uando los tipos bajen el impuesto deja menos capital para seguir prestando», argumentó Grisis.

«No vemos otro país del mundo con un impuesto sobre beneficios extraordinarios, los gobiernos tienen que crear buenas condiciones para la inversión, es la mejor forma para recaudar más, los bancos ya pagamos suficientes impuestos«, añadió.

Desde el BBVA, su CEO Onur Genç aseguró que el impuesto a la banca «es perjudicial para España». «Me entristece mucho, si hay más impuestos y no tienes capital para conceder el crédito no se concede, es un concepto importantísimo, la banca es un catalizador del crecimiento económico, el gravamen obstaculiza el crecimiento de España», incidió.

La entidad que tomó más distancia fue el Sabadell. Su CEO, César González Bueno, dijo: «Sobre el impuesto creo que todavía queda tiempo hasta su tramitación y quede finalmente aprobado como ley». Y no aventuró el impacto sobre el crédito: «No hemos hecho cálculos de cómo impactaría en nuestras cuentas».

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