Patrick Kron, el ejecutivo galo en el centro del conflicto de Alstom en EspaƱa

Los trabajadores suben la tensiĆ³n de la pugna con el anuncio de una demanda por lo penal y la peticiĆ³n del Gobierno de reunirse con el presidente del grupo en Francia

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Patrick Kron es el presidente y consejero delegado de Alstom desde 2003. Es uno de los altos ejecutivos más importantes de Francia y el que tienen en la diana los trabajadores de Alstom Transport, la última planta de la multinacional de transportes gala en España. Su nombre es uno de los que se incluye en la demanda penal que ultima el comité de empresa de la factoría y es también el destinatario de la petición del Parlament de Cataluña para reunirse con el Gobierno catalán para hablar del futuro de la factoría.

No es la primera ocasión en que el Ejecutivo catalán interpela a Kron para conocer sus planes de futuro para Alstom Transport. El presidente, Artur Mas, afirma que tiene relación directa con él y que han hablado algunas veces por teléfono, según fuentes de su entorno. Pero el presidente y consejero delegado del grupo nunca llegó a responder a las cartas que el Parlament envió a Francia para conseguir su compromiso con la planta catalana.

Planta en el desfiladero desde 2010

La factoría donde se han ideado los metros, entre otros, de Barcelona y Riad (son el mismo modelo), se encuentra en el disparadero desde 2010. Los conflictos laborales en el centro de Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona) vienen de antes, pero la crisis recrudeció la intensidad del pulso entre trabajadores y dirección.

La plantilla también señala que los cambios que tuvieron lugar en ese momento en la alta dirección de España, encabezada por Antonio Moreno Rodríguez, el empresario que regresó a Alstom tras superar el concurso de acreedores de su grupo inmobiliario, Dentisa, una promotora especializada en vivienda protegida que quebró con 550 millones de deuda.

Recursos humanos

Los empleados cargan especialmente contra la dirección de recursos humanos, a quien acusan de discriminar a los afiliados a CCOO, el mayoritario en la factoría. Esta causa ya está en los tribunales, ya que el comité de empresa ha denunciado que los últimos 10 despidos que se han producido en el centro afectan a nueve sindicalistas de CCOO y a uno de UGT.

Fuentes del entorno de Moreno Rodríguez aseguran que el único objetivo de la dirección los últimos años ha sido mantener a flote una planta que, al no estar ubicada en Francia, si la compañía se ve forzada a aplicar una estrategia conservadora por problemas económicos deberá bajar la persiana.

Reestructuraciones desde 2010

Kron vuelve a aparecer en las quejas de los trabajadores. Incluso a nivel del comité de empresa europeo de Alstom, en el que CCOO de Cataluña tiene un puesto destacado (ocupa una vicesecretaría). El presidente se ha negado a reunirse con los sindicalistas de España. Incluso ha mostrado su enojo con la plantilla en una carta en que les recuerda que rechazaron por inmensa mayoría en un referéndum un ajuste en las condiciones laborales para ser más productivos.

Los trabajadores indican que la lista de reestructuraciones en el centro es mucho más extensa que el indicado en la misiva de Kron: se aprobó un expediente temporal en 2010 que afectaba a 180 personas; uno de extinción un años después, cuando Artur Mas era ya presidente, que afectó a 200 personas; en 2012, el pulso tuvo como escenario la renegociación del convenio; en 2013, se rechazó una rebaja del salario del 30%, ampliar jornada y la denominada flexibilidad a la carta en el referéndum, que llegó tras la oposición de París a aplicar el acuerdo al que había llegado la dirección española y la plantilla, con condiciones más ventajosas para los últimos.

El año pasado se aprobó otro expediente de extinción que afectó a un máximo de 130 personas tras el pacto sindical. Entre ellos, salió de la compañía uno de los trabajadores con una trayectoria más destacada en el sindicalismo catalán: el secretario general de UGT, Josep Maria Álvarez.

Crece la tensión

La dirección quiere dar una vuelta de tuerca más a esta regulación y ha llevado la tensión en el centro de trabajo catalán a sus niveles más altos de los últimos años. La plantilla ha respondido y, a pocos meses de que lleguen nuevas cargas de trabajo, han decretado una huelga de celo y han acudido a los tribunales. La cúpula, por el momento, no ha respondido.

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