Óscar Puente, de las tablas al Ministerio: rescata a su amigo Serrano y desvaría con Renfe y la competencia
Óscar Puente, ministro de Transportes, ha nombrado al expresidente de Correos al frente de otra empresa pública y ha cargado contra la competencia de Renfe de forma incongruente.
«Una empresa que nunca valoraremos los españoles lo suficiente, que es Correos, por el enorme servicio público que realiza y las enormes posibilidades que tiene, posibilidades que no tengo ninguna duda su presidente va a explorar en toda su extensión, porque lo está haciendo desde que llegó al cargo y dándole un impuso importantísimo a esta empresa».
Así presentó en julio de 2020, en plena pandemia, el entonces alcalde de Valladolid, Óscar Puente, a Juan Manuel Serrano, presidente en esas fechas del grupo Correos, en un acto organizado para anunciar un acuerdo entre ambas instituciones. «Juanma, tienes la palabra».
Después de que una empleada del Ayuntamiento limpiara el micrófono y el atril desde el que había hablado Puente, fue el turno de Serrano, siempre con cara de cansado.
«Hoy tengo una doble satisfacción», comenzó diciendo. «La satisfacción de estar en uno de los Ayuntamientos más importantes de este país, y por otro lado la satisfacción de poder firmar este convenio con un amigo personal«, añadió.
Tres años y medio después, el grupo Correos, la mayor empresa pública del país, con 54.000 empleados, es un polvorín. La compañía ha ido incrementando año tras año, bajo la presidencia de Serrano, las pérdidas, estimadas en 300 millones de euros en 2023.
En la Memoria del grupo del ejercicio 2022, como ha publicado este periódico, Correos admite que existen dudas que pudieran afectar a su viabilidad. La próxima sentencia del caso Unipost, en el que la empresa pública se arriesga a ser condenada en más de 301 millones de euros, amenaza aun más que pueda seguir cumpliendo el principio de ‘empresa en funcionamiento’.
Juan Manuel Serrano fue apeado de la presidencia de Correos el pasado mes de diciembre, siendo sustituido por Pedro Saura, que hasta entonces ocupaba la presidencia de Paradores.
Pocos presidentes de una compañía pública han sufrido tanto rechazo de la plantilla como el recibido por Serrano en Correos. Regino Martín, líder sindical de la compañía, de CCOO, quien de pequeño llevaba bocadillos a su padre, minero, en la cárcel, le ha señalado como el peor presidente que ha tenido Correos en su historia.
Mejor le ha ido en este periodo al farandulero Óscar Puente (Valladolid, 1968). Su intervención estelar en el Congreso, el pasado 26 de septiembre, cuando, por sorpresa, fue él quien tomó la palabra para dar la réplica a Alberto Núñez Feijóo en el debate de investidura, bajo el descojone de la bancada socialista, le ha valido el ascenso a Ministro.
Puente demostró en el Congreso las tablas que tiene para interpretar cualquier papel. Curtido como actor de teatro clásico en los años noventa, al tiempo que se sacaba la carrera de Derecho, alcanzando éxito con ‘El avaro’ de Molière, se ha forjado una identidad política similar a la que asumió Alfonso Guerra como espadachín de Felipe González en los ochenta.
Tras perder la alcaldía de Valladolid en las pasadas elecciones autonómicas y municipales de mayo, Pedro Sánchez le nombró Ministro de Transportes en noviembre.
Sin haber pasado un mes de la salida de Serrano de Correos, Puente ha salido al rescate de su amigo, a la postre amigo también del Presidente del Gobierno -«mucho de lo que he logrado es gracias a él, que me apoyó en los momentos más difíciles siendo un amigo y colaborador leal», escribe Pedro Sánchez en ‘Manual de Resistencia‘, sobre Juan Manuel Serrano-.
Esta semana, el Ministerio de Transportes ha comunicado el nombramiento del expresidente de Correos como director general de la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (Seitt).
El nombramiento de Serrano al frente de otra empresa pública tras su nefasto paso por Correos no ha sido el único desvarío del Ministro de Transportes en los últimos días.
La Intervención General de la Administración del Estado advierte en su auditoría sobre las últimas cuentas de Renfe inconsistencias contables y falta de información
El Ministro ha cargado contra la competencia que la francesa Ouigo y la italiana Iryo hacen a Renfe en la Alta Velocidad. La liberalización del sector, dijo en el Congreso, ha supuesto un «importante abaratamiento» del billete, pero también ha traído «efectos perniciosos».
Puente sostiene que Ouigo e Iryo compiten con Renfe en mejores condiciones por tener apoyo del Estado, lo que les permitiría abaratar los precios asumiendo pérdidas que son soportadas con dinero público.
La entrada en el mercado de la Alta Velocidad española de Ouigo, filial de la ferroviaria pública francesa, SNCF; y de Iryo, en cuyo capital participa la pública italiana Trenitalia con el 45% -el resto del accionariado está en manos españolas-, se ha traducido en un drástico abaratamiento del precio de los billetes del que por fin los españoles han podido beneficiarse tras décadas de monopolio AVE.
El informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sobre el sector ferroviario del tercer trimestre de 2023 indica que tanto en el tramo Madrid-Barcelona como en el Madrid-Valencia la reducción del precio está en torno al 10%. El precio medio para Madrid-Barcelona está en el entorno de los 40 euros, 62 euros en el caso del AVE; en el trayecto Madrid-Valencia, el precio medio está en los 22 euros en todos los operadores, salvo en el AVE (36 euros).
Las declaraciones de Óscar Puente en el Congreso atacando la libre competencia, sus alusiones a que la entrada de estos operadores en el mercado español tiene «efectos perniciosos«, no pueden ser más desafortunadas siendo Renfe una compañía 100% pública, que ha atentado contra la libre competencia en España, que también está presente en mercados internacionales, que presenta cuentas defectuosas, y que cada año se aleja más y más de los buenos resultados que obtienen otros grupos ferroviarios europeos de propiedad pública.
La CNMC impuso a Renfe Mercancías una sanción de 65 millones de euros en 2017 precisamente por impedir la competencia. Las prácticas irregulares de la compañía pública española afectaron «al comercio entre diversos países de la Unión Europea» y limitaron «la presión competitiva que podían ejercer operadores internacionales en el mercado español de transporte de mercancías por ferrocarril».
Al igual que compañías ferroviarias europeas compiten en España con Renfe, la operadora española también está presente en otros mercados internacionales y se ha propuesto que en 2028 el 10% de sus ingresos provengan del extranjero. ¿Cómo podría hacerlo sin aprovechar los principios de libre competencia que el Ministro atacó esta semana en el Congreso?
El AVE en Arabia Saudí.
El tren de alta velocidad Haramain, que une las ciudades saudíes de La Meca y Medina, controlado por la filial saudí de Renfe, lleva operando ya más de cinco años. Desde 2022, Renfe puede operar en Francia las líneas Perpiñán-Lyon y Perpiñán-Marsella, y previsiblemente recuperará otras rutas en el país vecino.
Renfe ha prestado también servicios para la construcción en México del Tren Maya; desarrolla en Estados Unidos el proyecto de Alta Velocidad para unir Houston y Dallas, en Texas; también presta servicios en el proyecto ferroviario más importante en marcha en Europa, el Rail Baltica, promovido por Estonia, Letonia y Lituania; cuenta con un contrato para el alquiler de dos trenes de lujo al operador privado turco Sun Tren, para un servicio ferroviario de lujo que unirá Estambul con la Capadocia; ha logrado un contrato para operar durante diez años una línea de 100 kilómetros en Eslovaquia.
¿Cómo puede Óscar Puente cargar contra la competencia extranjera en España a Renfe cuando la compañía pública española compite en mercados internacionales?
El grupo ferroviario público español presenta además unas cuentas anuales con salvedades. La Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) advierte en el informe de auditoría de las cuentas de 2022 de Renfe-Operadora que el Plan de Negocios facilitado por la compañía como soporte de los ingresos registrados «contiene estimaciones que no hemos podido validar satisfactoriamente«.
Entre otros aspectos, la IGAE destaca que Renfe proyecta «como gastos a realizar algunas estimaciones de gastos ya realizados y registrados contablemente»; o que las estimaciones de gastos de personal «denotarían un número de empleados muy alto para los datos de producción esperada (…)». La IGAE advierte que no ha podido concluir «sobre la fiabilidad de determinados ingresos y gastos» de Renfe.
Y mientras Renfe registra pérdidas anuales millonarias, los grupos ferroviarios europeos se distancian de la operadora española.
La alemana DB, la mayor compañía ferroviaria europea, logró ingresar 47.2509 millones de euros en su último ejercicio, un 18% más; la francesa SNCF logró que un tercio de sus ingresos procedan de fuera de sus fronteras; la italiana FSI logró unos ingresos 3,7 veces superiores a los de Renfe.
Óscar Puente, menos teatro.