Las dudas en Bruselas con la fusión Orange-MásMóvil provoca una guerra de pequeñas telecos en España
Nadie podía imaginar que el sector telecos en España iba a tener un 2023 tan agitado; sobre todo, después de unos años donde a nivel corporativo había ruido pero poco movimiento
La fusión entre Orange y MásMóvil, que sacudirá el tablero de las telecomunicaciones en España, sigue escribiendo capítulos con actores muy diferentes. En estos momentos los grandes protagonistas son los operadores que esperan el resultado de la operación. Lleva retraso, y eso da alas a que todos quieran ser relevantes.
Y es que, pase lo que pase, nadie quiere quedarse fuera de la fotografía. Por ello, el reguero de compañías que sigue a las grandes empresas del sector, y que acaparan la mayor parte del pastel, han asumido que es hora de reclamar lo suyo. Con esta premisa, todos asumen que pueden desempeñar un papel más relevante.
La situación es la siguiente: la Comisión Europea tuvo que detener el reloj de la fusión entre Orange y MásMóvil. Faltaba cierta información documental que, posteriormente, ya ha sido registrada. Ahora sigue su curso, pero todo eso ha dado alas a que las negociaciones por los ‘remedies’, el posicionamiento por ellos, y la estructura del resultado final, haya empezado a preocupar a todos.
El carro de compañías viene lleno. Digi, Avatel, Finetwork, Adamo… algunas con intenciones más claras, otras menos. Pero todas quieren que haya ‘luz verde’ en la fusión entre Orange y MásMóvil para llevar a cabo sus movimientos. No tanto por conseguir los ‘remedies’, activos que saldrán al mercado, sino por el tsunami que provocará todo.
Todas sacar fuerza
En este contexto, cada compañía lleva meses convenciendo al mercado de sus fortalezas. El principal objetivo es estar fuerte una vez se produzca el primer gran momento de consolidación. Algo que, inevitablemente -según entienden los expertos del sector-, tendrá otra segunda ronda en los próximos años. También, muy a la expectativa de lo que suceda con Vodafone España.
Así, algunos de los ‘outsider’ que quieren estar bien posicionados es Adamo. Este operador, muy centrado en el ámbito rural, se ha hecho eco esta semana de que es uno de los ganadores en los premios #EuropaSeSiente, en el marco del Concurso Anual de Comunicación de Fondos Europeos.
En concreto, Adamo hizo posible que cerca de 30.000 familias asturianas accedieran a fibra óptica en sólo tres ejercicios. Ello a pesar de la baja densidad de viviendas por kilómetro cuadrado y de los enormes obstáculos orográficos. Para ello, el operador gestionó un presupuesto público-privado cercano a los 7 M€ (entre fondos comunitarios y aportaciones propias) y recurrió a 230 trabajadores locales.
Por su parte, Avatel, uno de los operadores que, en principio, sí disputa de forma decidida por los ‘remedies’ ha comunicado esta semana que continúa avanzando en su plan de crecimiento, y, en consecuencia, durante el primer semestre del año, la compañía ingresó un total de 156 M€, un 15% más respecto al mismo periodo de 2022, y registró un Ebitda ajustado de 76 M€, un 36,4% más que el primer semestre del año anterior.
Asimismo, Avatel inició el 2023 con la adquisición de 8 nuevos operadores locales de las zonas de Levante, Andalucía y Castilla la Mancha. Estas adquisiciones suponen una inversión de más de 20 M€, enmarcadas en el ambicioso plan de negocio iniciado por la compañía en 2020.
Esta situación es mimética a Digi. El operador de origen rumano, que hace poco más de un año era muy recatado en sus comunicaciones públicas, asume que ha llegado la hora de sacar pecho, anunciar acuerdos, informar sobre datos de mercado… el objetivo, de nuevo, es posicionarse en esa lucha que están llevando los llamados a ser tercer y cuarto operador. Siempre con permiso de Vodafone, que se mantiene a la espera