La nuclear en España lanza un SOS mientras suma apoyos sindicales y se encomienda al Supremo
Con el cierre de Almaraz previsto para 2027, el sector espera poder negociar la ampliación de la actividad hasta el último momento
La energía nuclear en el sistema eléctrico español tiene los días contados, pero desde el sector aún albergan todavía esperanza para revertir la situación. Aunque el Gobierno ya ha pactado con las empresas el calendario de cierre, el sector va sumando apoyos tras la salida de Ribera em línea con las decisiones europeas y se encomienda al Supremo para tratar de reducir la cantidad de impuestos que abonan actualmente.
El calendario de cierre pactado entre el Gobierno, las empresas propietarias y Enresa sitúa el cierre de Almaraz el próximo 2027. Desde la central nuclear cacereña trabajan con los dos escenarios hasta el último momento, el del cierre y desmantelamiento y el de continuar con la actividad.
«Es una pena. Estamos en este momento queriendo invertir en productores de electricidad como las renovables y aquí tenemos unos activos que no requieren de inversión. Hay cantidad de países (especialmente Francia) que se están centrando en construir centrales, pero es que aquí las tenemos» explica Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear durante una visita a la central de Almaraz.
Desde la patronal nuclear de Iberdrola y Endesa consideran que todavía se puede ampliar durante décadas la actividad de las centrales, que están «prácticamente nuevas». Con una vida de unos 40 años, sus homólogas en Estados Unidos ya tienen licencia para operar 60 u 80 años.
«¿Por qué aquí no? Por un lado, no emiten CO2 y, por otro lado, la dependencia del combustible es mucho menor que en las centrales que usan petróleo, gas o carbón porque el mercado del uranio es mucho más abierto y el potencial colapso del combustible en el sector nuclear no existe«, señala Araluce.
En esta línea, en Europa la dirección que han tomado otros países va en dirección contraria a la que se está tomando en España, algo que desde el sector consideran incomprensible.
No obstante, los cada vez más apoyos que suma la energía nuclear les hace pensar que «la realidad puede forzar un cambio».
UGT apoya alargar la vida de las centrales y el sector lo aplaude
Recientemente, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, visitó las centrales nucleares catalanas de Ascó y Vendellós, donde dejó un mensaje claro de apoyo ante los medios.
“España no puede prescindir de la energía nuclear en la transición ecológica”, aseguró Álvarez, quien sentenció que “no hay transición ecológica sin transición social y laboral”. El líder sindical recordó que “Ascó y Vandellós generan el 60% de la energía eléctrica de Cataluña”.
En el caso de Almaraz, gran parte de la energía producida abastece a Extremadura, pero también a la Comunidad de Madrid y a parte de Andalucía.
«Las declaraciones del secretario general de UGT me parecieron de lo más razonable. Dejar caer un sector que funciona, que crea empleo, da estabilidad a la red y no emite CO2 nos parece un error«, destaca el presidente de la patronal.
Las propietarias abonan 1.600 millones en impuestos y esperan al Supremo
Otra de las cuestiones que afectan al sector es la fiscalidad. Según apuntan fuentes del sector, las propietarias de las centrales abonan entorno a 1.600 millones de euros al año por producir energía y por la denominada ‘tasa Enresa’, impuesta para cubrir los costes del desmantelamiento y gestión de residuos de cada central.
De media, las empresas pagan 18 euros el megavatio hora (MWh) por el impuesto a la producción, a los que se suma la tasa Enresa que actualmente está por encima de los 10 euros el MWh producido por sus reactores. A esto hay que sumar también los gravámenes específicos de algunas regiones.
El sector considera «insostenible» esta carga fiscal, ya que las renovables (eólica y solar sobre todo) han abaratado el precio en el mercado mayorista hasta llegar incluso a precios 0 en ciertas épocas de este año. Algo, dicen, con lo que no pueden competir si tienen que pagar tantos impuestos.
En cuanto al aumento de la tasa Enresa, el sector nuclear reaccionó con tres recursos contencioso administrativos en el Tribunal Supremo. Esta subida impuesta por el Gobierno fue del 30%, algo que consideran que está por encima de lo pactado inicialmente con el propio Ejecutivo.
Aunque el proceso judicial es lento, esperan poder tener una resolución favorable que consiga revertir el aumento de la tasa.
Con Ribera en Europa, esperan más diálogo del nuevo ministro
Con estos mimbres, la salida de la actual ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, puede abrir una nueva puerta al diálogo.
Pese a que Ribera en Europa ha tenido que virar su postura hacia una mayor tolerancia con la energía nuclear, puesto que muchos países están apostando por ella como energía verde con Francia a la cabeza, su postura en clave nacional sigue siendo la misma.
Es por ello que su futuro sustituto o sustituta podría marcar diferencias en este aspecto si viene sin una posición tan negativa al respecto. En este sentido, hay otro factor que puede influir en un futuro cambio de política energética y está en Red Eléctrica.
El gestor de la red está trabajando en el plan energético para los próximos años. Para su diseño debe considerar las posibles consecuencias de la retirada de los reactores de Almaraz del sistema eléctrico, así como las tecnologías que actualmente están en funcionamiento, desde las renovables hasta el gas, energía muy contaminante.
Un informe técnico que alerte de la insostenibilidad del sistema sin energía nuclear podría suponer un cambio importante en la política energética del país.