Nissan rebaja el coste de cerrar en Barcelona: 600 millones
La empresa japonesa afirma además que la asignación de un nuevo modelo a la Zona Franca causaría pérdidas de 100 millones anuales
Nissan se desdice sobre sus propios cálculos respecto al coste de abandonar Barcelona. La empresa japones calcula ahora que el coste de dejar la Ciudad Condal es de entre 500 y 600 millones de euros, incluyendo reclamaciones de proveedores y limpieza de las instalaciones. Esa cifra está muy por debajo de sus primeras estimaciones. El cálculo de entrada que la empresa japonesa dio a conocer al Ministerio de Industria y a la Generalitat rondaba los 1.450 millones de euros, es decir, 850 millones más.
Así consta en la documentación que la multinacional ha entregado al comité sindical europeo y que ha adelantado La Vanguardia. Dicha documentación supone un paso previo para el inicio de las conversaciones formales para el echar el cierre. El comité de empresa, por su parte, ya prepara su contrainforme para rebatir estos argumentos.
Este nuevo cálculo también obliga a reformular a la empresa automovilística los plazos que se había marcado para recuperar las pérdidas que le ocasionará el cierre de las plantas de Zona Franca, Reixach, Sant Andreu de la Barca y Montcada (entre cinco y seis años).
No obstante, hay aspectos que Nissan no ha modificado. La primera es su argumento para defender el cierre de las operaciones en Barcelona — cree que es la única opción viable desde una perspectiva técnica y financiera — y la segunda es que la asignación de un nuevo modelo a la Zona Franca causaría pérdidas de 100 millones anuales.
Nissan se lo piensa en Cantabria
En paralelo a su salida de Barcelona, Nissan se pronuncia sobre sus intereses en el resto de España. La compañía, de momento, no quiere extender su crisis a la planta de fundición de Cantabria, tal como adelanta este sábado Economía Digital.
La compañía japonesa presentó a la plantilla un plan en el que buscaba recortar un 15% el sueldo de los empleados y reducir su jornada en un 20%, pero la dirección retiró la propuesta una semana después. La hoja de ruta pasa ahora por realizar un nuevo planteamiento menos agresivo para la situación de sus empleados.
Fuentes del comité de empresa explican a este medio que la directiva planea recortar la jornada o la remuneración de sus trabajadores, pero no las dos. “Estamos a la espera de que se nos presente una propuesta formal”, señalan las mismas voces, que insisten en que todo dependerá finalmente de cómo se desarrollan las negociaciones.