Nissan pisa el freno en Cantabria ante su crisis en España
La compañía recula con su plan de recortes en su fábrica de fundición para no abrir otro frente en pleno cierre de la planta de Barcelona
Nissan renuncia a extender su crisis española a Cantabria. En pleno cierre de la fábrica de Barcelona, la compañía japonesa presentó un plan a la plantilla de su planta de fundición que implicaba recortes salariales superiores al 30%. Una semana después de la oferta, y después de que saltase a la esfera pública, la dirección retiró la propuesta y realizará un nuevo planteamiento menos agresivo para el bolsillo de sus trabajadores.
La idea inicial del fabricante nipón era recortar un 15% el sueldo de los empleados y reducir su jornada en un 20%. No obstante, fuentes del comité de empresa explican a Economía Digital que la directiva planea aplicar una u otra solución, pero no las dos a la vez. “La resultante dependerá de la negociación, pero estamos a la espera de que se nos presente una propuesta formal”, señalan las mismas voces.
La victoria, eso sí, es temporal, pues los sindicatos asumen que habrá que hacer frente a ajustes con tal de lograr las inversiones requeridas. No serán las que pretendía la dirección local, encabezada por Eduard Reimóndez, que puso en marcha todo el proceso de forma autónoma para presentar un ahorro del 28% por pieza a la cúpula japonesa de la organización.
Según las proyecciones, la planta de Los Corrales de Buelna necesita de una inversión de 37 millones de euros entre 2021 y 2024 para mantenerse competitiva. La cifra se sumaría a los 29 millones invertidos entre 2016 y 2019 y los 6 millones gastados en el ejercicio actual. «Si no se aprueba el plan de inversiones podríamos estar cerrados en tres años”, decían desde el comité hace semanas ante la necesidad de modernizar la fábrica.
Nissan Cantabria: distinto camino de la Zona Franca
Al 40% de su capacidad, la fábrica cántabra tiene varias similitudes con la instalación catalana. Eso sí, no ensambla vehículos; es una infraestructura de fundición y mecanización de piezas. Para empezar, al centro también se le aplicó un expediente de regulación de empleo (ERE) en 2019 “para ser más competitivo” que implicó la salida de alrededor de 80 personas. Ahora, la cúpula local vuelve a insistir: “El único modo de sobrevivir es con un plan de ultraactividad”.
Tras el ajuste del pasado año, la dirección local, encabezada por Eduard Reimóndez, avisó hace semanas a los alrededor de 530 empleados: «Hay que hacer un plan de ajuste para que la cúpula de Nissan en Japón valore la fábrica y nos acerque a los mismos costes que tiene la competencia». La música vuelve a sonar similar al plan de viabilidad que De Ficchy anunció a comienzos de año y que terminó con el cierre de la instalación catalana.
En este caso, el objetivo final del fabricante nipón no es otro que incrementar el volumen de producción para terceros –actualmente representa un 7% del total– ante las recientes reducciones de capacidad anunciadas tanto por Nissan como por Renault en las últimas semanas.