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Más escollos en la antigua Nissan: Silence plantea un ERTE y los proyectos del D-Hub se atascan
La filial de movilidad de Acciona anuncia un plan de despidos temporales por el frenazo de las ventas de motocicletas eléctricas
La reindustrialización de la antigua fábrica de Nissan de Barcelona tenía que empezar a tomar velocidad de crucero en 2024, pero ya han aparecido los primeros escollos. La dirección de Silence presentará un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para sus empleados del centro barcelonés por el frenazo en las ventas de motocicletas eléctricas, mientras los proyectos del D-hub avanzan a trompicones.
La filial de Acciona, que se hizo con una parcela de 60.000 metros cuadrados en la planta de la Zona Franca sin pasar por el concurso público, está sufriendo una acumulación de stock de vehículos, por lo que quiere reducir el volumen de producción mientras va dando salida a las motos almacenadas y no ha tenido otra opción que anunciar un ERTE, según ha podido saber Economía Digital por fuentes sindicales.
El siguiente paso será conformar una comisión negociadora con la representación de los trabajadores. En principio, la dirección de la automovilística planteará que el expediente dure hasta el 30 de junio y que se aplique a los 300 empleados de la fábrica barcelonesa y del centro ubicado en Sant Boi de Llobregat.
El proyecto no peligra
Tal y como explicó Economía Digital, el fabricante de motos eléctricas vendió 7.000 vehículos en los primeros nueve meses del año 2023, un 26% menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior por la bajada de la demanda del mercado eléctrico. En este sentido, y según la Asociación Europea de Fabricantes de Motocicletas, las matriculaciones de motos eléctricas cayeron en un 8,1% en Europa en el primer semestre del año.
Silence ha asegurado a los trabajadores que su proyecto “no corre peligro”, pero desde los sindicatos exigen una previsión más precisa de cuando creen que se podría reactivar el mercado. Fuentes de la empresa indican que se trata de un escollo temporal, que debería de normalizarse en un corto plazo.
La compañía dirigida por Carlos Sotelo estrenó la reindustrialización de la antigua fábrica de la compañía nipona en agosto de 2022 y se comprometió a contratar a 110 exempleados de Nissan para fabricar sus motocicletas y su nanocar S04, que también está sufriendo retrasos y se encuentra en fabricación preserie.
La volatilidad del mercado eléctrico ha trastocado a corto plazo los planes de la corporación catalana, que solamente ha contratado a 96 exempleados de Nissan. Mientras, los otros proyectos impulsados por el D-hub, el consorcio de empresas formado por QEV y BTech encargado de reindustrializar la fábrica de la Zona Franca, avanzan igual de despacio.
A principios de febrero, entraron en el centro 606 extrabajadores de Nissan con contrato de formación y una remuneración de 1.575 euros. La plantilla recibirá tanto formación teórica como práctica, mientras esperan a que aumente la carga de trabajo con el inicio de la fabricación del resto de vehículos eléctricos que saldrán de la planta.
QEV todavía no ha podido empezar a producir sus furgonetas Zeroid, pese a plantear su arranque para este mismo mes de febrero. Según explicó recientemente la Tribuna de la Automoción y ha podido confirmar este medio, hay 44 furgonetas vehículos en DKD, un tipo de montaje a través de unidades semiensabladas, bloqueadas en el Puerto de Barcelona, a la espera que cerrar la tramitación en aduanas.
La esperanza de Chery
Por su parte, la pick-up de la marca Ebro, relanzada por BTech, no llegará hasta 2025, de modo que la última opción para conseguir unos volúmenes de trabajo suficientes para absorber a los trabajadores que quedan por reindustrializar sería lograr el ansiado pacto con Chery.
La empresa dirigida por Pedro Calef lleva negociando con el fabricante chino desde el año pasado para que escoja Barcelona como su fábrica europea. El grupo que ensambla y comercializa la marca Omoda está buscando una ubicación en el continente donde producir en CKD, un tipo de ensamblaje que consiste en unir piezas ya montadas.
Inicialmente, se habló de la posibilidad que, si finalmente Chery escoge Barcelona como la ubicación para instalar su fábrica en Europa, facilitaría la contratación de 150 exempleados de Nissan en abril y 150 más en una segunda tanda, con el objetivo de cerrar 2024 con 300 trabajadores. Las negociaciones siguen en pie, pero el acuerdo continua sin llagar y es cada vez más improbable que los coches del gigante asiático lleguen en menos de dos meses.
No existe una fecha límite, aunque las empresas del Hub necesitan el sí definitivo de Chery antes de octubre. Tal y como pactaron con los sindicatos, los contratos de formación finalizan en otoño y, sea cual sea la situación la fabrica en ese momento, los empleados que sigan adheridos a este tipo de contrato pasaran a ser trabajadores en régimen corriente, con un sueldo un 20% superior al marcado por el convenio del metal. Sin los ingresos que aporte el acuerdo con Chery, las compañías que configuran el Hub sufrirán para cubrir estos costes laborales.
Las negociaciones que penden de un hilo son los encuentros con Battle Motors, un fabricante de camiones americano que estudia montar sus vehículos en la antigua planta satélite a la de la Zona Franca ubicada en Montcada i Reixac (Barcelona), contratando a 230 personas más. Fuentes cercanas aseguran que, en este caso, las reuniones están «estancadas».