Nissan Barcelona no fabrica ni 15.000 coches en 2020
Hasta el mes de noviembre, la fábrica catalana sacó a la carretera apenas 14.362 vehículos, el 43% menos que en los primeros once meses de 2019
La fábrica de Nissan en Barcelona cerrará el año 2020 con un nuevo mínimo de producción. Si los niveles de la instalación ya parecían haber tocado suelo el año pasado; la pandemia, la retirada de modelos y las huelgas –tanto de su plantilla como de proveedores— desplomaron la cifra de vehículos sacados a la carretera. Entre enero y noviembre, el centro de Zona Franca apenas ensambló 14.362 vehículos en sus líneas.
Según informó este viernes la automovilística japonesa, la cifra es un 77% inferior a los 62.425 coches que la planta consiguió producir en 2019, un año en el que ya tuvo que sufrir un expediente de regulación de empleo (ERE) debido a su poca actividad. En 2020, se confirmó el cierre de la infraestructura, previsto para diciembre de 2021.
Ya antes de oficializar la clausura, el año pintaba negro para Nissan Barcelona. En febrero, la marca anunció que se dejarían de fabricar las pick up y que se reduciría en un 40% la producción de las furgonetas eléctricas eNV200. Tras la notificación, el coronavirus hizo saltar por los aires incluso las previsiones más conservadoras, que fijaban un suelo de 60.000 unidades para la planta.
La pandemia obligó a cerrar la planta durante semanas. Y al contrario que el resto de los centros de automoción españoles no reabrió cuando se relajó el estado de alarma. Los trabajadores se declararon en huelga indefinida hasta que no se aclarase el futuro de la instalación. El paro no sirvió para salvar el negocio, pero sí para obtener un acuerdo que facilite la reindustrialización de la plaza.
Cuando Nissan estaba lista para retomar la producción, llegó la huelga de Acciona
El cese de actividad se encadenó con las vacaciones veraniegas del mes de agosto. No fue el último contratiempo. Cuando parecía que se iba a reanudar la producción, la huelga de la plantilla de la principal subcontrata, Acciona, impidió que volviera a sonar el ruido de motores. Durante más de un mes, la falta de empleados que prestasen servicios complementarios bloqueó la fabricación.
No se encontró remedio hasta mediados de octubre, cuando Nissan incorporó a varios temporales y formó a parte de sus trabajadores para que realizasen las funciones de Acciona. Por el camino se perdió el pedido de 1.700 pick up realizado por Mercedes.
Pero el retorno de la actividad no fue el esperado. La previsión era la de producir al ritmo de unos 160 vehículos diarios, pero la realidad era muy distinta: apenas ensamblaba una treintena de camionetas y “cinco o seis” furgonetas eléctricas eNV200. Todavía no se han alcanzado los niveles deseados.
Nissan presiona para acelerar
Ante los constantes contratiempos, la dirección que encabeza Frank Torres trata de salvar el ejercicio fiscal –hasta el 28 de febrero– e incrementar la producción. Por ello, presiona a los sindicatos para trabajar los sábados y añadir una hora extra en algunas jornadas.
Según La Tribuna de la Automoción, la pretensión nipona es alcanzar las 128 pick up producidas, pero actualmente la producción oscila las 100 unidades diarias. Los deseos de la cúpula toparon con las reticencias de los sindicatos, porque la modificación horaria haría coincidir a los trabajadores de planta con los de oficinas, lo que elevaría el riesgo de contagios.