Nestlé reactiva las negociaciones de los convenios en tres fábricas españolas el 10 de enero

La dirección de Nestlé en España y los sindicatos volverán a la mesa de negociación después de Navidad. La empresa ha convocado a la representación de los trabajadores el próximo 10 de enero para intentar desatascar la renovación de los convenios en tres de las fábricas que tiene en España.

El conflicto laboral en la filial española del gigante de la alimentación comenzó cuando la multinacional propuso eliminar la cláusula que vincula la subida salarial al IPC, una disposición que ya se incluía en el anterior convenio, caducado en abril de este 2023.

A cambio, la dirección de Nestlé planteó a los comités de empresa los incrementos de sueldo pactados por la patronal y los sindicatos a nivel estatal en el último Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC). Estos crecimientos serían de un 4% para 2023, del 3% para el 2024 y del 3% para 2025, con una cláusula de revisión topada en un 1% anual si la inflación supera estas subidas.

Mientras que otras fábricas más pequeñas del grupo en España han decido aprobar estos incrementos, los sindicatos de los centros de Girona, Sevares y Gijón han decidido plantarse. A su parecer, esta medida supondría dar un paso atrás respecto a las condiciones incluidas en el anterior convenio, así como una pérdida de poder adquisitivo.

Con este escollo, la renovación de los documentos que regulan las relaciones laborales en estos centros quedó bloqueada, ya que la empresa no quería avanzar en otras medidas a incluir en el convenio hasta que no hubiera acuerdo por los salarios. Ante este bloqueo, los comités de empresa impulsaron una protesta delante de la sede de Nestlé España en Esplugues de Llobregat (Barcelona).

Jordi Llach, CEO de Nestlé España, Michel Fernandes, el director financiero, y Delia Martínez, directora de recursos humanos, bajaron para debatir con los trabajadores durante la convocatoria, pero no se llegó a un acuerdo para volver a convocar la mesa de negociación.

Tras la protesta, los sindicatos tenían que reunirse el pasado martes 19 para valorar más acciones, pero fue entonces cuando la empresa volvió a citarles para el día 10. Los comités de empresa decidieron postergar la reunión entre sindicatos y esperarse a ver que tiene que decir la corporación. En este sentido, esperan recibir algún tipo de contraoferta, según fuentes sindicales.

«No queremos ningún tope»

La plantilla está abierta a incluir en el convenio otro tipo de medidas compensatorias, como una rebaja de la jornada laboral, pero quieren evitar a toda costa cualquier cambio que supongan una pérdida de poder adquisitivo. “Queremos una garantía de poder adquisitivo real, no queremos ningún tope”, explicó Lluís Parra, coordinador de estatal de UGT-FICA en Nestlé en declaraciones a Economía Digital.

Por su parte, la empresa asegura que quieren mantener un diálogo “cordial y constructivo” con la plantilla con el fin de llegar a un acuerdo. Nestlé argumenta que ha hecho “un gran esfuerzo” en ofrecer unas subidas vinculadas al AENC en un entorno “volátil y de incertidumbre internacional”. “La voluntad de la empresa es favorecer unas condiciones atractivas para mantener la competitividad de nuestras fábricas por delante de otros centros productivos”, aseguraron fuentes de la compañía, que añadieron que necesitan “tener certeza sobre los costes” a largo plazo en los próximos años.

En este sentido, la filial española del grupo suizo que tiene a Pablo Isla como consejero lleva un par de ejercicios notando el golpe del incremento de los costes de las materias primas en sus cuentas. La empresa ganó 93 millones de euros el pasado 2022, un 20% menos que en el ejercicio anterior por la subida de los gastos de producción.