Nestlé deniega vincular la subida de sueldos al IPC y bloquea los convenios en tres fábricas españolas
La empresa ofrece a la plantilla la subida acordada en el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, pero los sindicatos quieren que se traslade al 100% la inflación
Nestlé y los sindicatos encallan la negociación para renovar los convenios de empresa en tres de sus fábricas españolas. La filial del grupo en España quiere eliminar la cláusula que vincula la subida salarial al IPC en el nuevo documento y propone aplicar los incrementos pactados por la patronal y los sindicatos a nivel estatal en el último Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), mientras que los sindicatos exigen mantener esta disposición para no perder poder adquisitivo.
Los centros productivos que el gigante suizo tiene en Girona, Savares y Gijón llevan desde el 1 de abril con los convenios caducados y, tras ocho meses de negociación, parece ser que los encuentros se han estancado por el escollo de los salarios. Nestlé plantea una subida del 4% para 2023, del 3% para 2024 y del 3% para 2025, con una cláusula de revisión topada en un 1% anual si la inflación supera los incrementos anteriores.
Sin embargo, UGT y CCOO quieren que se siga indexando el incremento salarial a la subida del IPC, tal y como está establecido en el anterior convenio. “Queremos una garantía de poder adquisitivo real, no queremos ningún tope”, exige Lluís Parra, coordinador de estatal de UGT-FICA en Nestlé en declaraciones a Economía Digital. Por su parte, Pablo Esteban, secretario general de CCOO en la compañía, también reclama mantener dicha cláusula, mientras que pide a la empresa una “contraoferta” que poder evaluarla con la asamblea y negociar basándose en lo que defienda la mayoría de la plantilla.
Los sindicatos aseguran que, hasta que no se llegue a un acuerdo sobre las subidas salariales, la empresa no quiere avanzar en otras materias que deberán de plasmarse en el nuevo convenio, como la organización de los turnos o de la jornada laboral, que UGT quiere reducir hasta las 39 horas. En este sentido, sin un convenio pactado que marque los festivos de 2023, Esteban asegura que hay alrededor de un 40% de la plantilla de la fábrica gerundense que deberá de trabajar por Navidad.
Ante este bloqueo, los comités de empresa de estos centros convocaron una concentración frente a la sede española del fabricarte de chocolate y café en Esplugues (Barcelona) el pasado martes de 11 a 13 horas. Durante la concentración, Jordi Llach, COE de Nestlé España, Michel Fernandes, el director financiero, y Delia Martínez, directora de recursos humanos, bajaron para debatir con los trabajadores, pero no se llegó a un acuerdo para volver a convocar la mesa de negociación.
Por eso, los diferentes sindicatos se reunirán el martes 19 de diciembre para valorar futuras acciones. La representación de los empleados aboga por sentarse y negociar, pero tanto UGT como CCOO afirman que es probable que se repitan las concentraciones. De hecho, Parra asegura que su sindicato propondrá convocar paros en las puertas de los centros de trabajo, mientras que no descarta una huelga, aunque sería “la última opción”.
Por su parte, fuentes de Nestlé aseguran que mantiene un diálogo “cordial y constructivo” con la plantilla con el fin de llegar a un acuerdo. La empresa argumenta que ha hecho “un gran esfuerzo” en ofrecer unas subidas vinculadas al AENC en un entorno “volátil y de incertidumbre internacional”. “La voluntad de la empresa es favorecer unas condiciones atractivas para mantener la competitividad de nuestras fábricas por delante de otros centros productivos”, dicen desde la compañía, mientras añaden que necesitan “tener certeza sobre los costes” a largo plazo en los próximos años.
Menos márgenes
En este sentido, la filial española del grupo suizo que tiene a Pablo Isla como consejero lleva un par de ejercicios notando el golpe del incremento de los costes de las materias primas en sus cuentas. La empresa ganó 93 millones de euros el pasado 2022, un 20% menos que en el ejercicio anterior por la subida de los gastos de producción. En un año en el que la facturación mejoró en un 2% hasta los 2.358 millones de euros, los gastos de aprovisionamiento se dispararon en un 22%, lo que disminuyó el margen de beneficios de la corporación de un 5% hasta un 3,9%.
De llegar a un acuerdo, los convenios ahora en liza estarán vigentes de forma retroactiva desde abril de 2023 hasta el 2025 y afectarán a 2.700 trabajadores de los 4.500 que tiene el grupo en España. De los 1.800 restantes, la mayoría trabajan en las oficinas centrales y se rigen por objetivos. El grupo Nestlé también tiene una fábrica de Purina en Castellbisbal y dos más de las embotelladoras de Viladrau en Reus y de Aquarel en Badajoz.
Por otro lado, la fábrica de chocolates ubicada en La Penilla de Cayón (Cantabria) firmó en noviembre un convenio para este 2023 que caduca el próximo mes de marzo, en un texto que ratifica las subidas planteadas por la empresa. En este caso, los sindicatos cedieron a la propuesta de Nestlé porque necesitaban poner orden a la cantidad de trabajadores fijos discontinuos que tiene el centro. La plantilla de esta planta estará atenta a los acuerdos que se firmen en Cataluña y en Asturias, dado que en breve se volverá a poner en marcha otra negociación.