La banca reduce provisiones para morosidad hasta mínimos de 2023 ante el frenazo de los impagos 

Los últimos datos publicados por el Banco de España detallan que la morosidad del crédito se mantiene en el 3,50% en julio, umbral similar al recogido en junio

Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España - Adhesiones al Código de Buenas Prácticas - Banca española

Fachada de la sede del Banco de España. EFE/J.J. Guillén/Archivo

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El estancamiento de la morosidad bancaria en julio insufla aún más oxígeno a las entidades bancarias españolas. Es sabido por todos que los bancos nacionales están tranquilos con los niveles actuales de mora. Pues pese a la coyuntura económica actual, las entidades no están notando ese aumento de los impagos que los propios bancos dan por hecho que llegarán. Pese a esto, las últimas estadísticas reportadas por el Banco de España constatan que la morosidad del crédito se mantiene sobre el 3,50% en julio, mismo nivel que en el mes precedente. 

Y como no podía ser de otra forma, este dato ha tenido un efecto directo sobre las provisiones para morosidad. De entrada, el supervisor español recoge que el número de dudosos ha cedido algo menos de un 1% en términos intermensuales, un dato positivo, ya que refuerza la idea de que los clientes siguen teniendo capacidad para pagar las cuotas pese a la presión monetaria. 

Pero, con la caída mínima de dudosos, así como con el estancamiento de la morosidad bancaria, los bancos españoles se han aventurado a reducir la dotación para provisiones sobre créditos bancarios. Tal y como detallan los últimos datos publicados por el Banco de España, las provisiones para la morosidad bancaria, recogidos en el apartado ‘Correcciones de valor por deterioro de activos’, caen desde los 88.655 millones que la banca provisionó en junio, hasta los 88.235 millones provisionados en julio, mínimos de 2023. Es decir, las provisiones para morosidad han cedido un 0,47% de un mes para otro.  

Los banqueros asumen que la morosidad crecerá  

Ante el estancamiento de la morosidad, que venía de ceder mínimamente entre mayo y junio, la banca ha decidido reducir ligeramente las provisiones para mora bancaria y elevarlas en otras parcelas que, por la situación económica actual, pueden presentar mayores debilidades a corto o medio plazo.  

Aunque los banqueros de las principales firmas nacionales dan por hecho que la ratio de mora deberá crecer impulsada por la presión monetaria, también insisten en que la situación, hoy por hoy, está controlada y que las ratios actuales de morosidad no suponen un problema para ninguna de las compañías del sector. Por poner un par de ejemplos, Caixabank cerró el semestre con la morosidad en el 2,6%, mínimo de los últimos 15 años, o Bankinter, que echó el cierre a la primera mitad del curso con una mora del 2,22%. 

El Banco Central Europeo elevó los tipos de interés hasta el 4,5%, nivel más elevado desde 2001

Todo ello contando con que el Banco Central Europeo no cesa en la estrategia monetaria que inició en julio del pasado ejercicio. La institución con sede en Frankfurt ha acometido la subida de tipos de interés más rápida de la historia y, por el momento, las tasas oficiales se ubican sobre el 4,5%, nivel máximo desde mayo de 2001.  

Es precisamente la política monetaria llevada a cabo por la entidad liderada por Christine Lagarde la que hace que los directivos de la banca española insistan en que la morosidad, tarde o temprano, crecerá. Pese a ello, por el momento la cota de mora aguanta, lo que ha conducido a que los bancos españoles se animen a reducir las provisiones sobre morosidad hasta mínimos de 2023.  

Los niveles de mora actuales no incomodan a los bancos españoles 

Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank, explicó recientemente en la conferencia anual de banca que Bank of America organiza en Londres que «esperamos cierto deterioro de la calidad de los activos, pero todavía no lo hemos visto. Las entradas en mora en el segundo trimestre marcaron mínimos».

Las palabras del ‘número dos’ de Caixabank pueden entenderse como un reflejo de lo que ocurre en la mayoría de las grandes entidades bancarias españolas. Pese a que algunas de ellas muestran incrementos en la ratio de mora, ninguna lo percibe como un problema. 

María Dolores Dancausa, CEO de Bankinter, expresó en la última presentación de resultados que, pese a que la ratio de mora del banco naranja había crecido en 11 puntos básicos en términos interanuales, la morosidad «no nos dará disgustos«.

BBVA es otra de las grandes firmas que, como Caixabank, logró reducir la morosidad pese al entorno económico y el encarecimiento del crédito. En su caso, lograron reducir la morosidad en 30 puntos básicos con respecto al primer semestre de 2022, un hecho con el que los de Carlos Torres mostraron su satisfacción.  

Los movimientos del BCE son clave 

Es decir, la gran banca entiende que la morosidad podría crecer en los próximos meses, y más teniendo en cuenta que el BCE no cesa en su empeño de rebajar la inflación. Aunque haya una pausa en las subidas de tipos, como varios expertos predicen, las tasas oficiales seguirán estando elevadas durante un tiempo.  

Además de ello, expertos de distintas casas de análisis sobreentienden que, con un repunte del IPC, el BCE volverá a endurecer la política monetaria, lo que apretaría aún más las cuotas de los clientes.  

Por lo pronto, la banca española se ha animado a reducir mínimamente las provisiones para morosidad bancaria, tal y como remarcan los últimos datos publicados por el BdE. Está por ver si esta tendencia se mantiene o, al contrario, si la presión monetaria termina llegando a las cuotas y los impagos afloran. 

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Alejandro Montoro

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