Moody’s sitúa la calificación de Grifols en revisión para rebaja
La agencia calificadora justifica la decisión por el retraso en la presentación de las deudas auditadas, pero también por la gestión de riesgos y la "complejidad organizativa"
Moody’s ha colocado en revisión para rebaja la calificación de Grifols, después de que la semana pasada la compañía hubiera presentado los resultados de 2023 sin auditar, con un beneficio neto un 71% por debajo del año anterior.
Poniendo el foco sobre las calificaciones afectadas, figura el rating principal de la familia corporativa B2 (CFR), la calificación de probabilidad de incumplimiento B2-PD (PDR), la calificación no senior garantizada Caa1 y la calificación senior garantizada respaldada Ba3.
Los motivos de Moody’s
Entre las razones que han motivado la revisión a la baja por parte de la firma de calificación se encuentra una generación de flujo de caja libre más débil en 2023-2024 que las previsiones de la agencia, pero también el retraso en la presentación de las cuentas auditadas.
Otro de los motivos esgrimidos han sido las consideraciones de gobierno corporativo, especialmente las que tienen que ver con la gestión de riesgos por parte de la multinacional de hemoderivados, así como la «complejidad organizativa».
Según ha trasladado la agencia de calificación, su análisis pondrá el acento sobre la finalización del proceso de auditoria de la empresa y la revisión de sus cuentas financieras del año pasado, así como en los planes de la compañía para abordar los vencimientos de sus bonos en 2025.
A la vez, antes de tomar la decisión de ejecutar la rebaja del rating, la firma analizará el perfil de liquidez de la compañía de cara a los próximos 12 a 18 meses.
La firma calificadora ha subrayado que la liquidez de la empresa, que afronta turbulencias desde que el fondo bajista Gotham City Research publicó un informe que cuestionaba sus cifras, se ha debilitado ante la proximidad de grandes vencimientos de deuda.
Las fuentes de liquidez de la compañía, a 31 de diciembre de 2023, comprendían un saldo de caja de 526 millones de euros y una línea de crédito revolving (RCF) senior garantizado respaldado por 1.000 millones de dólares con vencimiento en noviembre de 2025, bajo el cual se habían dispuesto 360 millones de euros.