Molins sigue la estela de Laboratorios Ordesa y protagoniza el segundo gran retorno del año a Cataluña tras el ‘procés’

El grupo cementero se convierte en la primera empresa cotizada en devolver su sede social a Cataluña tras el estallido del proceso independentista

Planta de Ciments Molins en Sant Vicenç dels Horts, Barcelona. Ciments Molins

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La tensión política desencadenada por el estallido del procés, con la declaración unilateral de independencia como detonante, llevó a muchas empresas catalanas a huir de la comunidad autónoma y establecer su sede social en otros puntos de la geografía española. En el actual escenario, con un clima político más sosegado, está teniendo lugar un goteo de retornos empresariales.

Un claro ejemplo es el de Molins, anteriormente conocida como ‘Cementos Molins’. El consejo de administración del grupo cementero ha acordado por unanimidad devolver su sede social a Cataluña, tal y como dio a conocer a través de un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Segundo gran retorno a Cataluña

El movimiento de la compañía no solo implica su marcha del Paseo de la Castellana de Madrid, donde se llevó el domicilio fiscal, y la vuelta a la localidad barcelonesa de Sant Vicenç dels Horts, sino que también representa la primera vuelta a la comunidad autónoma protagonizada por una gran empresa familiar y cotizada.

En su momento, la cementera justificó su traslado por la situación política y social que se vivía en Cataluña, así como la inseguridad jurídica. A pesar de que el retorno de la firma a la región se había barajado en diversas ocasiones en los años posteriores, ha acabado materializándose siete años después de su éxodo a Madrid.

Laboratorios Ordesa es otra de las compañías que han devuelto su sede social a Cataluña en el transcurso de este año. La operación, que tuvo lugar el pasado mes de octubre, comportó el cambio de domicilio social de Huesca a la Torre Ponent, ubicada en el número 107 del paseo de la Zona Franca de la ciudad condal.

El fabricante de las leches y cereales infantiles Blemil y Blevit descartó al apostar por cambiar su domicilio social que el traslado se debiera al clima político, sino que se remontó a los orígenes aragoneses de la compañía.

Al concluir el año pasado, el fabricante de productos de limpieza, detergentes y ambientadores Bluesun también optó por trasladar su domicilio social desde Alcalá de Guadaira, donde se había llevado su sede tras el procés al municipio barcelonés de Mataró.

El grupo propietario de marcas como Ariel o Ambi Pur, decidió cambiar su sede social a la localidad sevillana, donde tenía la fábrica de producción de ‘La Antigua Lavandera’ a causa de la inestabilidad política reinante en Cataluña a raíz de la declaración del referéndum de independencia y las «inquietudes» que les trasladaron sus clientes y proveedores.

Cerca de un año después de llevarse su sede social a Madrid, para «preservar la seguridad jurídica de los inversionistas y la protección de los intereses de sus trabajadores/as, clientes y proveedores», el consejo de administración de la Sociedad General de Aguas de Barcelona (SGAB), matriz del grupo Agbar, volvió a ubicar la sede social en la capital catalana al considerar que había una mayor estabilidad económica.

Caixabank y Banco Sabadell descartan volver

Entre las compañías que han descartado volver a Cataluña se encuentra Caixabank. La entidad financiera aludió a motivos «estrictamente profesionales», aseguró que era la única solución posible ante la pérdida de confianza originada por la inestabilidad política y descartó que hubiera ningún tipo de connotación política tras la decisión.

Si bien admitió que la decisión de trasladar la sede social fue «complicada» por el arraigo a la región del banco, hace algunos meses el presidente de la entidad financiera, José Ignacio Goirigolzarri, aseguró que mantener la sede en Valencia era lo mejor tanto para «los depositantes» como para los «accionistas», por lo que descartó volver a la comunidad autónoma.

En la misma línea, se sitúa Banco Sabadell, que se llevó su domicilio social a Alicante. El presidente del banco catalán, Josep Oliu, afirmó que el traslado se debió a «razones puramente técnicas y no políticas» y aseguró que la entidad financiera se vio obligada a ello para recuperar los saldos que había perdido en el marco del ‘procés’. Con todo, aseguró que la vuelta a la región era un tema que «no está ni encima ni debajo de la mesa».

Más allá de Catalana Occidente, que también reveló que no se plantea ningún cambio de sede, en Colonial abrieron la puerta a un posible retorno a Cataluña, tras el pacto firmado por el PSOE y Junts. «Lo estudiaremos y tomaremos decisiones en consecuencia», zanjó.

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