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Miguel Bernad (Manos Limpias): «Van a hacer lo posible para que Begoña Gómez no declare»
Miguel Bernad, de Manos Limpias, considera que Pedro Sánchez tendría que dimitir por la imputación de su esposa, Begoña Gómez.
Miguel Bernad, al frente del sindicato Manos Limpias, admite que el caso Begoña Gómez, aparentemente, no ha pasado factura al PSOE en las elecciones europeas celebradas el domingo.
Pero está seguro de que, en el caso de unas elecciones generales, el asunto que afecta a la esposa del Presidente del Gobierno sí que habría incidido en el resultado.
«Unas elecciones europeas están a años vista de las generales y autonómicas, el número de participación ha sido ridículo, si hubieran sido unas generales claro que sí le habría pasado factura», comenta en una entrevista celebrada el lunes con este periódico.
El Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid acordó el pasado 16 de abril incoar diligencias previas por un delito de tráfico de influencias y corrupción en los negocios contra Begoña Gómez, tras presentar denuncia Manos Limpias, basada en artículos periodísticos publicados. El titular del Juzgado, el Juez Juan Carlos Peinado, ha citado a declarar a la esposa de Pedro Sánchez el próximo 5 de julio, como imputada.
Bernad está convencido de que se va a hacer «todo lo posible» por impedir la declaración de Begoña Gómez.
«Se está tratando de poner trabas para que se suspenda la declaración del 5 de julio de Begoña Gómez, se van a poner todo tipo de pegas para suspender esa declaración, se dirá que el Juez no es imparcial», advierte.
«Van a hacer todo lo posible, pero va a ir, y, en mi opinión, Pedro Sánchez tendría que presentar su dimisión y convocar elecciones generales», sostiene. «Si esto hubiera ocurrido en Francia, el jefe de Gobierno habría presentado la dimisión a la hora, pero aquí no, es una huida hacia delante».
«Hemos soportado un claro law fare, estuve 10 meses en prisión por habernos atrevido a denunciar a la hija del Rey Emérito y a su esposo»
Pedro Sánchez, también otros miembros del Gobierno, y artículos de prensa se han referido a Manos Limpias como un «pseudo sindicato» y como la organización «de ultraderecha» que está detrás de la denuncia contra Begoña Gómez.
«Quiero dejarlo bien claro: Manos Limpias no es de derechas ni de izquierdas, ni ultra derecha ni ultra izquierda, luchamos contra la corrupción venga de donde venga, no estamos encasillados en ningún partido político», asegura el líder de Manos Limpias.
«Decir que somos un sindicato fascista no tiene recorrido, hemos puesto querellas contra el PP, contra el PSOE, contra independentistas; hemos denunciado, llamémosle, actuaciones fascistas de Vox, ataques racistas…», insiste.
«No se me ha acercado nadie de Vox, ni de Alvise, ni del PP ni de nada, nadie, no aceptaríamos ayuda de ningún partido, eso nos hipotecaría», asegura.
Miguel Bernad, el lunes en su despacho en Madrid.
Manos Limpias «es un sindicato que ha tenido representación en Castilla y León, en el Ayuntamiento de Madrid, en Andalucía», explica Miguel Bernad, «pero en un determinado momento vi que era necesario que el sindicato no se dedicara solo a la defensa de los funcionares y trabajadores de las administraciones públicas, sino también dar cobijo a la ciudadanía española que se sintiera lesionado por actuaciones ilícitas de la Administración, y hubo una reforma de los estatutos».
«Tenemos esa doble vertiente, la defensa de funcionarios y trabajadores de las administraciones públicas, concurriendo a las elecciones sindicales, y, al mismo tiempo, tenemos la vertiente de esa defensa de ciudadanos frente a actos corruptos de la Administración», añade.
«Nos financiamos con una inscripción masiva de simpatizantes y afiliados para poder hacer frente a todo lo que se nos avecina», señala.
«Hemos tenido que poner 10.000 euros por la denuncia contra Begoña Gómez, aportados por el despacho de abogados que nos representa, y otros 10.000 euros por la denuncia contra el hermano del Presidente del Gobierno, estamos haciendo un crowfunding«, indica.
Prisión y absolución
La investigación de la Audiencia Nacional sobre Manos Limpias y la entrada en prisión provisional de Miguel Bernad en 2016, dejó al borde de la desaparición a Manos Limpias.
«En 2016 iniciamos un concurso de acreedores, pero lo retiramos al mes, nunca hemos llegado a estar en concurso; cuando de repente se desguaza Manos Limpias con pena de telediario, fue todo como un tsunami», relata. «Pero conservábamos la sede de Salamanca, y nos ha servido para mantener la actividad, que empieza a engrandarse cuando salgo de prisión», dice.
Miguel Bernad pasó diez meses en prisión preventiva en 2016, por la investigación de la Audiencia Nacional sobre Manos Limpias y Ausbanc, por presuntos delitos de extorsión.
En julio de 2021 Bernad fue condenado a cuatro años de prisión por extorsionar, junto a Luis Pineda, de Ausbanc, a entidades bancarias y empresas para que les pagasen a cambio de evitar acciones judiciales.
Según los jueces de la Audiencia Nacional, el fundador de Manos Limpias colaboraba con Pineda permitiendo a este personarse en causas penales y luego reclamar dinero a los imputados para retirar las denuncias.
En particular, se acusó a Bernad de haber solicitado dos o tres millones de euros a los abogados de la infanta Cristina para retirar las denuncias contra ella por el caso Nóos, que terminó con Iñaki Urdangarín en prisión. El pasado mes de marzo, el Tribunal Supremo absolvió a Pineda y a Bernad.
Iñaki Urdangarín, camino del juicio por el caso Nóos, en 2016.
«El pasado 11 de marzo fui absuelto por el Supremo, por unanimidad, tras haber soportado un claro law fare, por habernos atrevido a denunciar a la hija del Rey Emérito y a su esposo«, subraya.
«Quisieron decir que yo había extorsionado a los abogados de la Infanta, a Miquel Roca, se inventaron que Pineda y yo formábamos una asociación criminal; pero ese relato quedó desvirtuado en la Audiencia Nacional, y aun así me impusieron cuatro años de prisión, de los veinticinco que pedía el Fiscal», destaca.
«Fue una sentencia prevaricadora, lo digo alto y claro, los hechos imputados carecían de sentido; la Juez ponente de la sentencia condenatoria, Teresa Palacios, compartía mesa y mantel con Villarejo, era un procedimiento contaminado desde el principio», denuncia.
«Miguel Roca cuando declara en el juicio oral se encargó bien de decir que yo jamás le había extorsionado, y que solo me conocía por la televisión», recuerda.
«Mi prisión fue tan ilegal, tan anticonstitucional, que me ha dado fortaleza para seguir luchando contra una corrupción que está generalizada en las instituciones», afirma el presidente de Manos Limpias. «Si me hubiera considerado culpable me hubiera quedado calladito, pero no han conseguido terminar con mi persona, si he sido inocente y esa inocencia ha quedado ya acreditada en el Supremo, tiene que seguir habiendo un referente en la lucha contra la corrupción», concluye.