Meinrad Spenger (MásOrange), el CEO que mantuvo las zapatillas

Meinrad Spenger (Austria, 1975) pasó de ser un emprendedor en un sector muy regulado a uno de los principales directivos de las telecomunicaciones españolas. Ahora dirige el operador de telefonía con mayor número de clientes. Han transcurrido casi 20 años entre una situación y otra; y algunas esencias no se quieren perder. 

El fundador de MásMóvil se ha convertido en el nuevo CEO de MásOrange, la compañía resultante de la fusión entre Orange España y el operador amarillo. Esta responsabilidad no asusta a Meinrad Spenger que, pese a no ser un directivo muy reconocido ante la opinión pública, se trata de uno de los principales protagonistas del sector en la última década.

El papel de Spenger ahora será —y ya está siendo— distinto. Durante los años al frente de MásMóvil siempre tuvo una actitud desafiante hacia los líderes del sector. Era habitual verlo en foros de debate junto a Pedro Serrahima, CEO en su momento de Pepephone, pisando charcos regulatorios para defender a los operadores virtuales (OMV).

Spenger asumía que para crecer había que hacerse notar. Su actitud desenfadada, y un trato muy cercano con todos los medios de comunicación —fuesen del tamaño que fuesen—, le posicionó muy bien en el ámbito de las relaciones públicas. 

Como buen centroeuropeo, con ideas férreas, sabía que había que cuidar la cosecha para el futuro. En paralelo empezó la explosión comercial de MásMóvil y su ensanche corporativo. 

La antes mencionada Pepephone, Yoigo, operadores étnicos; una fuerte presencia en la reventa mayorista a nivel regional… el operador amarillo era imparable. Luego supo moverse muy bien tras la fusión de Orange y Jazztel. Empezó el soniquete del ‘cuarto operador’, y luego no dejó de crecer. Euskaltel, despliegues propios, y, de repente, la pareja mejor posicionada para la gran consolidación del sector. 

Spenger decidió que podía cambiar todo menos su forma de interpretar la relación con el sector. Se trata de un directivo duro y exigente, pero en el trato humano ha mantenido una impronta cercana. A las puertas de ser CEO del principal operador en España, Meinrad se paseaba por el Mobile World Congress de Barcelona con cierto anonimato. En zapatillas, y siempre con una reunión programada. 

Ahora toca ponerse traje 

En las últimas semanas Meinrad Spenger ha tenido que adaptarse a interpretar papeles más institucionales. Aunque su función es directiva, ha tomado las riendas en estos ámbitos. 

Se le ha visto en Aragón, con el presidente regional Jorge Azcón; se ha dejado ver por Guadalajara, con cargos políticos regionales; y una de las últimas apariciones institucionales ha sido junto al alcalde de Barcelona, Joan Collboni. 

En este encuentro se ha visto al Spenger más Spenger. Con las zapatillas tuneadas de la ‘joint-venture’ entre Orange y MásMóvil, y como siempre hizo en el operador amarillo: defendiendo su camiseta con la esencia con la que en 2006 peleaba contra los incumbentes.

Según explican fuentes del sector a ECONOMÍA DIGITAL, MásOrange necesita sacar buena nota en toda esta turné institucional. El alma naranja ya era un gran contratista del Estado, y tenía mucha imbricación con el sistema político. Ahora hace falta que la parte más gamberra de la ecuación, la que simboliza MásMóvil, traslade sus intenciones de inversión, desarrollo de empleo y apuestas por las economías regionales. 

Spenger sabe que todo eso lo puede hacer en zapatillas, porque así lo ha hecho hasta ahora. Echó un pulsó a Vodafone y se lo ganó; y ahora es capaz de mirar a Telefónica por encima del hombro —a nivel comercial—. Si las esencias llevan hacia el éxito, es mejor no apostar por la corbata.