Los Sumarroca sacan Teyco del concurso de acreedores
La familia catalana logra el favor de los acreedores y se compromete a pagarles de su bolsillo si no se cumplen los objetivos del plan de negocios
La antigua Teyco logra, al fin, el favor de los acreedores. La constructora de la familia Sumarroca se vio obligada a suspender pagos en enero de 2018 y, tras más de un año de negociaciones, este viernes logró un acuerdo con los poseedores de una deuda que ascendía a 27,4 millones de euros. La ahora llamada Top Proyectos y Contratas entregó parte de sus activos a la banca y sus propietarios se comprometieron a pagar de su bolsillo a los proveedores si no se cumplen los hitos del plan de negocio.
La junta de acreedores celebrada este viernes enseñó la luz a la compañía tras meses de tira y afloja. La propuesta de convenio fue aprobada por el 80% de los acreedores financieros y el 69% de los acreedores ordinarios. “Dada que la mayoría es superior al 65% se tiene por aceptada la propuesta”, zanja la magistrada Bárbara Córdoba, titular del juzgado de lo mercantil número 9 de Barcelona.
La propuesta de la familia Sumarroca para convencer a la banca pasa por entregar como dación en pago los edificios con garantía inmobiliaria. Mientras, el resto de inmuebles y activos se pondrán al mercado con tal de encontrar una salida que, junto al negocio del día a día, permita compensar al resto de acreedores.
BBVA y Sareb aceptaron la propuesta de los Sumarroca. Caixabank votó en contra
De no alcanzarse las cifras necesarias y si falla la venta de los bienes, la familia catalana se comprometió a adquirirlos por un precio mínimo y así inyectar liquidez a la constructora. Gracias al gesto, la nueva Teyco arrancará su andadura con una deuda bancaria de cero euros.
Ahora, la juez deberá homologar el acuerdo tomado este viernes en diez días, periodo en el que los distintos acreedores pueden presentar algún recurso. Según el acta del encuentro al que ha tenido acceso Economía Digital, en contra del convenio ya votaron la Seguridad Social, poco amiga de pactos pero con un peso testimonial, y Caixabank, con un pasivo de 2,2 millones de euros a la espalda.
Tanto BBVA como Sareb, las dos entidades más expuestas votaron a favor de la proposición de los Sumarroca. La constructora consiguió obtener el sí del banco malo, con habitual aversión a ceder en los concursos de acreedores.
Los Sumarroca renuncian a la obra pública
Las conversaciones entre la banca y la empresa estuvieron supervisadas por Rousaud Costas Duran, en representación de la concursada; Garrigues, por parte de la banca; y Deloitte, como asesor independiente.
Y es que los Sumarroca ya son viejos conocidos de los ejecutivos bancarios. El acuerdo es el segundo desde junio de 2015, cuando la compañía se vio obligada a vender la filial Constraula y selló un pacto para reducir la deuda financiera de 37 a 13 millones de euros.
El plan de viabilidad trazado no pudo cumplirse entonces ante la crisis del ladrillo y la “campaña de descrédito” contra el entonces primer ejecutivo, Jordi Sumarroca Claverol, detenido e imputado en julio de ese mismo año el marco del ‘caso 3%’ de Convergència.
En cambio, ahora el plan de la familia pasa por redimensionar Top Proyectos y Contratas, evitar los grandes proyectos y dar un viraje histórico: renunciar a la obra pública para centrarse en clientes privados. Hace poco más de un año la nueva orientación ya conllevó un expediente de regulación de empleo para más de la mitad de su plantilla.