Los Martínez Sampedro alargan otro mes su dilución al 2% en Codere
Se demora el cierre del culebrón que satisfaga los intereses de bonistas y acreedores, de cara a compensar los 1.000 millones de euros que se adeudan y quedarse con la empresa
En Codere, la multinacional española de juego todavía controlada por la familia Martínez Sampedro, los plazos comunicados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para cumplir con los acuerdos de reestructuración societaria son una simple referencia. No se cumplen nunca.
Desde que hace tres años iniciara las negociaciones con sus acreedores, los hechos relevantes comunicando prórrogas se han sucedido de manera permanente, de cara a enderezar el rumbo de una sociedad que acumula una deuda financiera de 1.000 millones de euros.
14 standstill entre abril y septiembre de 2014
Primero, tras no llegar a acuerdo alguno y ante la amenaza de ir a concurso de acreedores, entre abril y septiembre de 2014 fueron 14 contratos de espera (standstill) los firmados entre Codere y los acreedores. Algunos incluso de horas.
Y la situación se ha vuelto a repetir con posterioridad para cumplir con los plazos para la implementación definitiva del acuerdo de reestructuración (lock-up) firmado el 23 de septiembre de 2014. En esa fecha, se establecía agosto de 2015 como el tope para cumplir con todos los acuerdos.
Resultó imposible. Cinco días antes, Codere comunicaba a la CNMV que modificaba nuevamente los plazos, y fijaba el 31 de marzo de 2016 como nueva fecha límite para acabar definitivamente con el culebrón, que acabará con la familia Martínez Sampedro viendo cómo el 70% del capital que atesoraba quedará diluido a poco más del 2%.
Nuevos plazos con el Scheme of Arrangement
Pero, tampoco ha sido posible en marzo. Al final, y de acuerdo con lo recogido en el Scheme of Arrangement –la autorización judicial británica a la que los acreedores obligaron someter a Codere para poder llevar a cabo la ampliación de capital de 495 millones de euros– esa fecha tope se ha llevado hasta el 30 de junio de 2016. De momento, en el último comunicado remitido a la CNMV, se confía en que antes del 30 de abril quede todo resuelto.
Son simplemente flecos los que quedan por cerrar -relacionados con la transferencia de activos y pasivos a una sociedad de nueva creación-,ya que el grueso del acuerdo está atado y bien atado. El que marcaron, en el acuerdo de septiembre de 2014, los bonistas tenedores de dos emisiones, una de 760 millones de euros, vencida el pasado 15 de junio, y otra de casi 300 millones de dólares americanos, por cuyos vencimientos de cupones Codere lleva pagando intereses de demora por impago de entre el 8,25% y el 9,25%.
Hoja de ruta atada y bien atada
Una hoja de ruta que la junta de accionistas ratificó el pasado 4 de diciembre, y que pasa por capitalizar los derechos de crédito de esas dos emisiones a través de un aumento de capital de 495 millones de euros, mediante la emisión de 2.474 nuevas acciones ordinarias de 0,20 euros de valor nominal.
El desembolso se llevará a cabo mediante compensación de créditos, que requerirá la entrega previa de parte de los bonos existentes a Codere Finance Luxembourg para proceder así a su cancelación.
De las cuatro emisiones en euros, por un nominal inicial de 760 millones, Codere sumaba, hasta el pasado 29 de octubre, una cantidad pendiente de pago, en concepto de principal e intereses, de 937 millones de euros. Y lo mismo sucedía con la emisión en dólares, cuyo nominal inicial de 295 millones de dólares se eleva, ya en euros, a 325 millones.
Brutal dilución
Con la ampliación, los Sampedro, que ahora controlan el 70% de los actuales 55 millones de acciones, se quedarán, en principio, con solo el 2% del nuevo capital con los 2.529 millones de acciones resultantes.
La operación se sustancia con la transferencia de todos los activos y pasivos de Codere a Codere Newco, una entidad de nueva creación que aportará sus acciones a dos sociedades domiciliadas en Luxemburgo.
Actividad
Mientras tanto, el grupo prosigue su actividad, tanto en España como en los mercados de Italia, México y los principales países sudamericanos. Y la cosa no va tan mal.
El cambio frente al euro y el mayor volumen de juego propiciaron que su volumen de explotación se incrementara un 18% en 2015, hasta 1.640 millones de euros, con un crecimiento del 31% del ebitda para situarse en 280 millones.
No obstante, al final las pérdidas se impusieron, declarando 113 millones de números rojos, por los 135 millones de gastos financieros por el incremento de los costes asociados a la línea de crédito de 127 millones, vencida el 6 de febrero de 2014, y a los derivados de los 760 millones de euros de los bonos, también impagados desde el 15 de junio de 2015.
Luces y sombras en 2016
En el arranque del presente ejercicio, la multinacional del juego confía en ver reforzados sus resultados operativos con la consolidación del negocio en Argentina, la renovación selectiva de producto junto con el despliegue del negocio de apuestas deportivas en España o el crecimiento de los ingresos en moneda local en México.
Por el contrario, existen riesgos como el impacto que pueda tener la Ley de Estabilidad en Italia o que el escenario macroeconómico en Argentina no termine de enderezarse y pueda dar lugar a divergencias en las variaciones de los tipos de cambio, principalmente por la apreciación del euro frente al peso argentino.