Cataluña pone un parche a la ley de cámaras
La Generalitat aprueba una modificación legislativa para que las cámaras de comercio puedan hacer elecciones, pero demora la aprobación de la nueva ley
Elecciones sí, nueva ley de cámaras no. Se esperaba que la Generalitat aprobara antes del verano –el verano político, se entiende– la ley, pendiente desde 2014, pero no está a punto. El ejecutivo catalán la deja para dentro de “pocas semanas”, mantiene, pero se ha asegurado de que si se demora más, las cámaras puedan hacer elecciones. Por ello, en su reunión de este martes, el gobierno de Carles Puigdemont ha adelantado parte de la nueva ley, la que se refiere al proceso electoral.
Propuesta por la consejería de empresa, la Generalitat ha aprobado una adaptación de la ley de cámaras para que puedan celebrar elecciones, que están congeladas a la espera de la nueva ley. Desde que en 2014 el Gobierno dio luz verde a la nueva ley española, las cámaras estaban pendientes de que los ejecutivos de las CCAA aprobaran su adaptación a leyes autonómicas para concurrir a elecciones, también pendientes desde 2014.
Tras constatar que muchas CCAA todavía no han adaptado la norma y que no parecen tener prisa, el Gobierno decidió poner un ultimátum: las elecciones deben celebrarse a partir del 1 de octubre de 2017 y antes de septiembre de 2018. Pero Cataluña no tiene la ley. Como explicó Economía Digital, la consejería de empresa llegó a un principio de acuerdo con las cámaras, aunque no con las patronales.
Mientras Jordi Baiget, consejero de empresa, negocia los flecos de la nueva ley, la Generalitat no ha querido que estos retrasos afecten más las elecciones y ha dado luz verde al nuevo método electoral, con modificaciones en la composición del pleno, la elaboración del censo y los límites de mandato de los presidentes.
Cataluña todavía no tiene ley de cámaras, pero sí sistema electoral, que arrincona a las patronales
Como explicó este medio, las cámaras pasarán a tener un máximo de 60 miembros. En el caso de la Cámara de Barcelona, supondrá una reducción desde los 69 actuales. Dos tercios serán elegidos por sufragio entre los representantes de varios sectores que quieran concurrir. Un 10% será elegido por las patronales, que perderán representatividad –en la de Barcelona pasarán de 9 a 6–, mientras que el resto serán representantes de las empresas que más dinero aporten a la cámara.
La patronal de pequeñas y medianas empresas mayoritaria en Cataluña, Pimec, ya mostró su malestar ante esta modificación, que resta poder tanto a las patronales como a las pymes, ya que dan por hecho que las empresas que más pagarán, y que por tanto podrán estar en el pleno de las cámaras, no serán precisamente pequeñas.
La modificación aprobada por la Generalitat también limita a dos el número máximo de mandatos de los presidentes –hasta ahora el límite era tres–, aunque permite a los presidentes que los superen volver a presentarse una última vez. Estas modificaciones tendrán que pasar por el parlamento catalán para su aprobación definitiva.
La nueva ley, ¿cuestión de semanas?
Mientras tanto, sigue la negociación de la nueva ley, que incluye la creación de la Cámara General de Cataluña y que facilitará las fusiones de cámaras, así como la posibilidad de que la Generalitat suspenda o disuelva los órganos de gobierno de las cámaras en caso de funcionamiento anormal o transgresión de la legislación.
Para lograr el apoyo de las cámaras, la consejería de empresa pactó mejorar y concretar la financiación pública de las instituciones, que recibirán subvenciones para celebrar sus elecciones. Según el ejecutivo de Puigdemont, el anteproyecto de la nueva ley es cuestión de “pocas semanas”.